Efectivamente, VIA Empresa ha cumplido ocho años. Y este último ha sido más intenso que cualquier otro.
A pesar de que con un poco de retraso querría iniciar mi colaboración con el diario, tal y como me ha pedido su director, Víctor Costa.
Disculpen por el retraso. Ya tendremos tiempo para ponernos al día.
Intenso y confinado y, sobre todo, caótico por la desorganización política que hemos vivido y sufrido.
Después ya volveremos al sufrimiento. Acabo de leer el artículo del nuevo fichaje de VIA Empresa, Xavier Roig, y me ha venido a la memoria su libro “La dictadura de la incompetència”, y de él un par de cosas destacables en estos momentos y que protagonizan dos hechos recientes: tenemos Gobierno y la problemática sanitaria.
De donde proceden nuestros políticos?, se pregunta en el libro sobre los incompetentes
Congreso de los Diputados: 72%, sector público; 28%, sector privado
Parlament de Catalunya: 68%, público; 32%, privado
Francia: 50% público y privado
Reino Unido: 47%, público; 53%, privado
Italia: 43%, público; 57, privado
Escocia: 40%, público; 60%, privado
El libro se publicó en 2008. Estoy convencido que en el último Parlament el apartado público ha crecido y ha bajado el privado. Y es que en nuestro pais, donde la cumbre “funcionarial” era entrar en la Caixa, ahora hemos descubierto que ser funcionario, de ventanilla o de gobierno, es la aspiración de una buena parte de la sociedad.
Empresa? Qué es una empresa
Y como este es un diario económico y empresarial quizás debería haber encendido las luces de alarma por el hecho de que una persona que no debe haber pisado en su vida una empresa y que con suerte puede entender -que no interpretar- una cuenta de resultados, sea nombrado responsable de Empresa del país. Y más en momentos como estos que necesitan de personas con conocimientos y experiencias para levantar la moral y la economía de las empresas.
Suerte que hay un conseller que sabe de empresas y de economía, y no estaría de más que hiciera cursillos intensivos a sus compañeros de Govern.
Este sufrimiento, reflejo exacto del nivel de la clase política de nuestro país y del vecino del sur, ha tenido también una replica en uno de nuestros símbolos más preciados: el Barça
Pero dicen que aquí no se habla de economía. Haremos como Tip y Coll: “La semana que viene hablaremos del Gobierno”.
Hablábamos al principio de sufrimiento y decíamos que volveríamos.
Este sufrimiento, reflejo exacto del nivel de la clase política de nuestro país y del vecino del sur, ha tenido también una replica en uno de nuestros símbolos más preciados: el Barça. Un Barça que, entre escándalos de facturas que se pagaban por vías no muy claras, y dónde directivos que con la mano derecha apoyaban al presidente con la mano izquierda filtraban a la prensa “amiga” las corruptelas de los amigos de Bartomeu, y, al final, con una tercera mano se declaraban herederos del presidente y se presentaban a las elecciones. Elecciones que, una vez veían las nulas posibilidades, y después de ofrecerse a candidatos con más posibilidades, y de ser rechazados, montaban el cuento de la lágrima y anunciaban que se retiraban. Es el cuento de un personaje al que ustedes podrían poner nombre y apellidos. Como cuando insinuamos la política no decimos nombres, tampoco lo haremos en este campo.
Un líder necesario
Un cuento precioso, y, poco más o menos, la misma historia de manos derechas, manos izquierdas y terceras manos que en otro terreno de juego, el político (ya volvemos con la política). Traiciones, jugadas de “farol”, lágrimas, juramentos de amores eternos, que a los 5 minutos ya llevaban unos cuernos que daban grima.
Qué ha quedado de todo esto: Jan Laporta otra vez al frente del Barça, con más ilusión que dinero y proyecto, temas que Roger Vinton nos ha ido explicando estas últimas semanas, y en los que no hay que profundizar. Eso sí, nos ha demostrado que la gente, la sociedad, todos nosotros, necesitamos un líder. Un líder que nos levante la moral y todo aquello que hay que levantar.
Y Laporta es un líder que nos hace volver a tener ilusión, a pesar de la desilusión del final de temporada, y a reavivarnos. “Trempera”, matinera y de las otras. Y ahora el Barça y el país necesitan un líder.
Empresarios con muchas voces
Y desde esta sección, como la política la vetaron desde su nacimiento, queremos un líder que ayude, no poniendo obstáculos, como es su especialidad, a trabajadores y a empresas.
También es cierto que, mande quién mande, tiene complicado entenderse con los empresarios. Porque si una cosa no falta son entidades representativas del empresariado. Cada una de ellas con su ego y con sus reivindicaciones.
Cuando van unos a reunirse con los Gobiernos, ellos son los verdaderos representantes del empresariado catalán.
Cuando van los otros, ellos son los verdaderos representantes de los empresarios
Cuando van los de más allá, ellos sí que son los verdaderos representantes de los trabajadores.
Y así hasta...
Y claro, cada uno de ellos lleva una carta a los Reyes (de Oriente), totalmente diferente a la del otro.
Y al político -el de ahora- lo que más le gusta es no tener que tomar una decisión comprometida. Y como hay tantas propuestas y solicitudes...; esperan al final de legislatura y prometen que en la próxima...
Pregunta: tan difícil es consensuar una hoja de ruta empresarial y exigir a los políticos con una sola voz? Seguro que el gobernante de turno no se lo tomaría tan a la ligera.
Tan difícil es consensuar una hoja de ruta empresarial y exigir a los políticos con una sola voz? Seguro que el gobernante de turno no se lo tomaría tan a la ligera
Es como en las fusiones. En estas se preguntan quién mandará y como se repartirán los lugares de mando. En estas, quien saldrá a la fotografía.
Decía al principio que hablaríamos de un tema sanitario; pero esto se ha hecho muy largo y lo dejaremos para la semana próxima (otra vez, Tip y Coll).
Si que querría acabar con una reflexión de Gaziel extraída del libro Quina mena de gent som, que seguro todos conocen pero que hay que recuperar y recordar:
“Ben al revés del que somiaven els nostres romàtics i esperitats nacionalistes, quan volien anar a sang i foc, el que a nosaltres ens afavoreix és la pau. La pau, el treball, la normalitat, fan que Catalunya floreixi espontàniament, com un verger a la primavera. I, mentrestant, Castella es rovella i s’asseca com una llança desada. El màxim perill, per als catalans, és la guerra. I no solament perquè no som bel·licosos, sinó també, i sobretot, perquè, quan toquen a matar i morir, Castella, que té un admirable i horrible sentit de la mort, en fa de seques i de verdes”.
Nos volveremos a ver.