07
de Abril
de
2015
No sé vosotros, pero ahora que ha llegado el frío, yo cada vez que recibo la factura del gas me cogen todos los males. Y se que aunque tengamos un termostato, no son unos aparatos especialmente sencillos de programar y, por supuesto, no se adaptan a los imprevistos. Si una noche llegáis más tarde porque habéis ido a una cena improvisado, el aparato seguirá con la programación habitual calentando la casa a la hora que se supone que teníais que llegar.
Este sábado os enseñaremos como funciona Nest, el termostato inteligente de Google. A primer vistazo, el dispositivo parece cualquier cosa menos un termostato. Es completamente redondo, y todo él es una pantalla. Basta con tocarlo o pasar por delante para que se encienda y nos muestre la temperatura actual. Y si queremos cambiarla, sólo tenemos que girar la rueda, y llestos.
Además, dependiendo de la temperatura exterior, que el termostato obtiene del servicio meteorológico, el aparato nos mostrará un icono con una hoja verde cuando seleccionamos una escalfor que él considera adecuada para el ahorro.
Pero la gran ventaja del Nest es que no hay que programarlo, porque él solo aprende de nuestros hábitos. Si cada día cuando vamos a dormir bajamos la temperatura hasta 17 grados, a la cabeza de unos días cuando nos disponemos a hacerlo nos daremos cuenta que el termostato se nos ha avanzado. Y cómo que nuestros hábitos pueden cambiar, él nunca para de aprender.
Para los imprevistos que comentábamos antes, seamos donde seamos siempre podemos usar el app móvil o la web de Nest para cambiar la temperatura desde cualquier lugar.
Con esta misma web o aplicación, además, podemos ver un histórico de consumo que nos indica cuántas horas ha estado en funcionamiento la caldera, en qué momentos se ha puesto en marcha y por qué.
La instalación es relativamente sencilla si ya tenéis un termostato. Al mismo sitio web del dispositivo hay bastantes vídeos explicativos. Aún así si preferís que os lo instalen, Nest dispone de servicio oficial en Cataluña.
El precio del aparato ronda los 250 euros, bastante razonable si, tal como promete, nos ayuda a ahorrar hasta un 20% de energía.
Este sábado os enseñaremos como funciona Nest, el termostato inteligente de Google. A primer vistazo, el dispositivo parece cualquier cosa menos un termostato. Es completamente redondo, y todo él es una pantalla. Basta con tocarlo o pasar por delante para que se encienda y nos muestre la temperatura actual. Y si queremos cambiarla, sólo tenemos que girar la rueda, y llestos.
Además, dependiendo de la temperatura exterior, que el termostato obtiene del servicio meteorológico, el aparato nos mostrará un icono con una hoja verde cuando seleccionamos una escalfor que él considera adecuada para el ahorro.
Pero la gran ventaja del Nest es que no hay que programarlo, porque él solo aprende de nuestros hábitos. Si cada día cuando vamos a dormir bajamos la temperatura hasta 17 grados, a la cabeza de unos días cuando nos disponemos a hacerlo nos daremos cuenta que el termostato se nos ha avanzado. Y cómo que nuestros hábitos pueden cambiar, él nunca para de aprender.
Para los imprevistos que comentábamos antes, seamos donde seamos siempre podemos usar el app móvil o la web de Nest para cambiar la temperatura desde cualquier lugar.
Con esta misma web o aplicación, además, podemos ver un histórico de consumo que nos indica cuántas horas ha estado en funcionamiento la caldera, en qué momentos se ha puesto en marcha y por qué.
La instalación es relativamente sencilla si ya tenéis un termostato. Al mismo sitio web del dispositivo hay bastantes vídeos explicativos. Aún así si preferís que os lo instalen, Nest dispone de servicio oficial en Cataluña.
El precio del aparato ronda los 250 euros, bastante razonable si, tal como promete, nos ayuda a ahorrar hasta un 20% de energía.