La regulación de la temperatura no sólo es necesaria para mantener el bienestar de las personas, sino que también es indispensable para alargar la vida de las máquinas. El sobrecalentamiento de dispositivos electrónicos tiene consecuencias drásticas en el funcionamiento de estos: reduce su eficiencia y su durabilidad. Pero los sistemas tradicionales de refrigeración consumen mucha energía, concretamente el 15% de la energía global, y son responsables del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por eso, el ecosistema de investigación e innovación catalán hace tiempo que busca alternativas a estos sistemas de refrigeración que tengan un impacto positivo en el medio ambiente. Y las soluciones empiezan a surgir: la startup Cooling Photonics ha creado un material capaz de expulsar el calor de un objeto sin consumir energía ni emitir ningún tipo de gas.
Cooling Photonics "desafía las soluciones de refrigeración actuales disponibles en el mercado", anuncia Javier Achiaga, CEO de esta spin-off que surgió en el 2020 del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología. Estéticamente, el material es como un film de plástico transparente que puede recubrir un objeto y es capaz de refrigerarlo de manera pasiva, emitiendo radiación infrarroja. Funciona como la arena del desierto, que emite radiación infrarroja que atraviesa la atmósfera y hace desaparecer el calor en el espacio exterior regulando la temperatura del planeta.
Cooling Photonics es el resultado de aplicar nanociencia y nanotecnología y puede ser utilizado para todo tipo de aparatos electrónicos que se calienten. Achiaga, pero, tiene clara su primera apuesta de negocio: las placas fotovoltaicas. Añadiendo el material de Cooling Photonics no sufrirán sobrecalentamientos, se optimizará su eficiencia, se alargará la vida útil de las placas y los propietarios de estas reducirán gastos. En este sentido, la empresa emergente está realizando dos pruebas piloto y se encuentra en la búsqueda del producto mínimo viable. El horizonte que se han marcado para salir al mercado a gran escala es de 18 meses, aunque de aquí a seis meses ya esperan estar realizando series pequeñas.
La startup forma parte del Deep Tech Node, una iniciativa conjunta de Barcelona Activa y la UB, UAB, UPC, UPF y UOC que tiene el objetivo de dotar de recursos a las start-ups inmersas en procesos de ingeniería, ciencia e innovación tecnológica que trabajan para resolver grandes retos futuros. Hasta el momento, Cooling Photonics se ha financiado con inversión pública: a través del programa de ayudas Tecnio de Acción y la plataforma de innovación abierta vasca Bind 4.0.