13
de Enero
de
2015
Act.
14
de Enero
de
2015
La robótica y las tecnologías han sido siempre la gran pasión de Marc Viader, arquitecto de Barcelona que, como otros muchos, tuvo que reinventarse cuando llegó la crisis. Después de 15 años ejerciendo como arquitecto –"viví la época dorada, no me puedo quejar"-, el 2009 vio la oportunidad para dedicarse a hacer un máster en Inteligencia Artificial y Robótica de la UPC, y actualmente está haciendo el doctorado. "Era el único arquitecto de toda la clase, la mayoría eran ingenieros de telecos", recuerda Viader a su despacho de la zona alta de Barcelona .
De este mix entre la parte creativa de la arquitectura y la parte tecnológica de la robótica, nació su interés por proyectos de urbanismo y edificación inteligente, pero la idea de negocio que lo convertiría en emprendedor vino por casualidad: hace dos años, en la escuela cuna de su hijo (Lo Roure, a la calle Urgell de Barcelona ) se diagnosticaron una decena de casos de lipoatròfia, una enfermedad debida a la falta de ventilación y el exceso de cargas electrostáticas. Por primera vez enfermaron niños, y no sólo profesores, el que obligó el Ayuntamiento a cerrar las instalaciones y hacer reformas en el edificio. "Aparte, mi hijo sufría muchas bronquitis", explica Viader.
Su primer impulso fue investigar los niveles de contaminación de la calle Urgell, uno de los mes pol·lucionats de Barcelona , y como poder medir los niveles de partículas en suspensión en el aire (PM-10, por ejemplo), mucho más nocivas que los niveles de C02.
Junto con un socio americano, Philip Speranza, arquitecto experto en temas de urbanismo y smart cities de la Universidad de Oregón, y con el asesoramiento de dos expertos del CSID y del CREAL en salud y polución- Xavier Querol y Jordi Sunyer-, crearon UD&CL, una start-up especializada en sistemas de control y medida de la polución a partir de drones y vehículos de tierra (como bicicletas), y que el pasado más presentaron a la feria Smart Cities a través de la empresa de ingeniería eléctrica Evectra.
Control de la contaminación a diferentes alturas
"El uso de drones permite tomar medidas de polución a diferentes alturas, "porque no se el mismo el que respira un niño que si vas sobre una bicicleta", explica el emprendedor. Después de un año y medio haciendo pruebas, UD&CL ofrece un sistema que permite la recogida de datos de alta resolución por toda la ciudad a tres niveles diferentes – 1 metro, 3 metros y 20 metros (por encima de los árboles)-, sin necesidad de depender de estaciones fijas de recogida de información, como los queahora en algunos puntos de Barcelona.
A partir de los datos recogidos por los drones, se pueden desarrollar aplicaciones que ofrecen información cuidadosa y en diferentes horas del día de niveles de polución en diferentes calles. "Esto permite en los Ayuntamientos tomar decisiones óptimas de planificación urbanística, como por ejemplo donde plantar árboles o matorrales, a qué calle poner un carril bici", explica Viader, mostrando equipo de sensores y drones que forman parte del equipo técnico de UD&CL.
Los principales generadores de PM-10 son los tubos de escapament y los frenos de los coches, aclara el emprendedor. Sin embargo, hay calles que engañan, como la Gran Vía: parece más contaminada, porque hay más tránsito, pero tiene una franja de árboles y matorrales al lateral que absorben la polución del aire mejor que a otras calles de Barcelona ". De cara al ciudadano, saber el nivel de contaminación puede ser de valor a la hora de comprar un piso, decidir en qué escuela traerá su hijo, "o incluso cambiar la ruta de paseo de su perro", dice el cofundador de UD&CL.
Limitaciones legales
Durante el último año y medio, los emprendedores han hecho pruebas en Barcelona y Portland y han invertido más de 10.000 euros -sin contar horas de trabajo- a desarrollar el proceso técnico y el protocolo de funcionamiento. Ahora quieren comercializarlo y ya han despertado elinterés del Ayuntamiento de Barcelona , que se los hizo un primer encargo.
Sin embargo, el proyecto se paró después de que el Gobierno español publicara el pasado julio una ley que restringía el uso de drones en zonas urbanas en todo el Estado. "Esto ha afectado principalmente al sector de la publicidad y audiovisual , que son los que usan más los drones a la hora de filmar desde el aire", explica el emprendedor.
Todo apunta, pero, a que la ley se modificará a principios de este año y volverá a ser posible volar drones a la ciudad. Viader, uno de los primeros a sacarse el título de piloto de drone homologado en todo el Estado, admite que pilotar un drone es mucho más complicado del que parece. "Puede caer y romperle el hacia alguien", explica, antes de hacer volar el drone por su despacho con un mando a distancia que parece el de un coche teledirigido.
De este mix entre la parte creativa de la arquitectura y la parte tecnológica de la robótica, nació su interés por proyectos de urbanismo y edificación inteligente, pero la idea de negocio que lo convertiría en emprendedor vino por casualidad: hace dos años, en la escuela cuna de su hijo (Lo Roure, a la calle Urgell de Barcelona ) se diagnosticaron una decena de casos de lipoatròfia, una enfermedad debida a la falta de ventilación y el exceso de cargas electrostáticas. Por primera vez enfermaron niños, y no sólo profesores, el que obligó el Ayuntamiento a cerrar las instalaciones y hacer reformas en el edificio. "Aparte, mi hijo sufría muchas bronquitis", explica Viader.
Su primer impulso fue investigar los niveles de contaminación de la calle Urgell, uno de los mes pol·lucionats de Barcelona , y como poder medir los niveles de partículas en suspensión en el aire (PM-10, por ejemplo), mucho más nocivas que los niveles de C02.
Junto con un socio americano, Philip Speranza, arquitecto experto en temas de urbanismo y smart cities de la Universidad de Oregón, y con el asesoramiento de dos expertos del CSID y del CREAL en salud y polución- Xavier Querol y Jordi Sunyer-, crearon UD&CL, una start-up especializada en sistemas de control y medida de la polución a partir de drones y vehículos de tierra (como bicicletas), y que el pasado más presentaron a la feria Smart Cities a través de la empresa de ingeniería eléctrica Evectra.
Control de la contaminación a diferentes alturas
"El uso de drones permite tomar medidas de polución a diferentes alturas, "porque no se el mismo el que respira un niño que si vas sobre una bicicleta", explica el emprendedor. Después de un año y medio haciendo pruebas, UD&CL ofrece un sistema que permite la recogida de datos de alta resolución por toda la ciudad a tres niveles diferentes – 1 metro, 3 metros y 20 metros (por encima de los árboles)-, sin necesidad de depender de estaciones fijas de recogida de información, como los queahora en algunos puntos de Barcelona.
A partir de los datos recogidos por los drones, se pueden desarrollar aplicaciones que ofrecen información cuidadosa y en diferentes horas del día de niveles de polución en diferentes calles. "Esto permite en los Ayuntamientos tomar decisiones óptimas de planificación urbanística, como por ejemplo donde plantar árboles o matorrales, a qué calle poner un carril bici", explica Viader, mostrando equipo de sensores y drones que forman parte del equipo técnico de UD&CL.
Los principales generadores de PM-10 son los tubos de escapament y los frenos de los coches, aclara el emprendedor. Sin embargo, hay calles que engañan, como la Gran Vía: parece más contaminada, porque hay más tránsito, pero tiene una franja de árboles y matorrales al lateral que absorben la polución del aire mejor que a otras calles de Barcelona ". De cara al ciudadano, saber el nivel de contaminación puede ser de valor a la hora de comprar un piso, decidir en qué escuela traerá su hijo, "o incluso cambiar la ruta de paseo de su perro", dice el cofundador de UD&CL.
Limitaciones legales
Durante el último año y medio, los emprendedores han hecho pruebas en Barcelona y Portland y han invertido más de 10.000 euros -sin contar horas de trabajo- a desarrollar el proceso técnico y el protocolo de funcionamiento. Ahora quieren comercializarlo y ya han despertado elinterés del Ayuntamiento de Barcelona , que se los hizo un primer encargo.
Sin embargo, el proyecto se paró después de que el Gobierno español publicara el pasado julio una ley que restringía el uso de drones en zonas urbanas en todo el Estado. "Esto ha afectado principalmente al sector de la publicidad y audiovisual , que son los que usan más los drones a la hora de filmar desde el aire", explica el emprendedor.
Todo apunta, pero, a que la ley se modificará a principios de este año y volverá a ser posible volar drones a la ciudad. Viader, uno de los primeros a sacarse el título de piloto de drone homologado en todo el Estado, admite que pilotar un drone es mucho más complicado del que parece. "Puede caer y romperle el hacia alguien", explica, antes de hacer volar el drone por su despacho con un mando a distancia que parece el de un coche teledirigido.