De la esperanza al desencanto. Todavía quedan meses para que lleguen los fondos europeos Next Generation EU, pero ya hay sectores que ven claro que no les gustará la manera cómo se repartan. Son las pymes y parte de la sociedad civil organizada de las Illes Balears. Las críticas de cómo el Govern está gestionando este tema han empujado a la presidenta del archipiélago, Francina Armengol, a remodelar el ejecutivo para crear un nuevo departamento: la Conselleria de Fons Europeus, Universitat i Cultura. Como el propio nombre indica, la principal tarea de la que se tendrá que ocupar es la gestión de las esperadas ayudas comunitarias que tienen que servir para salir de la crisis con un modelo económico renovado.
Los principales miedos de quienes no ven claro el reparto del dinero son dos. Por un lado, temen que todos vayan a parar a grandes empresas y las pymes y los ayuntamientos de poblaciones pequeñas no puedan optar a él. Por el otro, quieren evitar que las ayudas solo sirvan para tapar agujeros de la actual crisis y no se inviertan en una transición real hacia un modelo económico más sostenible y diversificado. "Un 95% del tejido productivo de las Balears son pequeñas y microempresas que no tienen las manos suficientes como para crear proyectos que puedan competir con los de las grandes corporaciones", lamenta Jordi Mora, el presidente de Pimem, la patronal de la pequeña y mediana empresa de Mallorca.
La federación de empresarios forma parte, junto con una treintena de entidades, del Fòrum de la Societat Civil, nacido precisamente para reclamar un nuevo modelo económico después de la pandemia. La asociación ecologista GOB es otro de los miembros de este foro. Su responsable del área de territorio y recursos, Margalida Maria Ramis, asegura que "intentamos que las pymes y las redes de pequeños ayuntamientos no se echen atrás en el camino para conseguir los fondos europeos por miedo a no poder competir". En este sentido, han hecho una petición al gobierno central: que cree una oficina donde los pequeños proyectos que quieren obtener ayudas de la UE puedan acceder a asesoramiento gratuito.
"Los fondos europeos se tendrían que dirigir a cambiar el modelo económico y mejorar el sistema productivo con la vista puesta en 10 años, no a cubrir las miserias del presente", según Jordi Mora (Pimem)
Ramis pone un ejemplo de pequeña iniciativa que el GOB considera que se adecúa completamente a los requerimientos para acceder a las ayudas. Se trata de un proyecto que prepara Apaema, la Associació de Producció Agrària Ecolàgica de Mallorca: "Se ha organizado muy bien y sabemos que quieren optar a los fondos, así que intentamos ayudarlos". A pesar de que el presidente de Pimem quiere dejar claro que las grandes empresas que optan a los fondos europeos "lo hacen de forma legítima", también afirma que ellos no lo comparten. "Al final, se repartirán el dinero entre los grandes oligopolios", añade.
¿Todo para el turismo?
Como el turismo es uno de los sectores que más ha sufrido desde que empezó la pandemia y que más grandes empresas reúne en las Balears, también es el que se espera que acumule una mayor parte de los fondos que lleguen de Bruselas. "El objetivo del Govern es la recuperación del sector turístico; no tiene ninguna intención de hacer un cambio de modelo económico", según la responsable de territorio del GOB. Y es que la caída del PIB del archipiélago ha sido la más acusada de todo el Estado español en 2020 con un 27%. La causa de este descenso es la baja presencia de turistas por la covid-19.
Si a esta situación se añaden las presiones que recibe el ejecutivo por parte del sector, se crean las circunstancias perfectas para que buena parte de los fondos europeos tengan este destino. Por un lado, las grandes empresas hoteleras baleares han presentado un megaproyecto conjunto para optar a 2.000 millones de euros comunitarios. Por el otro, la campaña SOS Turismo que se presentó el pasado viernes reclama, precisamente, salvar al turismo para recuperar la economía. Como Ramis, Mora considera que el dinero proveniente de Europa "se tendría que dirigir a cambiar el modelo y mejorar el sistema productivo con la vista puesta en 10 años, no a cubrir las miserias del presente".
Y esta no es una opinión suya, sino que el propio Plan de recuperación, transformación y resiliencia que presentó a finales de año el Gobierno español para organizar las ayudas de la UE está inspirado en una reforma del modelo y tiene unas bases muy claras: sostenibilidad, digitalización, igualdad de género y cohesión social y territorial. Mientras que una parte de los fondos los repartirá Madrid, el resto quedará en manos de las comunidades autónomas para que los distribuyan a proyectos públicos y privados como crean conveniente.
"Queremos que el Govern ponga sobre la mesa qué proyectos ha presentado al Ministerio, de qué empresas son y que el proceso de adjudicación también sea transparente", reclama Margalida Maria Ramis (GOB)
El turismo no es el único sector que ya ha visto como sus grandes empresas se organizaban. "Ha pasado lo mismo con las energéticas, las telecomunicaciones...", lamenta Mora. Una de las iniciativas que quiere recibir financiación de la UE, detalla Ramis, es la construcción de dos plantas de hidrógeno en las Balears; una, en Maó y la otra, en Alcúdia. Detrás de un proyecto tan ambicioso y caro, no está ninguna pyme, sino una empresa del Ibex35, Endesa.
Un reparto justo y transparente
¿De qué manera se pueden repartir los recursos de Next Generation EU para llegar a todo el tejido productivo? A pesar de que ni Pimem ni el GOB tienen una receta mágica, sí hacen alguna propuesta. Desde la patronal, equiparan esta situación a la de las licitaciones públicas: "Hacía tiempo que pedíamos que salieran a concurso lotes más pequeños para que las pymes pudieran acceder a ellos y hace tres años se aprobó; si las pequeñas empresas no tenían manos para acceder a las adjudicaciones, tampoco las tienen para competir con las grandes en proyectos para optar a los fondos europeos". Para Ramis, lo más importante es la transparencia. Es por esta razón que el GOB reclama "que el Govern ponga sobre la mesa qué proyectos ha presentado al Ministerio, de qué empresas son y que el proceso de adjudicación también sea transparente".
Además, ambos ven imprescindible que haya diálogo social. A grandes rasgos, de los 140.000 millones de euros que llegarán, aproximadamente, 70.000 millones serán en forma de préstamo y, los 70.000 millones restantes, ayudas directas. Pimem propone que la mayor parte de ayudas directas vaya hacia las pymes, mientras que sean las grandes corporaciones quienes se queden con los préstamos, puesto que después tendrán más posibilidades de devolverlos.
Las entidades que conforman el Fòrum de la Societat Civil va con tiempo. Las reclamaciones todavía tienen unos meses –hasta que se hayan repartido definitivamente los Next Generation EU– para hacer efecto. La creación de la Conselleria de Fons Europeus la semana pasada sorprendió a Ramis y puede suponer un primer paso hacia la "transparencia" que reclama. El problema de fondo, considera, son "las prisas".