Ayer por la mañana participé en el congreso La Suma de Inteligencias organizado por la Universitat de Girona. Hasta nueve ponencias de un cuarto de hora se fueron sucediendo de 9:30 hasta las 13:30, y a pesar de que a mí me tocaba a mediodía me quedé enganchado todo el rato, probando de no mirar demasiado la pantalla pero tomando apuntes, desde la presentación del Magnífico Rector el Dr. Quim Salvi a la charla final de la presidenta de la AIA Regina Llopis.
Me gustó mucho la glosa en la universidad que el Dr. Salve hizo en su alocución de bienvenida, con su función de "depósito del conocimiento acumulado de muchos años y —más importante— anticipación de conocimientos futuros. Citando Newton remarcó que la universidad "es sólo un enano, pero que ve más allá gracias al hecho de qué va sobre los hombros de gigantes".
"La universidad es sólo un enano, pero que ve más allá gracias al hecho de qué va sobre los hombros de gigantes"
Por eso animó la comunidad universitaria a avanzar, buscar utopías en el fin de una época y el inicio de la otra. Si todo cambia, también tiene que cambiar la universidad y esto sólo lo haremos con la suma de inteligencias. Nos implantó una imagen perturbadora en el cerebro cuando a raíz de la necesidad de la universidad nos preguntó si nos imaginábamos un país sin universidades.
Cuando todavía resonaba esta pregunta en mi cabeza intervino el doctor en filosofía Joan Manel del Pozo hablando de la ética de la IA y del aparente dilema de tener que definir la inteligencia con… nuestra inteligencia. Citó el cosmólogo Max Tegmark en aquello de que somos seres inteligentes que no nos ponemos de acuerdo en defininir nuestra inteligencia con la ayuda de nuestra inteligencia (lo he tenido que leer un par de veces yo también).
Yendo a la etimología de la palabra, del Pozo nos hace notar que inteligencia deriva del latín "inter-legere" o "intra-legere", elegir entre o leer dentro. Tener un comportamiento inteligente seria pues la capacidad de decidir (elegir) aquello que nos conviene, de guiar nuestra vida según nuestra libre voluntad. Y en esto la inteligencia artificial no se asemeja nada a la nuestra; no tiene capacidad de decisión. Pero tiene otros.
"Somos seres inteligentes que no nos ponemos de acuerdo en defininir nuestra inteligencia con la ayuda de nuestra inteligencia"
Cita Harari cuando enumera las capacidades no humanas de la IA como la conectividad y la capacidad de actualización. Es precisamente este reparto de capacidades que hace que estamos condenados a trabajar juntos y a combinarlas en una suma de inteligencias: aquello esencial es preservar la "y" de inteligencia natural —la capacidad de definir valores y finalidades— y utilizar de manera inteligente la "y" del artificial.
La jornada continuó con la intervención del arqueólogo y presidente de Roca&Salvatella Genís Roca, el físico e informático Ramón López de Mántaras, la experta en IA Nuria Oliver de Vodafone y DataPop Alliance, el director asociado del Barcelona Supercomputing Center Josep M. Martorell, el consultor en innovación de LeadToChange Xavier Marcet, servidor de ustedes y Regina Llopis, fundadora y presidenta del Grupo AIA.
Viernes, más.