Las empresas funerarias también quieren ser sostenibles y las últimas tendencias en féretros, urnas y cementerios lo demuestran. El respeto por el medio ambiente se ha introducido en el negocio de la muerte, que apuesta por soluciones que tengan el menor impacto posible. La Associació de Serveis Funeraris de Catalunya (Asfuncat) destaca que las compañías del sector están cada vez más concienciadas en este sentido: "Los féretros no traen barnices, los tapizados son de fibras naturales, las urnas son biodegradables por si la gente las quiere enterrar y cada vez las empresas tienen más flota de vehículos eléctricos", explica el director, Josep Maria Mons.
Otra de las tendencias es que los nuevos cementerios sean cada vez más pequeños e integrados en la natura, como los de los países del norte de Europa, según el director del área de cementerios de la empresa de servicios funerarios Àltima, Jaume Ventura. "Nosotros estamos acostumbrados a grandes cementerios donde predomina el mármol y las grandes figuras, pero cada vez más tendemos a integrarlos a la natura apostando por la sostenibilidad", apunta. En este sentido, una de las novedades de este año son los llamados Panteones del bosque, unas innovadoras sepulturas enterradas en medio de la natura que se están terminando en el cementerio de Roques Blanques que quedan integradas plenamente en la vegetación del entorno.
Urnas biodegradables y flores reales
Además, la incineración es una opción que ha aumentado mucho en los últimos años y representa casi un 45% del total de defunciones en Catalunya, según Àltima. Esta empresa ha diseñado ataúdes de madera ecológica, que se pueden grabar con tinta no contaminante. Para los que optan por la incineración, las urnas biodegradables han aumentado su presencia en el mercado.
Bios Urn es una compañía de Montferrer i Castellbò que vende una media de 10.000 urnas biodegradables al año en 47 países de todo el mundo. Esta startup ha sido pionera en ofrecer la posibilidad de enterrar las cenizas de personas e incluso de animales de compañía en una urna que incorpora la semilla de un árbol que se planta y en pocos años se biodegrada y las cenizas pasan a formar parte del tierra y la naturaleza. Su responsable de comunicación, Anni Reynolds, señala que la demanda de la urna bio es mayoritariamente de países anglosajones, donde las leyes sobre la muerte son más flexibles a la hora de permitir este tipo de entierros.
En cualquier caso, asegura que en España, "poco a poco la mentalidad está cambiando hacia estilos de vida más ecológicos" y esto también se nota en la venta de su producto. De todas formas, el 90% de las urnas bios se exportan. Bios Urn lanzará al mercado este noviembre una nueva urna bio, más "minimalista" y con un diseño "muy puro y agradable".
Otra iniciativa sostenible del sector se encuentra también en el cementerio de Roques Blanques del Papiol, que ofrecerá una planta natural a los usuarios que traigan flores arificials viejas en Todos los Santos (entre el 28 de octubre y el 1 de noviembre). De este modo quieren reducir los residuos de plástico y favorecer el compostaje a partir de la flor natural.
De hecho, la tendencia en cuanto a la gestión de los servicios funerarios por parte de la familia está cambiando radicalmente. "Cada vez más, las personas dejan ligado su entierro, e incluso pagado, para descargar la familia del problema de tener que decidir qué tipo de ceremonia hacer y cómo pagar el servicio", resalta el director de Asfuncat.