Tal como hicieron otras muchas empresas de patinetes eléctricos compartidos, hace un año la multinacional Voi hizo las maletas y dejó de operar en toda España (Madrid y Málaga), aunque mantuvo sus oficinas. Pero donde el corazón se inclina, el pie camina, y Voi no ha dejado de andar -trabajar- para conseguir volver a operar en la capital catalana y otras ciudades de España. De hecho, según afirma su directora general para España y Francia, Charlotte Serres, la compañía está trabajando con el Ayuntamiento, Smart Mobility y Aesleme para hacerlo realidad en Barcelona. Para Serres, que se estrenó en el cargo en febrero del 2021, forma parte del ADN de Voi Technology trabajar mano a mano con las administraciones y acompañarlas en la definición de la regulación de los patinetes; o dicho de otro modo, "ser socios de los ayuntamientos".
"Históricamente hemos visto casos de empresas de patinetes eléctricos que se han implantado en las ciudades de manera impositiva. Voi sólo entra en un país o ciudad a partir del momento en el cual hay una regulación y recibe una invitación formal," explica Serres. Actualmente, la compañía sueca está presente en 11 países y más de 60 ciudades. Lo utilizan más de seis millones de usuarios en Europa y, según Serres, están viviendo un efecto dominó: "hace solo un año no había patinetes eléctricos de Voi en el Reino Unido y hoy en día estamos operando en 14 ciudades".
Recientemente, la compañía ha aterrizado en Sevilla a través de una prueba piloto impulsada por su ayuntamiento que durará 18 meses y contará con 2.000 patinetes eléctricos de uso compartido de dos operadoras: Voi y la catalana Reby. "Nos encantaría poder operar en Barcelona, pero todavía hay mucho de acompañamiento para hacer. El otorgamiento de licencias se tiene que convertir en una prioridad política. De todos modos, estamos ilusionados en que lo conseguiremos". Para hacerlo real, Voi está participando activamente en el ecosistema de la movilidad sostenible de Barcelona y presentando estudios sobre diferentes cuestiones que se derivan de la regulación de los patinetes, como por ejemplo, la limitación de competidores. La posición de Voi ante este escenario es clara: "es interesante para los operadores y aporta orden a las ciudades".
Serres: "el otorgamiento de licencias se tiene que convertir en una prioridad política"
Hacia la ciudad de los 15 minutos
La ciudad de los 15 minutos es un concepto de planificación urbanística ideado por Carlos Moreno, asesor de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. En la ciudad de los 15 minutos, el tiempo, la movilidad y la calidad de vida de las personas tienen una especial importancia. El objetivo es configurar las ciudades de forma que sus ciudadanos no tarden más de 15 minutos en llegar y acceder a los servicios que cubren sus principales necesidades. Una receta muy conocida para conseguirlo es la reutilización de los espacios, como por ejemplo, patios de escuela que funcionan como parques públicos los fines de semana. Otra vía es la movilidad multimodal: utilizar diferentes vehículos en un solo trayecto para que éste sea más rápido, efectivo y sostenible.
Voi se suma al concepto de la ciudad de los 15 minutos y quiere formar parte de ésta como "complemento al transporte público". Los patinetes eléctricos ayudan a acortar las distancias y mejorar la movilidad de las personas. Son una opción más para que el ciudadano pueda hacer un uso multimodal del transporte dentro de la ciudad. En su desembarco en Sevilla, por ejemplo, Voi ha llegado a un acuerdo con el metro de la ciudad, favoreciendo que "se haga un uso conjunto del patinete y el transporte público, y así ayudar a reducir la congestión en el centro de Sevilla", explica Charlotte Serres. En este acuerdo, los usuarios del metro disponen de patinetes eléctricos justo en la salida de la parada. La directiva de Voi Technology en España considera que los patinetes eléctricos de uso compartido pueden, además, ser de gran ayuda a la hora de combatir la contaminación acústica y aérea y reducir la congestión viaria.
Una relación de idas y venidas
Barcelona y los patinetes eléctricos no han tenido una relación bastante estable en los últimos años, especialmente los de uso compartido. A pesar de que en un inicio un número considerable de empresas desembarcaron en la capital catalana, con el paso del tiempo fueron desapareciendo todas. La última en hacerlo fue Reby, en febrero del 2021. El principal motivo de esta fuga ha sido la falta de una regulación favorable para su uso, aunque también hay casos de empresas que simplemente no consiguieron hacer viable su modelo empresarial.
Los principales actores del mercado creen que se tendría que copiar el modelo de las bicicletas y motos eléctricas compartidas
La relación ha tenido momentos de alta tensión, como las repetidas "sanciones y retiradas de los patinetes de diferentes empresas estacionados en la vía pública". Así lo explica el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona en su último informe sobre Vehículos de Movilidad Personal. Ahora, la situación es muy distinta: hay una clara voluntad de entenderse por ambas partes. Según el consorcio público, "hace falta que las empresas y las administraciones acuerden trabajar por una regulación específica adaptada a la realidad local de cada ciudad, que garantice un funcionamiento sostenible del servicio, que no suponga un desorden al espacio público, evite la proliferación de vehículos abandonados, y garantice la seguridad viaria de los usuarios."
La idea de la administración y las diferentes empresas del sector es seguir el modelo ya adoptado para los servicios de bicicletas y motos eléctricas compartidas, adjudicando un número máximo de licencias para los patinetes repartido entre los distintos operadores. En marzo del 2020, por ejemplo, se aprobaron un total de 6.958 licencias para motos y 3.975 para bicicletas.