En cuatro años podremos comunicarnos telepàticament con las máquinas y cargar y descargar pensamientos en la red. O, al menos, esto es el que quiere conseguir con la startup Neuralink el magnate sudafricano Elon Musk, creador de empresas como Tesla, SpaceX y PayPal.
El objetivo principal de Musk es potenciar las capacidades cognitivas de los seres humanos a través de la inteligencia artificial. Para hacerlo, los investigadores de Neuralink utilizarán una tecnología llamada "neural lace" (lazo neuronal), una especie de malla ultra prima que, un golpe implantada en el cerebro, entraría en simbiosis con nuestro cuerpo y nos permitiría comunicarnos inalámbricos con los ordenadores.
Las posibilidades de esta tecnología son infinitas. Desde permitir una mayor autonomía a personas con discapacitado, hasta la manipulación de maquinaria telepàticament. También sería posible descargar información de la nube directamente al cerebro, o almacenar pensamientos en Internet.
Un proyecto misterioso y de ciencia-ficción
Es muy poco el que se sabe de Neuralink. Según un informe The Wall Street Journal del pasado mes de marzo, Neuralink se registró en California en 2016 como una firma de investigación médica. El nombre de la compañía fue adquirido en enero del 2017 por un inversor desconocido, que resultaría ser Musk, a los investigadores y profesores universitarios Pedram Mohseni y Randolph Nudo.
Tampoco hay mucha información en Internet. La propia llanura web de la compañía sólo cuenta con algunas líneas de texto y una lista de ofertas de trabajo. Y la Viquipèdia , apenas incluye tres párrafos. Aún así, entre marzo y abril de este 2017, la comunidad científica, los medios y la red no han dejado de elucubrar sobre la viabilidad y posibilidades de la empresa.
Casi todo el que se sabe del proyecto es el que el mismo Musk ha ido explicando en algunas entrevistas y a Twitter, una red donde es muy activo. Se ha sabido, por ejemplo, que Musk calcula tener listo un prototipo para personas con discapacitado en cuatro años, y que en ocho o diez años estaría disponible por el resto de público.
Dilemas éticos
Elon Musk es de la opinión que los humanos tendríamos que convertirnos en cíborgs para poder competir con unas máquinas que cada vez son más potentes y capaces. "La inteligencia artificial nos dejará muy atrás. Podríamos convertirnos en mascotas de las máquinas", explicó el magnate en 2016, "creo que la mejor solución es tener una capa de inteligencia artificial que pueda funcionar bien biológicamente dentro de nuestro". Musk hizo estas declaraciones durante una intervención a la Code Conference, pocos meses antes de anunciar el lanzamiento de Neuralink.
Los objetivos del sudafricano plantean muchos dilemas éticos. ¿Estamos avanzando hacia los superhombres? ¿Conectarnos en Internet pondrá en peligro nuestra privacitat? ¿Si podemos controlar máquinas telepàticament, nos podrá controlar alguien a nosotros? ¿Podría alguien acceder a nuestros recuerdos y pensamientos a través de la red? ¿Podrían manipularlos? Son dudas y preocupaciones que, a pesar de que todavía dependen de la viabilidad del proyecto, ya están sobre la mesa.
El hombre detrás la quimera
Un proyecto como Neuralink sonaría a ciencia-ficción o a fantasía si no viniera de un hombre como Elon Musk. Inventor desde muy joven, con 12 años vendió su primer programa informático; el videojuego Blastar (1982), después de aprender por su cuenta a escribir en código. Ha sido pionero en el campo de la banca electrónica, las transacciones por Internet (fundó y vender PayPal), la industria aeroespacial, la del transporte, la de la energía...
Con 45 años, es fundador y director de SpaceX ; una compañía que pretende traer el hombre a Marte y que ya ha lanzado cohetes capaces de ir al espacio y aterrizar con seguridad. También preside la empresa pública de construcción y energía renovable SolarCity y dirige Tesla, la marca de coches eléctricos y autónomos por antonomasia que ya vale más que General Motors y Ford. Es también creador del proyecto Hyperloop un tren de pasajeros y mercancías que podría lograr los 1.200 km/h.
Musk tiene una fortuna de 15.000 millones de dólares y ocupa el 80è lugar en la lista Forbes de los hombres más ricos del planeta. Es también la 21a persona más influyente del mundo según la misma revista. También es bastante conocida su tarea filantròpica, en especial en el campo de la investigación científica. Ha recibido multitud de premios internacionales por sus inventos y empresas.
El objetivo principal de Musk es potenciar las capacidades cognitivas de los seres humanos a través de la inteligencia artificial. Para hacerlo, los investigadores de Neuralink utilizarán una tecnología llamada "neural lace" (lazo neuronal), una especie de malla ultra prima que, un golpe implantada en el cerebro, entraría en simbiosis con nuestro cuerpo y nos permitiría comunicarnos inalámbricos con los ordenadores.
Las posibilidades de esta tecnología son infinitas. Desde permitir una mayor autonomía a personas con discapacitado, hasta la manipulación de maquinaria telepàticament. También sería posible descargar información de la nube directamente al cerebro, o almacenar pensamientos en Internet.
Un proyecto misterioso y de ciencia-ficción
Es muy poco el que se sabe de Neuralink. Según un informe The Wall Street Journal del pasado mes de marzo, Neuralink se registró en California en 2016 como una firma de investigación médica. El nombre de la compañía fue adquirido en enero del 2017 por un inversor desconocido, que resultaría ser Musk, a los investigadores y profesores universitarios Pedram Mohseni y Randolph Nudo.
Tampoco hay mucha información en Internet. La propia llanura web de la compañía sólo cuenta con algunas líneas de texto y una lista de ofertas de trabajo. Y la Viquipèdia , apenas incluye tres párrafos. Aún así, entre marzo y abril de este 2017, la comunidad científica, los medios y la red no han dejado de elucubrar sobre la viabilidad y posibilidades de la empresa.
Casi todo el que se sabe del proyecto es el que el mismo Musk ha ido explicando en algunas entrevistas y a Twitter, una red donde es muy activo. Se ha sabido, por ejemplo, que Musk calcula tener listo un prototipo para personas con discapacitado en cuatro años, y que en ocho o diez años estaría disponible por el resto de público.
Dilemas éticos
Elon Musk es de la opinión que los humanos tendríamos que convertirnos en cíborgs para poder competir con unas máquinas que cada vez son más potentes y capaces. "La inteligencia artificial nos dejará muy atrás. Podríamos convertirnos en mascotas de las máquinas", explicó el magnate en 2016, "creo que la mejor solución es tener una capa de inteligencia artificial que pueda funcionar bien biológicamente dentro de nuestro". Musk hizo estas declaraciones durante una intervención a la Code Conference, pocos meses antes de anunciar el lanzamiento de Neuralink.
Los objetivos del sudafricano plantean muchos dilemas éticos. ¿Estamos avanzando hacia los superhombres? ¿Conectarnos en Internet pondrá en peligro nuestra privacitat? ¿Si podemos controlar máquinas telepàticament, nos podrá controlar alguien a nosotros? ¿Podría alguien acceder a nuestros recuerdos y pensamientos a través de la red? ¿Podrían manipularlos? Son dudas y preocupaciones que, a pesar de que todavía dependen de la viabilidad del proyecto, ya están sobre la mesa.
El hombre detrás la quimera
Un proyecto como Neuralink sonaría a ciencia-ficción o a fantasía si no viniera de un hombre como Elon Musk. Inventor desde muy joven, con 12 años vendió su primer programa informático; el videojuego Blastar (1982), después de aprender por su cuenta a escribir en código. Ha sido pionero en el campo de la banca electrónica, las transacciones por Internet (fundó y vender PayPal), la industria aeroespacial, la del transporte, la de la energía...
Con 45 años, es fundador y director de SpaceX ; una compañía que pretende traer el hombre a Marte y que ya ha lanzado cohetes capaces de ir al espacio y aterrizar con seguridad. También preside la empresa pública de construcción y energía renovable SolarCity y dirige Tesla, la marca de coches eléctricos y autónomos por antonomasia que ya vale más que General Motors y Ford. Es también creador del proyecto Hyperloop un tren de pasajeros y mercancías que podría lograr los 1.200 km/h.
Musk tiene una fortuna de 15.000 millones de dólares y ocupa el 80è lugar en la lista Forbes de los hombres más ricos del planeta. Es también la 21a persona más influyente del mundo según la misma revista. También es bastante conocida su tarea filantròpica, en especial en el campo de la investigación científica. Ha recibido multitud de premios internacionales por sus inventos y empresas.
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