09
de Julio
de
2015
Innovación en el Vallès. Dos jóvenes de Rubí, Sergi Ballester y Gemma Masferrer, han patentado unas gandulas equipadas con placas solares que recargan las baterías de móviles, e-books y mesitas. Funciona mediante una conexión USB por donde se recargan los aparatos con energía solar. "En un día que haga solo, sin ni una nube, el móvil se puede cargar en unos 60 minutos, siempre que quede un 20% de batería", ha explicado Ballester.
El Ayuntamiento de Barcelona fue su primer cliente con la compra de cuatro ejemplares, con un coste de unos 200 euros, que se situaron a la renovada plaza de las Glorias a finales del mes de mayo. "Ahora tocará renegociar. Con Trias en principio tenía que seguir, pero hemos dejado pasar este periodo de elecciones", ha detallado Masferrer.
La idea surgió hace un año, cuando Ballester, titulado en Electricidad Electrónica, Mecánica y Automoción y Administración y Finanzas, se quedó sin batería en el móvil estando lejos de casa. Junto con Masferrer, docente de profesión, realizó el prototipo y tres meses después se reunieron con el consistorio barcelonés para proponerlos su idea.
Dificultades para encontrar financiación
La instalación de las gandulas a la capital catalana los ha servido porque los llegaran propuestas de diferentes partes del mundo del sector hotelero y turístico, pero necesitan "una inversión inicial", ha confesado su inventor, quien ha afirmado haber contactado con todas las entidades bancarias para encontrar financiación pero en todas ha conseguido la negativa, ha lamentado.
Así mismo, pronto pondrán en marcha una campaña de crowdfunding a FundedByMe y esperan a unas convocatorias de créditos del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) que avala el 70% para recoger 30.000 euros, la cifra que consideran necesaria para el alquiler de un local (hasta ahora trabajan a la terraza de los padres de él) y tramitar la patente en los Estados Unidos.
En este sentido, Ballester ha remarcado que este país es una potencia, pero los dos no han descartado marchar si no consiguen salir adelante, aunque su idea es quedarse en Rubí, porque es donde quieren instalar la producción para generar ocupación dirigida en los mayores de 45 años del municipio.
El Ayuntamiento de Barcelona fue su primer cliente con la compra de cuatro ejemplares, con un coste de unos 200 euros, que se situaron a la renovada plaza de las Glorias a finales del mes de mayo. "Ahora tocará renegociar. Con Trias en principio tenía que seguir, pero hemos dejado pasar este periodo de elecciones", ha detallado Masferrer.
La idea surgió hace un año, cuando Ballester, titulado en Electricidad Electrónica, Mecánica y Automoción y Administración y Finanzas, se quedó sin batería en el móvil estando lejos de casa. Junto con Masferrer, docente de profesión, realizó el prototipo y tres meses después se reunieron con el consistorio barcelonés para proponerlos su idea.
Dificultades para encontrar financiación
La instalación de las gandulas a la capital catalana los ha servido porque los llegaran propuestas de diferentes partes del mundo del sector hotelero y turístico, pero necesitan "una inversión inicial", ha confesado su inventor, quien ha afirmado haber contactado con todas las entidades bancarias para encontrar financiación pero en todas ha conseguido la negativa, ha lamentado.
Así mismo, pronto pondrán en marcha una campaña de crowdfunding a FundedByMe y esperan a unas convocatorias de créditos del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) que avala el 70% para recoger 30.000 euros, la cifra que consideran necesaria para el alquiler de un local (hasta ahora trabajan a la terraza de los padres de él) y tramitar la patente en los Estados Unidos.
En este sentido, Ballester ha remarcado que este país es una potencia, pero los dos no han descartado marchar si no consiguen salir adelante, aunque su idea es quedarse en Rubí, porque es donde quieren instalar la producción para generar ocupación dirigida en los mayores de 45 años del municipio.