Vito Corleone, el Padrino, el Don, tuvo que irse de niño de Sicilia para huir de la muerte. Llegó a los Estados Unidos con una mano delante y otra detrás. Inició un negocio aprovechando una oportunidad de mercado que intuye y se le presenta. Crea una red haciendo favores por los cuales no cobra. Es el fundador de lo que podríamos denominar la Familia Empresaria Corleone, protagonista de la trilogía El Padrino.
El primer tema que se plantea es si podemos realmente hablar de una empresa familiar, dejando de lado cuestiones éticas sobre el objeto del negocio. Reúne todos los elementos: negocio rentable, una familia que define la estrategia y una voluntad de continuidad.
"Podemos hablar de una empresa familiar, dejando de lado cuestiones éticas sobre el objeto del negocio?"
El fundador tiene un gran peso en todas las empresas familiares, como también lo tiene Don Vito. Esto se ve claramente en la fijación de valores (no a las drogas), en el constante punto de referencia que es de cara a los continuadores, y en la visión de llegar a legalizar los negocios, un hito que su continuador logra al final de su vida.
Don Vito es un líder apreciado por sus seguidores. Los escucha, los comprende y tiene empatía con ellos. Es un hombre de honor. Tiene un gran autocontrol. Antes de decidir, pide opinión a sus personas de confianza. Tiene como misión el bienestar de su familia. Quiere separar los temas de familia de los de empresa; por eso no quiere que en la mesa se hable del negocio.
"Don Vito es un líder apreciado por sus seguidores. Es un hombre de honor y tiene empatía y un gran autocontrol. Tiene como misión el bienestar de su familia, pero quiere separarla de los temas de empresa"
Tiene una buena comunicación con su continuador, y le recuerda la misión, la visión y los valores de la empresa familiar; además de darle consejos operativos, al efectuar el relevo. Que sabe hacer a tiempo. Una vez efectuado le apoya públicamente siempre que es necesario, y se endereza cuando se le plantean cuestiones operativas.
Sin el fundador, la empresa familiar no existiría. Es la figura clave del proceso de relevo. Como predecesor tiene que planificar su relevo y esto quiere decir saber valorar la capacidad del continuador evitando la creencia de que el ADN transmite con seguridad la capacidad y voluntad empresarial. Tiene que saber retirarse a tiempo de la dirección de la empresa, apoyando a quien lo releva. Tiene que preparar con tiempo de que vivirá y que hará a la hora de dejar la dirección de la empresa.
"Sin el fundador, la empresa familiar no existiría. Es la figura clave del proceso de relevo"
Si el relevo es difícil... El del fundador lo puede ser todavía más, puesto que ni la familia ni la empresa tienen experiencia en el proceso, y suele atrasarse. Los fundadores pueden ver la empresa como una extensión de sí mismos, y pueden creer que tienen la obligación de vigilar la empresa que han creado hasta el último día.
El relevo no es un acontecimiento, es un proceso. El plazo se amplía si resulta que la primera opción de continuación se evapora como, por ejemplo, en el caso de la familia empresaria Corleone, en la que el heredero designado por todos, Anthony, muere en trágicas circunstancias.