Finanpolis, el Monopoly de las finanzas

Una catalana experta en cuentas y resultados diseña un juego de mesa porque los no iniciados conozcan cómo funciona el mundo del dinero

Elisa Martínez ha diseñado el azulejo y las fichas de Finanpolis
Elisa Martínez ha diseñado el azulejo y las fichas de Finanpolis
Neus Navarro
03 de Septiembre de 2016
Act. 05 de Septiembre de 2016

"Me había tocado hacer la típica formación de finanzas para no financieros e incluso yo me aburría. Son muy complejas y complicadas y la gente se los tiene miedo, creo que es una asignatura que se tendría que explicar en la escuela". La catalana Elisa Martínez trabajaba en una multinacional cuando se dio cuenta que estaba cansada de tener que explicar a los compañeros no financieros técnicas y conceptos de finanzas. "Incluso una vez en una cápsula de fiscalidad, en el turno de preguntas, la gente quería saber qué es un IVA repercutido!". Con la vocación de ayudar los otros, se acogió voluntariamente al ERO de su empresa para convertirse en autónoma con negocio propio: Finanpolis.

Su propuesta es un juego de mesa que navega entre la educación y el gaming financiero para ir un paso más allá de donde llegan las clases de finanzas y los conceptos del día a día. "Creo que hay muchas carencias y que el profesorado da por supuesto que la gente conoce el lenguaje pero la gente quiere que las cosas se le explican de manera sencilla", explica a VÍA Emprendida.

 
Foto: Finanpolis


Finanpolis
tiene tres azulejos diferentes: uno con dados, cartas tipo Trivial o pruebas físicas como una carrera de relevos, una prueba de canto, etc. Todo esto está pensado con el fin de ganar o perder dinero que el jugador tendrá que distribuir entre los impuestos, los gastos, etc. En resumen, cada grupo funciona como un tipo de empresa que compite con la firma rival para ganar más. "Las pruebas tienen como finalidad tener atrapada a la gente en el tema del juego y la competición y se juega en equipos para fomentar el Team Building, los valores y la colaboración", explica Martínez.

Y es que funciona como un juego de equipos en que pueden participar entre 9 y 16 personas, pero también tiene versiones más reducidas por emprendedores y autónomos, en las que el precio también varía. Si los primeros están concebidos como talleres de cuatro horas de duración por unos, aproximadamente, 600 euros, los más reducidos se sitúan en los 30 euros.

Talleres sencillos, conceptos complejos
Los talleres los ha realizado en las sedes de multinacionales y pymes, principalmente. Durante una sesión, guiada por su creadora, a los jugadores/empleados se los plateja como interpretar los números del gestor, saber si ganan o pierden dinero, como poder llegar a final de mes y, incluso, como aprender a distinguir entre plan de pensiones y plan de jubilaciones. "Todo esto lo hacemos jugando. Ahora que están tan de moda las técnicas de gamificació, utilizo el juego porque la gente no se aburra y se distraiga. Doy poca información, intento utilizar palabras muy planas y que la gente a través del juego y la reflexión, aprenda", argumenta su creadora.

Aun así, la impulsora de Finanpolis se desplaza a la empresa en que se celebra el juego pero también imparte los talleres individuales en el coworking en que trabaja, ubicado en Barcelona. Recientemente ha sido jugando a Finanpolis en las aulas de Barcelona Activa, una de las entidades públicas que se han avenido a probar su método y para las cuales "es muy importante formar los usuarios que no están familiarizados con las finanzas", matiza la emprendedora.

 
 Foto: Finanpolis


A pesar de que ahora hace sólo un año que apostó para rentabilizar la carencia que había detectado en múltiples formaciones después de 25 años de experiencia profesional, no puede estar más contenta. "En casa siempre han sido tenderos y llegó un punto que no me llenaba estar en una multinacional, se gana mucho dinero pero quería hacer algo por los otros. Puede sonar muy altruista pero quería ser libre, tener mi propio negocio. Soy muy feliz, no me arrepiento de nada", explica.

Desde otros países ya se han interesado por el método, como Israel y también desde la Cámara de comercio del Panamá o el Instituto Superior Empalmo de Ciudad de Córdoba, en Argentina. "Para poder traerlo hasta allá, actualmente estoy mirando de cómo puedo formar a formadores dentro de cada país porque tengan la certificación y estén acreditados para poder impartir este método", apunta Martínez, quien también piensa en mercados más próximos, como Palma de Mallorca, Valencia o Madrid, donde también ha habido personas que se han interesado.

Sin beneficios, todo el que ha invertido es el que había planificado para llevar adelante su proyecto profesional: "Los gastos las tengo cubiertas y llego a final de mes, soy financiera y antes de hacer esto lo tenía todo pensado".