
Poner un grano de arena en la lucha contra el cáncer y en la mejora de la vida de los pacientes. Esta es la razón de ser de Xenopat, un proyecto catalán impulsado en 2014 por los investigadores Alberto Villanueva, August Vidal y Anna Portela como un spin-off del Institut d'Investigació Biomèdica de Bellvitge, el Institut Català d'Oncología y el Hospital Universitari de Bellvitge.
“El objetivo final es dar más herramientas a oncólogos y pacientes. Si tenemos más herramientas, podemos combatir el cáncer con más elementos y curarlo o ayudar a prolongar y mejorar la calidad de vida de los enfermos”. Así explica Anna Portela la motivación detrás de Xenopat.
El modelo de Xenopat
Los orígenes de Xenopat se remontan mucho antes de 2014. Vidal y Villanueva llevaban años colaborando para generar modelos ortotópicos de tumores humanos para desarrollar sus investigaciones. Es decir, en la implantación ortotópica de tumores humanos en ratones. Este modelo permite replicar mucho mejor las condiciones de cada tumor e investigar la manera más efectiva de abordarlo. Lo plasmaron en publicaciones científicas y crearon un banco de modelos.
“Hubo mucho interés en la industria y desde el grupo de investigación no se podía dar respuesta”, detalla Portela, que explica que tuvieron que encontrar el equilibrio entre la investigación y la investigación con el servicio a la industria para colaborar en el desarrollo de fármacos oncológicos. Y así nació Xenopat. Lo más habitual era que los tumores se implantaran en ratones de forma subcutánea, pero la opción de Xenopat permite plasmarlo en el mismo órgano y ofrece mucha más similitud con casos humanos: “No éramos los primeros en hacerlo, pero no era mayoritario y, en Europa, aún menos”.
Anna Portela: “Siento que aportamos mucho”
A pesar de su faceta de investigadores, este paso a la práctica era toda una motivación: “A nivel personal, siento que aportamos mucho. Ayudamos a mover un plan real, no se queda en un papel”. Y es que Xenopat ayuda a investigar si la propuesta de fármaco de una empresa, ya sea en una fase inicial de una empresa emergente o en los ensayos preclínicos de grupos internacionales, tiene números de ser efectiva contra un tumor.
Estos servicios preclínicos avanzados es una de las dos ramas de Xenopat, que ofrece herramientas innovadoras a empresas e investigadores dedicados al desarrollo de nuevos fármacos contra el cáncer. La empresa pone a disposición de estos investigadores un banco con decenas de modelos ortotópicos de diferentes tipos de tumores, caracterizados a nivel genético y con diferentes sensibilidades a diversas quimioterapias.
Lucha contra el cáncer
“Para la industria, es uno de los últimos pasos preclínicos. Les permite simular lo que ocurrirá en un ensayo clínico en humanos”, añade Portela. Así, algunos de los fármacos contra el cáncer testados en colaboración con Xenopat en estos once años ya están en ensayos clínicos con humanos. Es un camino muy largo y en la mayoría de los casos nunca llegará aquel fármaco al mercado, pero la sensación es igualmente buena: “Tanto si el resultado es positivo como negativo, empujamos a las moléculas que deben llegar a los pacientes. O eliminarlas cuanto antes si no deben funcionar. Hay empresas que nos dan las gracias por resultados negativos, por centrarse en lo que puede funcionar”.
Recientemente, Xenopat ha aparecido en los medios por su participación en la investigación de un tratamiento para el cáncer colorrectal a partir de un fármaco contra el Alzheimer que se encuentra en desarrollo.
Uno de los retos actuales de Xenopat es conseguir la cotitularidad en fármacos contra el cáncer con los que colaboran en desarrollar y ya tienen acuerdos en este sentido: “Disponemos de las herramientas para ayudar a desarrollar fármacos para nuestros clientes”.
El tratamiento personalizado
El otro servicio que ofrece Xenopat, aunque todavía representa un porcentaje mínimo de los ingresos, es el tratamiento oncológico personalizado. Así, se ofrece a médicos y pacientes la tecnología más avanzada para poder seleccionar el mejor tratamiento en la lucha contra el cáncer de un paciente. A partir de un pequeño fragmento del tumor en concreto, se descubre cuál sería la mejor terapia. Un hito que es revolucionario en el tratamiento del cáncer.
“Nuestro sueño es que llegue a todos los pacientes”, enfatiza Portela, que asegura que es un sistema que funciona en los casos con los que han colaborado: “Lo importante es sugerir al oncólogo cómo puede tratar al paciente. La decisión es para el oncólogo y es muy duro, porque es una decisión muy importante”. Sin embargo, deja claro que no hay varitas ni soluciones mágicas.
De un pequeño rincón de Catalunya
Xenopat está desarrollando todo este proyecto con un pequeño equipo de siete trabajadores y compiten con multinacionales con miles de investigadores. Portela reflexiona sobre cómo han conseguido sobrevivir en este entorno: “Estamos muy cerca del cliente, les hemos escuchado y nos hemos adaptado”. Las recomendaciones dentro del sector han sido claves y ahora quieren abordar una fase de crecimiento mucho más acelerada.
Todo ello desde Catalunya, con un sector de las ciencias de la salud y biotecnología potente, pero con carencias y dificultades, como la falta de incentivos a investigadores para crear nuevas empresas o generar nuevas patentes. “Se debe apostar mucho más”, reivindica Portela, que muestra el orgullo en el trabajo de Xenopat: “La sensación de estar cerca de los pacientes para ayudarles es muy satisfactoria”.