Ha enseñado a jóvenes como hacer tecnología con brics de leche.. por eso seguramente Marta Guardiola, ingeniera y Doctora en telecomunicaciones, no le ve límites a la investigación. Opina que se tiene que buscar la aplicación en la vida real, porque "la tecnología tiene que satisfacer una necesidad real. Todo va ligado". Con este principio por bandera, abandonó la investigación académica para dar el salto al business y fundar su propia compañía, MiWEndo Solutions -spinoff de la UPF, la UPC, el Hospital Clínic de Barcelona y el ICREA- desde donde dirige un equipo de ingenieros que ha miniaturizado un sistema de antenas para ser acoplado a los colonoscopios acompañada por Ignasi Belda. El objetivo es reducir el impacto del cáncer de colon, el más prevalente en la sanidad española. Por estas actitudes, acaba de recibir el premio DONA TIC Emprenedora 2020, además de por haberse implicado personalmente en el fomento de las vocaciones STEM entre los jóvenes y, en particular, las niñas, con la organización de multitud de talleres y charlas. VIA Empresa la entrevista telemáticamente, de pantalla a pantalla, para conocer a esta investigadora que ya está cambiando la investigación catalana.
Primero que nada, ¡felicidades! ¿Qué significa un premio a la emprendeduría en un contexto como el actual?
Tampoco me lo esperaba, me ha hecho mucha ilusión porque es un reconocimiento personal pero en mi caso al ser de emprendeduría es un reconocimiento a todo el equipo de MiWendo solutions y bien es verdad que muy contenta... el Conseller nos recalcó que a partir de ahora teníamos que ser un referente porque para que se presenten más mujeres, y que haya más mujeres que se atrevan a estar en el mundo de las TIC, porque faltan referentes sobretodo. Yo no sé si me considero un referente, pero si esto puede servir para algo, pues adelante.
¿Por qué os han premiado, cuál es el proyecto?
Es un proyecto que se creó durante mi época doctoral y post-doctoral que trata de aplicar una tecnología muy TIC, las microondas, en aplicaciones médicas. Básicamente es parecido a cualquier tecnología de imagen médica, como los ultrasonidos o los rayos X, pero utilizando las microondas, que nos permite tener una imagen del interior del cuerpo sin causar ningún daño a la salud. Es la primera vez que se aplica en la endoscopia, que todo surgió cuando conocí a la doctora Glòria Fernández, que actualmente es nuestra directora médica, que nos hizo conocer las imitaciones que había en las endoscopias, donde había una gran limitación de imagen. Esto supone que un 20% de las lesiones precancerosas no se detecten. Y vimos que podíamos contribuir aquí, ampliando el rango de visión y además lo podemos relacionar con la patología de la lesión... y actualmente no era posible. Así solucionamos dos de los problemas que tienen las endoscopias.
¿Cómo es la aplicación de la tecnología en la práctica? La transferencia tecnológica es el gran qué de la investigación...
Nosotros tomamos la decisión, después de hablar con muchos médicos, que la tecnología cambiara al mínimo la práctica clínica porque hay soluciones que son muy tecnológicas, y parecen muy buenas, pero son muy difícilmente aplicables y es la principal causa por la que muchas tecnologías no acaban llegando a la práctica clínica. Por eso decidimos hacerlo como un accesorio que se añade a la punta del endoscopio para dar información adicional, que genera una alarma sonora. Es como el radar de un coche que nos va avisando cuando estamos muy cerca de la pared, pues sería pareciedo a lo que pasaría cuando un médico pasase cerca de un pólipo.
"Hay soluciones muy tecnológicas, y parecen muy buenas, pero son difícilmente aplicables: es la principal causa de que muchas tecnologías no acaben llegando a la práctica clínica"
¿Ya está aplicándose en los hospitales?
No, actualmente la empresa está trabajando en el desarrollo y estamos al principio. Primero, no sabíamos si habría problemas con las microondas, hasta que hicimos un estudio con 23 pacientes del Clínic; actualmente estamos trabajando en la industrialización del prototipo, lo hemos miniaturizado para que se pueda adaptar a la punta de un endoscopio. Cómo que es un dispositivo médico, hay una parte muy importante y muy larga que se tiene que hacer antes de que se pueda probar en pacientes. La regulatoria nos obliga a hacer pruebas con cerdos y también con tejidos extraídos de humanos. Todo esto nos dará la evidencia, y sobre todo la seguridad, que necesitamos demostrar para que nos den la aprobación y poder poder pasar a hacer tests con humanos. Los ensayos clínicos, como los que se están haciendo ahora con el Covid-19, nosotros los tenemos planificados para el año que viene.
Precisamente, una de las críticas más habituales en este momento, que la rapidez de la investigación es un factor tan importante, es la lentitud de la burocracia y la regulación. ¿Cómo les afecta?
Es así, y por ejemplo, con el Covid se están reduciendo muchísimo los tempos pero entiendo que es una cosa que no se puede cambiar. Es verdad que acaba siendo un proceso muy lento y muy caro, pero entiendo que en el fondo tiene que existir porque evidentemente como pacientes y personas necesitamos que detrás haya habido unos mínimos tests y comprobaciones para que esto se pueda utilizar. Afortunadamente que existe porque es un tema suficientemente sensible, se tiene que hacer. Con esto en mente, también es verdad que eso repercute en más tiempo y en mucho más dinero para que esto llegue al mercado. También es cierto que tenemos un ecosistema bastante potente, que conoce la problemática y muy específicamente los inversores y mentores, y saben esta realidad. Es un problema, si, pero todo el mundo lo sabe y por lo tanto estamos preparados para poder hacerle frente.
¿Cómo trabajan y como se han organizado con la pandemia?
La empresa ya nació en tiempo de confinamiento, porque justo antes del Covid, éramos sólo tres personas. La ampliación de capital ha surgido en el confinamiento y es cuando ampliamos el equipo, por eso nunca hemos tenido una sede, siempre hemos teletrabajado. Tenemos un convenio con la UPC para tener un espacio para hacer algunas pruebas de hardware, pero el resto cada cual está en su casa. Somos una empresa virtual (ríe).
Pandemia, emprendeduría y tecnología de la salud. ¿Están en el momento perfecto?
Sí... realmente es que ligamos todos los temas. Actualmente es un momento super bueno. Desde que creamos la empresa, alrededor nuestro ha habido un ecosistema, programas de mentoria, salud, etc. Hemos creado programas, mucha gente nos ha apoyado, también hay financiación para los temas de salud. Hemos visto que hay empresas y fabricantes alrededor nuestro, tenemos en Catalunya un montón de empresas, hasta ahora no era consciente que había tantas con esta capacidad de fabricación a nuestro alrededor. El año pasado fuimos a la feria médica, la más importante de dispositivos médicos de Europa, y de hecho nos reunimos con empresas y había muchas que eran catalanas. Decías "Déu n'hi do!", sí que tenemos empresas del sector que están haciendo cosas muy avanzadas de primer nivel.
¿Catalunya es un buen territorio para desarrollar proyectos de este tipo? ¿Cómo valoran tanto el contexto catalán como el español?
En nuestro caso ha sido muy positivo, en ningún momento nos ha faltado nada, nos ha ido todo muy rodado. Seguramente no es un caso significativo, pero en nuestro caso todo lo que hemos ido necesitando nos ha ido surgiendo. Realmente siempre hay dificultades, como los problemas de incompatibilidad si quieres emprender siendo un investigador.
Hoy en día es difícil financiar nuevos proyectos...
Es cierto que encontrar financiación no es fácil, cuando pasamos desde la academia a la empresa fue porque se nos acababa la financiación pública porque vimos que había más oportunidades en el mundo de la empresa que en el mundo de la investigación. Si tienes la conjunción, que tu proyecto satisface una necesidad médica no cubierta, con una tecnología muy novedosa, en un campo como el de la salud, no es tan difícil que te dan muchos proyectos. La tecnología tiene que satisfacer una necesidad real. Todo va ligado.
Glòria Fernández, Marta Guardiola e Ignasi Belda, el equipo de la empresa | Cedida
El premio 'DONA TIC' también valora su implicación en la vocación pedagógica. ¿Cómo ha trabajado este enfoque?
Desde siempre me ha gustado mucho esta parta docente, he sido profesora en la universidad y siempre me ha atraído mucho, hacerlo de una manera que pueda motivar los alumnos. Relacionado con esto, siempre que había la oportunidad de hacer talleres con alumnos de ESO, me apuntaba. He participado en Oracle for the girls, en el YOMO, en algunos talleres que relacionan cosas muy tecnológicas con cosas de andar por casa. Y les gustaba bastante y les motivaba bastante.
Hace una reflexión de vincular la cotidianidad, las cosas domésticas, con la tecnología, ¿cómo llega ahí?
El uso de la tecnología es muy cotidiano pero realmente lo que no es tan cotidiano eres tu siendo capaz de poderla entender o poderla generar, entonces puede ser que una persona no escoge una carrera técnica, porque ve muy difícil el hecho de, por ejemplo, crear un dispositivo médico. Mi idea es transmitir que, con algunos conocimientos muy básicos y material muy básico también se pueden hacer cosas, cambiar la mentalidad de la gente haciéndoles ver que realmente se puede crear tecnología nueva. Cuando hacía los talleres lo enfocaba por aquí, porque es cierto que las carreras técnicas todavía están al 15% de chicas, por lo tanto, es una realidad que no ha cambiado mucho desde que yo estudiaba. Creo que la clave es vincular la tecnología a alguna aplicación muy TIC muy TIC, pero de una práctica concreta. Quizás así, buscando vinculaciones sanitarias o sociales, las chicas se interesan más.
Entonces, ¿la solución sería intentar explicar las aplicaciones de la tecnología en proyectos concretos?
Si, porque seguramente casi nadie sabe que podemos aplicar la tecnología de los móviles en la medicina, que es lo que hacemos nosotros. Cada vez se tiene más acceso, pero yo no lo habría pensado... Cuando empecé la carrera ni se me habría ocurrido todo esto.