"Un grito a la esperanza de vivir". Este es uno de los lemas de Hysteresis nacida el 2014 del debate de una familia de Sabadell en una xurreria de Madrid. "Vimos quehabía una revolución social, necesitábamos políticos más cercanos pero también emprendidas y productos más cercanos", recuerda Josep Prat, cofundador y director de comunicación de la startup. A contracorriente, Hysteresis empezó como ecommerce y ahora tiene sus ojeras magnéticas de esquí (capaces de engancharse a una nevera) en más de 100 tiendas a pie de calle o de pista. Su secreto? "Le damos todo el poder al cliente". Su aspiración? "Ser un referente dentro de la óptica de la nieve".
Prat: "Aspiramos a ser un referente dentro de la óptica de la nieve"
Al más puro estilo Hawkers, Hysteresis tiene un producto "fresco, innovador y personalitzable" y un trato "próximo, rápido e interactivo". El cliente lo elige todo: el marco, la lente y la cinta. Ojeras de esquí al gusto del libre pensador. La comunicación multicanal y multidireccional es también una de las claves de su éxito. Con más de 30.000 seguidores a las redes sociales, se vende un producto como una auténtica filosofía de vida que pasa para "cambiar continuamente, de experimentar, de superar los miedos y de conseguir los sueños".
Su nombre, procedente de la curva de Hysteresis, ya es toda una declaración de intenciones de la revolución magnética: "El estado depende de una historia previa, pero si los comportamientos se invierten, no se repite la situación inicial".
Nieve online y física
La aventura hacia la nieve arranca de la mano de tres hermanos (Imma, Josep y Jan) y un amigo (Sergi Fernández) con un capital inicial de 10.000 euros. Primero, como autónomos y después como sociedad limitada. No han pedido nunca ningún crédito ni han participado en ninguna ronda de financiación pero no descartan tener que pedir ayuda de cara a la próxima temporada. La facturación de 200.000euros de este año, el que supone cinco veces más que la de 2016, ha roto todo sus pronósticos.
Al comienzo, Hysteresis lucía magnetismo únicamente en internet. Prat explica que "las ventas eran buenas, el producto enganchaba pero la gente quería tocarlo y verlo en persona". Tienda física vs online? Ahora mismo, mejor las dos. A pesar de que la startup no tiene establecimiento propio, esta Navidad ha entrado en grandes superficies como El Corte Inglés, Pico Negro, Pyrénées, Sierra Nevada o Aramón. "Necesitamos estar en las tiendas porque son prescriptores y una referencia de credibilidad", añade el cofundador.
Son punteros en tecnología magnética aplicada a la óptica. Primero, la dejan probar a los riders de la nieve y después la comercializan. A pesar de que la competencia ya se ha apuntado al carro del magnetismo, el cofundador se muestra convencido que "ser los primeros y estar en tienda física y online" es ahora mismo el camino del éxito.
La filosofía de almacén
Prat no esquia pero procura estar conectado en todo momento por si hay cualquier duda o nuevo pedido. Muchas tardes se las pasa al almacén montante y desmontando cajas y ojeras. "Es un proceso complicado", admite. Del diseño a lo entrega final pasando por la tecnología magnética y el packaging. Ahora bien, Prat se muestra muy orgulloso de "la filosofía de almacén", puesto que le ha permitido empezar de cero, entender "la dificultad de emprender", así como aprender a valorar "todas las piezas de su equipo". Para recoger, se tiene que sembrar.
Entre los 30 euros de Decathlon y los 250 euros de la norteamericana Oaklay, Hysteresis se desmarca con un precio de 100 euros por pack que incluye ojeras, lento extra, caja, funda, bolsa y tubo. "Muchas grandes empresas del mundo del esquí todavía no han entendido que ser cercano es la clave porque te sigan comprando", asegura Prat. Cita como ejemplo el caso de una compañía telefónica que no coge el teléfono, demostrando así que "no sabe responder el cliente con aquello que vende."
Esquiar en verano?
Con una sonrisa de plena satisfacción, recuerda el caso de un cliente de Suecia que los felicitó por su producto y su atención personalizada hasta el punto de promocionarlos entre los habitantes de su pueblo. U otro que los bautizó en un portal de esquí como "las Hawkers de la nieve". A pesar del temporal, su mercado es el mundo. De hecho, ficharon un comercial de Nintendo que ahora ya no sólo se dedica a vender el producto por el conjunto de España y Andorra, sino que ya está explorando el mercado de Sudamèrica para cubrir la otra mitad del año.
Previamente, probaron suerte con las ojeras de solo pero, según Prat, "es un mercado muy explotado tanto a escala física como ecommerce que difícilmente da beneficios por el trabajo que supone". Así pues, han optado por la especialización: "Nos centramos en el esquí porque nos era más fácil y porque así nos convertíamos en especialistas para el público". Para una marca, quererlo a menudo es como no tener nada. Al menos, de cara a la galería. El cofundador defiende que "a no ser que sea muy conocida, es difícil que una empresa que hace cascos, esquíes, botas y ojeras se posicione en el cuadro mental de un cliente".
"Las ojeras de solo son un mercado muy explotado"
De cara al futuro, Prat se enrecorda del pasado. Concretamente, del sociólogo polaco Zygmunt Bauman y su famosa teoría sobre "la modernidad líquida". "Nosotros emprendemos e intentamos ganar un espacio al mercado haciendo las cosas diferentes de cómo se han hecho hasta ahora. Primero se tiene que pensar como cambia la sociedad y después tetienes que adaptar", asegura. Hystheresis nació por magnetitzar y en pocos años espera ganar reconocimiento tanto entre los profesionales del esquí como entre sus amantes. En el último minuto y en plena campaña electoral, Prat pide el voto a su potencial cliente: "Queremos ser tus ojos, en el riesgo y en la diversión, con la última tecnología, pensando a hacerte la vida más fácil".