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Martorell (BSC): "Sin un proyecto científico de primer nivel, nadie viene a Barcelona por el clima"

El centro de investigación encauza los preparativos para la llegada del MareNostrum V

Imagen de Josep Maria Martorell | Marc Llibre
Imagen de Josep Maria Martorell | Marc Llibre
Barcelona
22 de Marzo de 2023
Act. 22 de Marzo de 2023

A primera vista, nadie diría que en los alrededores del Palau Reial de Pedralbes se esconde una de las instituciones más importantes del sur de Europa: el Barcelona Supercomputing Center. Creado en el año 2005, en el interior del centro se aloja el MareNostrum, un equipamiento de supercomputación que actualmente vive un proceso de transición hacia su quinta versión.

La instalación del nuevo ordenador, que ha contado con un presupuesto de 150 millones de euros, se inició a finales del año pasado y la previsión es que se inaugure en verano. "La manera como se hace ciencia ha cambiado", expone Josep Maria Martorell, director asociado del BSC.

El centro acoge 800 trabajadores, de los cuales 650 forman parte de 60 grupos de investigación. "La ciencia siempre ha evolucionado a partir del planteamiento de una teoría y su experimentación, pues ahora tenemos unos supercomputadores que trabajan ámbitos de gran complejidad y nos permiten simular la realidad", resume Martorell a la hora de visibilizar el papel del MareNostrum.

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Imagen del interior del MareNostrum 4 | Marc Lliure

Posición de liderazgo en Europa

Barcelona ha liderado investigaciones de gran trascendencia como la vacuna contra el sida, nuevas terapias del cáncer o la producción de energía. Sin ninguna voluntad presuntuosa, el físico mantiene que el aterrizaje del MareNostrum V consolidará la condición de centro de supercomputación más grande de Europa.

El acceso a la máquina, por parte de los investigadores, es gratuito bajo competición. Cualquier científico del continente puede presentar su proyecto y, una vez validado a través de un comité de expertos, la persona tiene un plazo aproximado de ocho semanas para trabajar con la computadora.

"Un supercomputador es nada más y nada menos que un centenar de procesadores situados físicamente en el mismo lugar y conectados por una red de alta velocidad que permite hacer grandes cálculos matemáticos", describe Josep Maria Martorell. El MareNostrum actúa en gran parte de las disciplinas científicas.

La ciencia como antídoto de la Barcelona del sol y playa

El gran público certifica la capitalidad de Barcelona en el sur de Europa por el clima y la situación geográfica. Lejos de demonizar esta singularidad, el director asociado del Barcelona Supercomputing asegura que "sin un proyecto científico de primer nivel, nadie viene solo por el clima o los atractivos culturales".

El 33% del personal del centro de investigación y desarrollo procede de 55 países de todo el mundo. En paralelo al MareNostrum 5, el BSC también acogerá los dos primeros ordenadores cuánticos del Estado. Aparatos que tienen que acelerar investigaciones sobre aplicaciones académicas y la resolución de problemas complejos en el uso de la energía y el sector logístico.

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Josep Maria Martorell, a su despacho del BSC | Marco Libro

Durante el periodo 2005-2020, la Generalitat ha hecho una aportación directa de 55,6 millones de euros para los proyectos del Barcelona Supercomputing Center. El sector privado disfruta de un cierto protagonismo, en el día a día del centro, con una cincuentena de proyectos que mueven unos 40 millones de euros.

La letra pequeña del impacto económico

"La misión fundamental de la investigación científica no es el impacto económico inmediato", así justifica Martorell el hecho que la actividad del Barcelona Supercomputing Center no genere los tradicionales titulares de grandes cifras en los medios de comunicación y la opinión pública.

A modo de ejemplo, parte del conocimiento de la institución aterriza en la economía en forma de 11 startups participadas. "Hablamos de tecnología profunda, software y hardware de primer nivel", un caso que ejemplifica el peso de la transferencia de conocimiento.

Cada año, el BSC acostumbra a realizar unas 150 contrataciones que cuándo finalizan su etapa, o bien siguen su formación académica o acceden al mundo laboral. "Introducimos personal de alta calificación y esto es un factor que también hay que tener en cuenta", concluye el dirigente.

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Imagen general de la capilla que acoge el MareNostrum | Marc Lliure

La crisis de los materiales como punto de inflexión

Los escenarios de futuro, según Martorell, pasan "por unas máquinas con una mayoría de tecnología europea". Una autonomía estratégica aplicada en campos como el chip. "No se trata de renunciar al resto de mercados, pero si tener una cierta capacidad y fortalecer todo lo que rodea la propiedad intelectual", exclama el director asociado del Barcelona Supercomputing.

Con los ojos de Josep Maria Martorell, el éxito de la futura investigación se podrá explicar a través de la medicina personalizada, todos los procesos vinculados a la adaptación al cambio climático y los gemelos digitales urbanos. Este último ámbito "nos permitirá simular las condiciones de movilidad o el impacto de la contaminación a la hora de entender el funcionamiento de una ciudad".