El restauranteCocina Hermanos Torres se reinventa con la ayuda de alumnos de diseño. Nueve estudiantes de Elisava han participado en un proyecto con los cocineros para reinventar la experiencia en el establecimiento que tienen en el barrio de Les Corts de Barcelona. El objetivo: estimular los cinco sentidos.
Lo harán por medio de platos que cambian de color y luz en función de la temperatura de los alimentos, utensilios que hacen levitar los alimentos, enseres para hacer visible el aroma de la comida o apoyos para lamer sin cubiertos. Estas son algunas de las piezas de sobremesa diseñadas por los alumnos. El reto que proponían los cocineros era romper el tradicional papel pasivo de los comensales del restaurante, reinventar la manera de disfrutar de una comida en el restaurante y ofrecerles una experiencia sensorial única.
Entre los proyectos destaca Aroma, diseñado por Tomàs Cano. Se trata de un utensilio que permite hacer una cata olfativa antes de degustar un plato, a través de copas individuales que conservan el aroma. La iniciativa Primitive, de Alejandro Linares, se centra en el sabor, con un conjunto de tres piezas de vidrio que contienen la comida y están pensadas para lamerlas directamente. Y del sabor a la vista: el proyecto Aro, creado por Pedro Glatzel, hace levitar la comida, por medio de aros de vapor comestible.
Sense, creado por la alumna Anna Ballesté, consiste en cinco utensilios, uno para cada uno de los sentidos para percibir de manera aislada todos los inputs del plato. Otra de las iniciativas se denomina 3 Morteros, de David Fernández. Están hechos de madera y pretenden convertir la acción de moler una experiencia culinaria en un ritual. Playte, de Raül Gaya, es un plato que hace visible la temperatura gracias a materiales y pigmentos inteligentes, que muestran cambios de color. Las propuestas de proyectos también cuentan con Clos, de Elisabet Arnal, una vajilla diseñada a partir de los residuos orgánicos que se generan en el restaurante Cocina Hermanos Torres; Handl, de Laia Homdedeu, una colección de tres copas de té de vidrio transparentes que cambian de color una vez el té entra en contacto con el agua; y Odo, de Berta Abad, un aromatitzador de copas para hacer visible el aroma, es decir, para materializar el olor de los alimentos.