Qué pocas palabras necesita Xavier Marcet para ponernos a todas a pensar. En un momento en el que estamos descolocadas, que nos ahoga la incertidumbre, que la preocupación por nuestra salud y la de los nuestros nos quita el sueño, este gran pensador, consultor y profesor es capaz de hacernos parar por un rato, hablarnos con la cabeza y con el corazón y ayudarnos a ordenar nuestras ideas. Él es una brisa fresca, positiva y sabia.
Un centenar de personas hemos desayunado con él en directo desde Instagram, mientras su perra Cala le acompaña a los pies de su silla y mi hijo adolescente decide que es el mejor momento para hacerse un desayuno a la americana (nótense los ruidos de fondo en el directo hacia el final de la conversación). Cosas de la cuarentena.
“Vivimos un momento de supervivencia, que no se nos olvide”, arranca Marcet.
“Las empresas se enfrentan a la supervivencia. Es así de duro y aunque hablemos de otras cosas positivas, si hay una palabra que define la situación de las empresas es esta”.
Imagino a los seguidores del directo pensando que los 60 minutos que tienen por delante escuchando a Xavier Marcet desde sus casas van a ser duros, porque buscan con ahínco las claves para sacar a sus empresas de ésta y no parece claro que las vayan a encontrar en esta conexión. Yo sí confío. Y no tarda nada en demostrárselo a todos.
Cada día tiene un montón de reuniones, que ya ha probado todas la aplicaciones de videoconferencia, que ya ha quedado claro que todas funcionan, que las telecomunicaciones funcionan. “Nos faltan respiradores, pero fibra óptica, tenemos”, dispara para explicar que el problema cuando hablamos de tecnología es otro. “Me paso el día hablando del impacto de la inteligencia artificial, del impacto de la robótica y viene el coronavirus y la tecnología no lo detecta, bueno… sí, pero quien le hace caso no es una máquina, sino que el sistema que acaba detectándolo es más un sistema de personas que no de máquinas”. Marcet advierte de que “el problema de las personas que están gestionando esta crisis no es la falta de inteligencia artificial, sino que les falta una mascarilla o una bata”.
Y es que levantamos tanta expectativa con la tecnología que cuando llega un coronavirus nos pone enseguida a todos en nuestro sitio. Primera lección para anotar y subrayar.
Hablamos de burocracia, de flexibilidad, de planes de contingencia, de cómo las empresas, de la noche a la mañana, se han visto en una situación tan adversa como ésta y recalca, como ya hizo aquí mismo el jueves, que es hora escribir. "Si no escribimos no pensamos, aunque sean unas líneas, esquemas... o simples notas de voz. Pero apuntemos algo. Observemos a nuestros clientes y planteemos ideas. Es tiempo de reflexión sobre todo pongamos foco en tres aspectos fundamentales: la tesorería, el cliente y el equipo humano. Y no necesariamente en este orden porque cualquiera de las 3 podría estar en primer lugar”.
Marcet apunta que "cuando la normalidad se restablezca, nuestra obsesión va a ser vender. Así que es muy importante que esta discontinuidad nos sirva para aportar valor. La oportunidad es ahora". Y nada más suena esta idea, vuelvo a imaginar a nuestros seguidores en Instagram, con los ojos y oídos como platos intentando trasladar esa gran frase a sus empresas. Y bingo!
“La pregunta que debemos hacernos para aumentar nuestras posibilidades en el futuro, si nuestra continuidad se ve afectada, es ¿qué es lo que hago muy bien y cómo podría aplicarlo en otra área? ¡Pensar en nuestras capacidades! Pensar en términos de lo que sabemos hacer bien y ver si nuestras capacidades nos permiten concebir otras oportunidades”.
En los últimos minutos hablamos de aprendizaje y de libros y de confianza y de liderazgo. Siempre que le escucho o le leo pienso que es imposible subrayar o quedarse solo con una idea. Incluso cuando le pides que improvise sus learnings sobre el coronavirus es sensacional: "El primer aprendizaje del coronavirus es que vida solo hay una [dejemos el tema de la inmortalidad para otro momento]; el segundo, es la importancia de la planificación; el tercero, que nos demos cuenta de una vez que el valor está en las personas".
La primera vez de Xavier Marcet en un Live en Instagram resulta cautivadora. Con su cercanía, sencillez y síntesis de ideas enamora a los que le acaban de descubrir.
A quienes le seguimos de cerca, nos fascina, una vez más.