El 5G todavía no ha llegado a su formulación final. Es una evolución de las antiguas redes móviles que empezaron con el 2G y siguieron con el 3G y el 4G. Ahora, el estándar de 5G se encuentra en la decimoquinta versión, pero no será hasta la decimoséptima que estará del todo desarrollada. Pero por primera vez esta nueva tecnología de conectividad móvil no es una simple mejora de las ya existentes: supondrá un salto en todos los sentidos. Más seguridad, rapidez, inteligencia, procesamiento de datos y un cambio de infraestructura son sólo algunas de las novedades que presenta. Además, el 5G será mucho más que una red para móviles, puesto que ofrecerá ventajas a muchos sectores diferentes. De hecho, será el principio del fin de los smartphones.
"Los móviles tal como los conocemos ahora desaparecerán; evolucionaremos hacia unos dispositivos que dejen las manos libres", dice Eduard Martín, el responsable de 5G del Mobile World Capital. Es por esta razón que la conectividad se centrará en otros sectores, como ha explicado Martín en un coloquio sobre inteligencia artificial y conectividad inteligente 5G organizado por el despacho especializado en nuevas tecnologías Font Abogados. Para los dispositivos móviles simplemente supondrá una mayor rapidez: "Nos podremos bajar una película en seis segundos, pero esto es anecdótico". La movilidad, la industria, la salud, el deporte y los servicios sociales son algunos de los sectores en los que el 5G y la inteligencia artificial ya han empezado a introducir cambios.
La red en sí será inteligente y esto permitirá trocearla, es decir, segmentarla para ofrecer a cada sector las características de red que requiere. Martín expone las ventajas del slicing, que permitirá con una sola infraestructura tener un canal con baja latencia y poca banda ancha y otro que tenga más capacidad de transmitir archivos pesados, pero con menos inmediatez. Sin embargo, también tiene inconvenientes, avisa: "Se tiene que ir con cuidado con las dualidades: si no se utiliza bien se puede llegar a crear un internet de los ricos y un internet de los pobres".
Más allá de los móviles
Los coches conectados y, después, los autónomos son un claro ejemplo de las posibilidades que ofrecerá en movilidad. Los robots quirúrgicos que ya se han empezado a probar revolucionarán el sector salud. Martín calcula que de aquí a unos 20 años el 5G y la inteligencia artificial estarán completamente implementados en estos dos ámbitos, pero hay otros en los que el cambio será más inmediato, como la industria 4.0, donde la robótica colaborativa y el internet de las cosas, por ejemplo, ya son una realidad incipiente.
Los servicios sociales es un sector en el que no es tan evidente la utilidad del 5G, pero el responsable de esta área en el Mobile World Capital cree que tendrá una gran incidencia en casos de personas que están solas, no sólo de la tercera edad, sino también para gente que vive lejos de la familia, por ejemplo: "Los podrán tener en el comedor de casa".
Inteligencia artificial y fútbol
Los deportes ya están inmersos en la inteligencia artificial. Maurici López y Josep Maria Moya, los fundadores de Optima Sports Systems, explican su experiencia en el fútbol. "Básicamente, cogemos imágenes de los campos, las analizamos y convertimos los números que obtenemos en otra imagen que aporte algo al cliente", indica López. La idea surgió cuando vieron la cantidad de datos que se generaban en el mundo del fútbol "sin sentido", sin un objetivo concreto de utilizarlas.
López avisa de la cantidad abrumadora de datos que genera la inteligencia artificial y de la necesidad de filtrarlas y darles valor y contexto. ¿Qué funcionalidad tiene todo esto? "Queremos dar servicio a la relación entre jugador y entrenador o entre directiva y entrenador, más allá del input humano. ¿Cómo ayudará el 5G a este negocio? "Podremos estar presentes en muchos más campos, puesto que no todos tienen fibra óptica para que actualmente podamos introducir nuestro modelo", concluye Moya.
Precisamente generar datos útiles es uno de los retos del big data, y el 5G puede contribuir a ello, ya que permitirá la llamada h-computing, un sistema de procesamiento de datos muy avanzado. Para cumplirse todo esto, sin embargo, son necesarios cambios sociales enormes, avisan los expertos. No sólo no estamos preparadas las personas, sino que tampoco lo están las universidades ni las leyes de los países.
La infraestructura necesaria
La infraestructura es otro aspecto que ha empezado a cambiar para acoger el 5G. De hecho, la Unión Europea ha establecido 2020 como el año que sentenciará el 4G. A partir del año que viene, cualquier operador interesado en desarrollar red, lo tendrá que hacer con conectividad 5G. Para ésta ya no servirán las grandes antenas que instalaban las operadoras hasta ahora, sino que serán unas antenas más pequeñas que, en función de la densidad de población se situarán más cerca o más lejos la una de la otra: en Barcelona, según Martín, es posible que tenga que haber cada 100 metros.
El gasto, también será más grande. Pero al tratarse de una red sin hilos, no necesitará los cables de fibra óptica, que también tienen un coste elevado. Martín explica que esta diferencia en la infraestructura provocará un cambio en las propias operadoras, que compartirán antenas y se centrarán más en los servicios. Todo esto, puede hacer que entren otros actores en el escenario: "Prevemos que las administraciones públicas y los operadores de grandes infraestructuras, como autopistas y aeropuertos, se hagan cargo cada vez más de la infraestructura del 5G".