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La autonomía tecnológica de Europa pasa por Cerdanyola del Vallès

A partir del año 2026, con una inversión de 300 millones de euros y dentro de una red de centros de investigación, el espacio Innofab gestionará la preproducción de chips con materiales emergentes

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Barcelona
26 de Enero de 2024

A las puertas de la Navidad, Pere Aragonès recibió la visita de Pedro Sánchez en el Palau de la Generalitat. La reunión de presidentes tenía un trasfondo claramente político, sobre todo por el protagonismo inesperado del independentismo, derivado de las elecciones españolas del pasado mes de julio, a la hora de garantizar la supervivencia del ejecutivo de PSOE y Sumar. Más allá de la disputa política, en un segundo término, el encuentro visibilizó un proyecto que puede reforzar el posicionamiento de Catalunya dentro y fuera de España. Innofab es la nomenclatura del futuro centro de preproducción de chips que tendrá que estar operativo en 2026 en Cerdanyola del Vallès, concretamente a pocos metros de las instalaciones del Sincrotrón Alba.

La planta catalana, la primera de estas características en España y con una inversión de 300 millones de euros, se enmarca en una red europea de centros de investigación para reforzar la autonomía estratégica del continente. En paralelo al Innofab, Catalunya ya tiene un ecosistema consolidado de los semiconductores con 86 empresas que generan una ocupación de 700 personas y una relación indirecta con 4.400 trabajadores y trabajadoras.

Los directores de orquesta de la Innofab

Como es habitual en proyectos de estas magnitudes, el centro Innofab nace de la estrecha colaboración entre la administración pública y el sector privado. A pesar de que la Generalitat liderará el proyecto, a su lado aparecen dos actores de peso como son Barcelona Global y el Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia. En el año 2020, la asociación empresarial creó Barcelona & Partners, un programa de acción destinado a identificar proyectos susceptibles, como el caso de la planta de chips de Cerdanyola, de ser desarrollados en Barcelona y su entorno.

En cuanto a la parte técnica, el ritmo del proyecto irá al ritmo del Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia. Un centro con más de 170 investigadores y que impulsa la investigación en los ámbitos de su nomenclatura. El Sincrotrón Alba el Institut de Microelectrònica de Barcelona, el Institut de Ciències Fotòniques y la Universitat Autònoma de Barcelona aparecen como actores secundarios.

Por encima de todos los esfuerzos, quien mira lo que pasa en Catalunya es Europa. El Innofab conecta con la recientemente aprobada ley de chips de la Unión Europea, un mecanismo que quiere poner fin a la dependencia que los estados miembros tienen del exterior de sus fronteras. La nueva legislación quiere crear un entorno favorable a la movilización de 43.000 millones de euros, tanto desde el sector público como la empresa privada.

La estrategia catalana

Según datos de Acció, el 81% de las firmas dedicadas al mundo de los semiconductores son pymes y el 37% de estas empresas registran una facturación anual de 10 millones de euros. A pesar de que todavía no se han dado a conocer grandes detalles de la financiación, el acuerdo entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès recoge la llegada de recursos a través del PERTE microeléctrico y de semiconductores. Los impulsores del Innofab quieren convertir el espacio en un punto de encuentro de empresas y startups que no tienen infraestructura o equipos de investigación para desarrollar tecnología de semiconductores.

Ahora bien, los proyectos de innovación en Catalunya no empiezan y acaban con la Innofab. Durante el mes de mayo del 2022, la firma coreana Lotte Energy Materials anunció su aterrizaje en Mont-roig del Camp, con una inversión de 1.200 millones de euros bajo el brazo, para impulsar una fábrica de láminas de cobre, espacio desde donde saldrán componentes básicos para las baterías eléctricas. Actualmente, más de 700 empresas catalanas exportan sus productos a Corea, principalmente carne, plásticos y productos farmacéuticos. En el ámbito académico, las universidades catalanas han firmado, en los últimos años, 20 acuerdos de colaboración con centros del país asiático. El proyecto del Baix Camp ha contribuido a revitalizar el patrimonio tecnológico de Catalunya después de la decisión de Volkswagen de instalar la planta de baterías en la población valenciana de Sagunt.

Volviendo Catalunya, en la zona de Tarragona, la voluntad del gigante asiático es, a medio plazo, lograr una plantilla de 600 trabajadores y ocupar una superficie de 441.400 metros cuadrados. Para sacar provecho de proyectos como el Innofab y trasladar sus beneficios al resto del tejido económico y empresarial, hace unas semanas, la Generalitat presentó la Estrategia de Impulso a la Industria de Semiconductores. Una hoja de ruta dibujada a partir de seispuntos: impulso del ecosistema para reforzar la cadena de valor, posicionamiento internacional, captación de inversiones, creación de infraestructuras, proyección del talento y la transferencia tecnológica.

L'ecosistema de semiconductors a <apertium-notrans>Cataluña</apertium-notrans> está formado por 86 empresas | iStock
El ecosistema de semiconductores en Catalunya está formado por 86 empresas | iStock