La capacidaddecompetir de cada país es el indicador que mide cada año la prestigiosa escuela de negocios suiza IMD en su World Competitiveness Ranking, donde ordena los 67 países más competitivos del mundo. Para el centro educativo, hay cuatro ejes que componen la competitividad de un territorio: el rendimiento económico, la eficiencia del gobierno, la eficiencia empresarial y las infraestructuras. Y es que no hace falta hacer muchos números para imaginar que el Estado no aparece en el top 10 de países más competitivos del mundo; de hecho, ha retrocedido posiciones respecto al año pasado. Ahora bien, teniendo en cuenta el rol regulador que ha adoptado Europa frente a los Estados Unidos como potencia innovadora y de Asia como productora, según definió el catedrático de Economía Xavier Sala-i-Martín en la pasada Reunió
Singapur lidera un ranking muy europeo
En una primera y destacada posición se encuentra Singapur, que ha obtenido la máxima puntuación de la lista. Ha repetido la posición que alcanzó en 2020, el año del estallido de la pandemia, y si bien los años posteriores se ha movido entre las primeras posiciones, este año vuelve a destacar como el país más competitivo del mundo (y el más pequeño en superficie de la lista). Según la escuela de negocios suiza, lo ha hecho gracias a la eficiencia del gobierno y empresarial del territorio, y destaca el hecho de ser el tercer país con más PIB per cápita y con la cuarta tasa de desempleo más baja (1,9%).
Singapur es el país más competitivo del mundo
Las tres posiciones siguientes pertenecen a países europeos: Suiza, Dinamarca e Irlanda. Los dos primeros han alcanzado una puntuación de 97,5 y 97,1, respectivamente, mientras que el país vecino del Reino Unido ha obtenido 91,9 puntos. Mientras el ránking destaca de Suiza la eficiencia de su gobierno y sus infraestructuras, Dinamarca ha obtenido la máxima puntuación en cuanto a eficiencia empresarial, lo que le impulsa a las posiciones más avanzadas de esta lista.
Dinamarca, destronada como el país más competitivo del mundo
En 2021, Suiza fue la sucesora de Singapur como el territorio más competitivo, aunque desde 2020 siempre ha formado parte del top 3. Es natural: goza de los mejores indicadores en cuanto a desempleo y PIB per cápita. Dinamarca, sin embargo, fue el país más competitivo tanto en 2022 como en 2023, y a pesar de su elevado indicador de eficiencia empresarial, cuenta con unos indicadores económicos bastante mejorables: tiene la 16ª tasa de inflación más baja -justo por delante de España- y su tasa de desempleo es la 34ª más favorable.
En el caso de Irlanda, los cuatro indicadores clave de la competitividad registran un comportamiento respecto de Dinamarca: a pesar de contar con un rendimiento económico más bien disimulado, la eficiencia gubernamental y empresarial es bastante elevada. Por su parte, Hong Kong, con una puntuación total de 91,5, es el quinto país más competitivo. El territorio repite las posiciones de 2020 y 2022, en gran parte gracias a mantener unos indicadores macroeconómicos bastante equilibrados, con la quinta tasa de inflación más baja (2,1%) y una tasa de desempleo relativamente favorable si la comparamos con la gran mayoría de territorios de la lista (2,9%).
La inteligencia sueca aumenta posiciones
IMD ha considerado Suecia como el sexto país más competitivo del mundo, subiendo dos escalones en la lista y destacando su eficiencia gubernamental, así como sus infraestructuras, que han llevado tanto al país nórdico como a su capital a ser un ejemplo de territorio inteligente. Hay que salir de Europa para encontrar las dos posiciones siguientes, la séptima y la octava, que la escuela de negocios suiza ha atribuido a los Emiratos Árabes Unidos y a Taiwán. Los Emiratos cuentan con un modelo bastante diferente del apreciado en los países anteriores: mientras el conjunto de las infraestructuras del territorio cuenta con una puntuación más baja que la de los países anteriores, el rendimiento económico es muy superior. De hecho, supera al de Singapur, el país más competitivo del mundo, y al del resto de países que le siguen.
Este año, los EAU alcanzan la posición más elevada desde 2020 con unos indicadores macroeconómicos muy favorables en relación con la gran mayoría de los países que constan en la lista: es el cuarto país con menos inflación y el quinto con menos desempleo y más PIB per cápita. Por otro lado, Taiwán repite la posición de 2021 en el ránking de competitividad, destacando por su progresiva y sostenida mejora en el conjunto de sus infraestructuras.
Finalmente, el top 10 lo cierran Países Bajos y Noruega, contribuyendo a la gran participación europea de la parte superior del ránking elaborado por IMD. Si bien Países Bajos, con una puntuación global de 86,9, destaca por la eficiencia de su tejido empresarial, Noruega lo hace por contar con un equilibrio entre la eficiencia empresarial, gubernamental y por el favorable nivel de sus infraestructuras. Pero, el país nórdico cuenta con un rendimiento económico bastante inferior, lo que lo sitúa justo por debajo del territorio holandés.
España desaparece a la hora de hablar de competitividad
Si bien estos han sido los países que han protagonizado el prestigioso World Competitiveness Ranking, deberíamos ampliar este top 10 a la posición número 40 para ubicar al estado español. España se encuentra en la parte baja de la lista, por debajo de territorios como Kazajistán, Kuwait o la India, pero por encima de Polonia, Italia o Grecia. La puntuación global que adquiere este año es de 62,8, es decir, más de 20 puntos por debajo de los países líderes de Europa (y del mundo).
España ha bajado cuatro posiciones en el World Competitiveness Ranking
Aunque la lista tiene una consideración bastante positiva del rendimiento económico español, con un indicador de 53,3 puntos -que supera, sin ir más lejos, al de Noruega, que es de 52,6-, se observa una gran ineficiencia gubernamental, que no solo preocupa por el bajo indicador que muestra IMD, sino porque año tras año empeora. Este hecho explicaría el descenso de cuatro posiciones de España en el ránking y que, por tanto, año tras año, sea un territorio menos competitivo.