"Cuando uno habla de emprendeduría social enseguida se asocia a una ONG o a una fundación. Pero si hablamos de emprender nos referimos a un proyecto", defiende a VIAempresa Catalina Hoffmann, creadora de Vitalia , después de un encuentro con jóvenes emprendedores en el marco del Foro Impulsa.
Hoffmann tiene claro que la emprendeduría social "es el futuro. Hay muchos ámbitos con posibilidades porque gente que quiera transformar ideas en modelos de negocio y proyectos asistenciales lo pueda hacer". Y añade, "el más bonito de la emprendeduría social es que cambias la vida de las personas". Por eso, dice, "cuando más conocido sea y más impulso tenga, tendrá mucho más eco y conseguiremos que la gente emprenda".
Innovar y emprender en geriatría
El suyo es un ejemplo de emprendeduría social e innovación en la puesta en marcha de centros de día para la gente mayor . El que empezó con un primer centro en Madrid, ahora ya es una red de franquicias de más de una treintena y en pleno proceso de internacionalización en el Brasil y México .
Este nuevo concepto de centro de día para gente mayor, donde el objetivo "no es tenerlos distraídos mirando la tele, sino mantener y mejorar su calidad de vida"; se basa en el valor añadido del Método Hoffmann. Creado por la misma emprendedora a raíz de su formación en estimulación cognitiva y la experiencia profesional con la tercera edad, está registrado como Obra Científica en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Proceso largo
El camino hasta aquí, pero, ha sido largo. "Traigo 10 años y todavía estoy en un continuo crecimiento y desarrollo", reconoce Hoffmann; que asegura que tardó "entre dos y tres años a poner en marcha Vitalia. De hecho, hasta el quinto año no fue un proyecto consolidado como es debido". Según Catalina Hoffmann, "todo el que es social costa mucho porque para conseguir que la gente lo vea como un proyecto empresarial necesitas emfasitzar-lo mucho más del habitual".
Un ejemplo son los seis meses que necesitó para visitar 800 oficinas bancarias en busca de financiación para poner en marcha el proyecto. "Fue mucho llevar, con momentos donde tirarías la toalla. Pero cuando tienes tantas ganas de demostrarle a todo el mundo que te dice que no, que al menos lo quieres intentar, de allá sacas fuerzas", recuerda.
Hoffmann reconoce que "he llorado mucho, pero siempre aparezco con una sonrisa; y cuando después voces como mejora la gente mayor y que las familias tedan las gracias, es el mejor motor que podría tener".
La franquicia, vía de crecimiento
Incapaz de asumir la demanda, Hoffmann decidió apostar por la franquicia para hacer crecer el proyecto. "Me encontré con mucha gente que quería hacer cosas en el mundo de la gente mayor pero no sabía cómo", explica. "Yo ya había tenidolaexperiencia de qué hacer, que no, donde perdía dinero, donde me equivocaba... y podía trasladarlos esta mejora".
La carencia de capacidad inversora para tener centros propios la hizo decantar por la vía de la franquicia. "Era la manera de crecer de una manera rápida y controlada y poder atender cuántas más personas mejor", asegura Hoffmann.
Vitalia, innovación para la 3a edad
La emprendedora social Catalina Hoffmann ha creado un nuevo concepto de centros de día para la gente mayor replicado con una treintena de franquicias
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