Tesla, SK, Google, Uber, Ford, Toyota... todas disponen de planes de desarrollo de vehículos autónomos. La consultora PwC afirma en su último informe sobre el coche conectado que la industria del automóvil de aquí al 2030 tendrá un impacto económico creciendo de 7,8 billones de dólares y beneficios alrededor de 600.000 millones de dólares gracias a la implementación de tecnologías de asistencia a la conducción y a la inteligencia artificial. Se trata de desarrollar los primeros niveles de conducción autónoma según la clasificación de la Sociedad Internacional de Ingenieros de la Automoción (SAE International), desde las ayudas al conductor hasta la autonomía de la conducción con supervisión humana.
Pero el accidente mortal en los Estados Unidos que se produjo a mediados de marzo, en que un coche autónomo de Uber atropellóuna mujer en la ciudad de Tempe, ha vuelto a plantear muchas dudas sobre si las ciudades y la sociedad están preparadas para convivir con vehículos con conducción autónoma. "Los entornos urbanos complejos con muchas personas, con comportamientos por lo tanto más imprevisibles, todavía requieren una mejora de los sistemas de toma de decisiones de los vehículos", explica José María Subero, profesor del máster de Ciutat y Urbanismo de la UOC
Quién paga el seguro?
Según la encuesta ThinkGoodMobility, hecho por la multinacional Goodyear, el 73% de los conductores europeos no se refia del buen funcionamiento de los vehículos autónomos y el 70% considera que los humanos tendrían que tener el control de sus coches. Además, el 60% está de acuerdo que las máquinas no tienen el sentido común necesario para interactuar con otros conductores humanos. "La transformación de las ciudades para acoger los coches autónomos tiene más a ver con una transformación social y legal que no tecnológica", asegura Subero, que considera que hay una serie de debates "relacionados incluso con la moralidad" que ahora mismo no se están produciendo.
El 73% de los conductores europeos no se refia del buen funcionamiento de los vehículos autónomos
Por ejemplo, el hecho que los vehículos circulen autónomamente, interactuando con el entorno y tomando sus propias decisiones, tendría que abrir un debate sobre la necesidad de cambiar todo el sistema de seguros, puesto que según Subero "la responsabilidad sobre los incidentes recaería en el fabricante del automóvil y no en las personas". Y desde la perspectiva legal, se tendría que aclarar la responsabilidad ante un atropello, e incluso qué pasaría si el coche "tomara una decisión que fuera en contra de su propietario".
Más seguridad e inversión pública
Las pruebas con vehículos autónomos se están haciendo con prototipos dotados de varios sensores de detección de personas, vehículos y obstáculos, con técnicas de visión por ordenador. También disponen de sensores de distancia con ultrasonidos, láser o similares aparte de los que ya pueda tener otro coche normal como los de luz, proximidad, etc. Disponen de antenas 4G y de un ordenador de a bordo que gestiona toda esta información y toma las decisiones que se hayan programado. "Los coches ya son capaces de circular por las ciudades, detectar el color de los semáforos, las señales verticales y horizontales, personas, otros coches… incluso sin cobertura", explica el profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC Jordi Serra.
Las administraciones públicas tienen que estar preparadas para dotar de recursos económicos, regulación y procesos de toma de decisiones adecuado
Un ejemplo es el minibús urbano de la empresa Navya, que hace un recorrido turístico a la ciudad de Lyon, en Francia, o las pruebas similares que ha hecho la empresa CityMobil2 en San Sebastián. Aún así, Jordi Serra explica que "no hay plazos para la implementación definitiva de estos vehículos, todo dependerá de cómo sean de seguros". Además, el informe Sociedad Digital en España 2017 concluye que es necesario que las administraciones públicas estén preparadas para dotar de recursos económicos, regulación y procesos de toma de decisiones adecuados con objeto de avanzar en los datos abiertos y profundizar en el protagonismo de las ciudad inteligentes.