Me llega la noticia que PornHub ha hecho lo mismo que hizo la semana pasada en Italia y ofrece su suscripción Premium gratis. Se suma a todas las propuestas de ocio, cultura, aprendizaje y trabajo que instituciones y empresas han abierto a la población mundial confinada. Se suman a las infinitas propuestas particulares de gente confinada haciendo conciertos, leyendo poesía, dando clases de yoga y conferencias de ciencia. Hace tres días parecía una buena idea, hoy no tanto.
"Lunes fue el primer día de trabajo en la pastelería digital. Aquel día en qué llegas de aprendiz y te dicen que puedes comer tanto como quieras y no te lo acabas de creer. Y está claro, después del primer empacho ya no vuelves"
Lunes fue el primer día de trabajo en la pastelería digital. Aquel día en qué llegas de aprendiz y te dicen que puedes comer tantas pastas, pasteles y bombones como quieras y no te lo acabas de creer. Y está claro, después del primer empacho ya no vuelves. En el obrador digital, lunes había: Tv3 en directo a toda pantalla en el portátil con el audio bajado; en una pestaña del navegador el directo de RAC1; a su lado Tweetbot con Twitter; y Franz abierto con Whatsapp y Telegram. Todavía habría podido añadir el chat de Facebook pero tengo muy mala relación. En la pantalla grande, las videoconferencias de Hangouts, Skype, Facetime, Zoom y Jitsi. Me senté a las nueve de la mañana en el ordenador y a las nueve de la noche todavía estaba allí.
Para acabar el día, hice una cerveza virtual con una pandilla de amigos por Hangouts donde Sergi, un informático que pasaba por allí, nos recordó a todos que además de agradecer a los sanitarios también tendríamos que agradecer los ingenieros informáticos que hacen posible que podamos teletrebajar, y más importando todavía, que los sanitarios lo puedan hacer.
"Además de agradecer a los sanitarios también tendríamos que agradecer a los ingenieros informáticos que hacen posible que podamos teletrebajar, y más importando todavía, que los sanitarios lo puedan hacer"
Con sólo tres días de inmersión digital —la de verdad, no la de las presentaciones de los gurús— hemos aprendido que la transformación digital no va de tecnología sino que va de actitud. La cerveza fue por Sergi y para todos los que somos ingenieros informáticos.