Hay momentos en la vida que toca replantearnos dónde estamos y que hacemos, y esta semana ha sido una cura de humildad bestial porque he conocido a Antonio . Él es un chico de Sevilla con una atrofia muscular espinal tipo 3 conocida como enfermedad Kugelberg-Welander, que le hace estar en una silla sin movilidad en piernas y brazos desde hace mucho tiempo.
Con esto no quiero hacer un texto del "pobrecito, pobrecitos", sino una reflexión de parte mía hacia un lado de la vida que no me había replanteado hasta que no lo he tenido en la cara. Quizás si es verdad que no he tenido nunca un problema grave, o como mínimo un problema de este tipo que me replantee tantas cosas, pero esta semana he aprendido que la gran mayoría de widgets tecnológicos no están adaptados, que el software que usamos de manera natural diariamente está parcialmente adaptado, y que los grandes títulos de videojuegos que salen al mercado y ganan miles de millones no se han planteado estos temas.
"Trabajar la accesibilidad de software, hardware y videojuegos para personas con movilidad reducida, sordera, ceguera, etc. ha sido una cura de humildad"
Esta semana he trabajado mucho cerca la accesibilidad de software , hardware y videojuegos para personas con movilidad reducida, sordera, ceguera, etc. No ha sido un tema fácil para tratarlo con el respeto que se merece, ni tampoco por el ego en qué muchos cómo yo nos vemos inmersos en una espiral de "lo que es normal para nosotros". Nunca me había sentido tan avergonzada y egoísta como hasta ahora.
Se tiene que decir que la adaptación no se basa sólo en la gente con problemas, sino que todo el mundo, a lo largo de nuestra vida necesitaremos una pequeña adaptación en algún momento. Os pongo algunos ejemplos:
- Gente con fibromialgia que no puede pulsar botones porque requieren demasiada fuerza o un push demasiado prolongado.
- Dos escaloncitos malnacidos en edificios públicos que impiden el paso de sillas de ruedas o muletas.
- Tener que ir presencialmente a una oficina bancaria a cambiar el pin de la tarjeta de crédito.
- Trucar personalmente para dar de alta o de baja un servicio.
- Jugar a juegos que no permiten mandos especiales o subtítulos con letras grandes.
Y esto es una pequeña muestra. La accesibilidad no es sólo para personas con discapacitado, sino también personas que necesitan adaptarse a un juego, por ejemplo, subiendo o bajando la dificultad o en un mando a distancia cambiante la configuración de unos botones porque sea más fácil.
Hablé sobre una balanza inteligente por casa, y en Twitter un usuario me pidió una versión para poderla usar con silla de ruedas. Hostia! Ni idea... Esta balanza necesita que tus dos pies toquen unos sensores mientras te pesa para poderte dar toda la información. Con sólo que te falte un pie, ya no funciona. Y no he encontrado ninguna alternativa.
Microsoft si que creó un mando adaptado maravilloso llamado Adaptive Controller para hacer más accesibles los juegos. De hecho, jugar es una gran manera de superar y evadirse de cualquier situación angustiosa. Imagina estar en una cama de por vida, y a la vez salvar en el mundo de una invasión alienígena.
Desde hace un tiempo Twitter permite tener la opción de explicar qué se ve a las imágenes que colgamos para personas que no pueden ver con los ojos, pero sí que pueden ver gracias a las descripciones que algunos usuarios ponemos. Es un pequeño paso, pero por muchos son los ojos.
"Hablamos mucho brecha tecnológica entre las regiones, pero la brecha es invisible con los que son al nuestro cercando y no la pueden usar porque no los incluimos"
A los medios hablamos mucho brecha tecnológica entre las regiones que tienen recursos para tener tecnología y las que no, pero creo que la brecha es invisible con los que son al nuestro cercando y no lo pueden usar porque no los incluimos, no los dejamos participar. Quizás si las personas que piensan estos widgets tuvieran cerca alguien con estos problemas, lo pensarían de otro modo.
Sabemos que es involuntario, pero quizás es más grave que no nos hayamos dado cuenta que no que haya sido una omisión voluntaria.
Yo quiero un futuro donde estamos todos, o no es ir adelante, es ir atrás.