Ha llegado el día. Este jueves 15 de junio estaba marcado en el calendario de las instituciones europeas como una de las fechas a celebrar. En una época complicada, la UE puede sacar pecho por un hito que beneficiará todos sus ciudadanos: el fin del roaming. Desde este jueves, los europeos pueden trucar, enviar mensajes y navegar como si estuvieran en su estado mientras viajan por el continente. Llegar hasta aquí, al coste cero para el usuario, no ha sido sencillo. Un vistazo a los datos permite ver la significativa evolución que ha vivido el precio de este servicio los últimos 10 años.
Al 2007 el precio por minuto del roaming se ensartaba además de 60 céntimos de euro a la gran mayoría del continente, con Malta al frente (0,75 euros).
Unas cifras que la actuación europea ha conseguido ir reduciendo hasta situarlas estos últimos años alrededor de los 0,20 euros. Como curiosidad, quien tenía el precio más bajo el 2007, Estonia con 0,49 euros por minuto; es el país que mostraba el coste más elevado al 2014 (0,22 euros/minuto), según los datos del Digital Scoreboard de la Comisión Europea.
Pero no sólo ha disminuido el precio de las llamadas. Enviar mensajes o navegar por Internet también se ha ido tirando considerablemente más barato los últimos 10 años, tal como ilustra la Comisión Europea en la siguiente imagen.
El fin del roaming acaba de rebajar del todo unos costes que en teoría asumirán las compañías operadoras con los acuerdos entre ellas cuando los ciudadanos viajen por la UE. Según las instituciones europeas, los precios mayoristas fijados (que se irán reduciendo progresivamente hasta el 2020) ofrecen un margen suficiente porque las operadoras mantengan el negocio sin repercutirlo en el precio final para los usuarios.