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Gamelab, videojuegos, cultura, mujeres y catalanidad

La feria de videojuegos acoge la 'crème de la crème' de la industria y otorga los premios a GRIS, un videojuego de proximidad que todo el mundo debería de conocer

Gina gamelab videojuegos diseño cultura
Gina gamelab videojuegos diseño cultura
Barcelona
28 de Junio de 2019

Hay días que os hablo de tecnología, hoy os hablo de cultura, catalanidad y encima os propongo unos "planazos" para el verano. Esta semana se está celebrando en el Hotel Hesperia del Hospitalet del Llobregat la feria de videojuegos profesionales Gamelab. Ya llevamos 15 ediciones de esta feria que empezó tímida y que en los últimos años invita las grandes figuras del sector como Cory Barlog, director del último God of War, David Cage, responsable de Detroit: Become Human o Brendan Greene, creador del famoso PUBG, el padre no oficial de Fortnite. Y evidentemente también se habla de Fortnite (porque ahora mismo en este mundo todo es Fortnite, pero este es otro tema).

Para los más ajenos al medio, el equivalente seria cómo si en una misma feria se juntaran Steven Spilberg, Peter Jackson y Martin Scorsese para hablar de sus trucos y secretos de profesión ante otros creadores que desean triunfar como ellos.

Evidentemente estos invitados sirven para explicarse de una manera más entendedora a los medios tradicionales (y así intentar arañar un artículo en algún diario), pero es en los detalles cuando el Gamelab sorprende de verdad.

En esta edición se ha hablado de los mismos temas que preocupan al resto de industrias culturales como el cine, la literatura, las series o la música, pero desde una perspectiva de futuro. Por ejemplo, como el 5G puede impactar en el ocio electrónico ya sea para tener acceso a conexiones más rápidas por parte de los usuarios o por parte de los servidores que usan los usuarios. También hemos escuchado por enésima vez como los videojuegos dejan de ser un producto cultural para convertirse en un servicio, del mismo modo que está pasando con las series o la música con productos como Netflix o Spotify respectivamente. Y como no podía ser de otro modo, hemos vuelto a poner sobre la mesa el debate de como las mujeres en esta industria parece que tengamos un papel secundario porque casi no se nos ve y no estamos.

Según datos de la Generalitat de Catalunya y el Departamento de Cultura, las mujeres somos un 17% en este sector, pero si descontamos marketing y comunicación, este porcentaje no llega al 10%. Por lo tanto, poner sobre la mesa este debate es interesante, pero tendríamos que empezar a aportar soluciones.

Es importante que la industria del videojuego, que ahora se está gestando como futuro punto caliente mundial a casa nuestra, levante la cabeza de la pantalla y el teclado y decida mirar qué hacen los otros. Los grandes y los pequeños. Tenemos que empezar a andar adelante, porque la inercia ya la tenemos de serie.

GRIS, proximidad y éxito

El Gamelab entrega cada año unos premios a los mejores productos hechos en casa nuestra, y lo hace muy bien. Reparte bien las cartas, pero este año era complicado, puesto que había un Bien-Hur, un Titanic, un Señor de los Anillos. Un videojuego que se lo ha llevado todo, GRIS, del estudio catalán Nomada Studio con el artista Conrad Roset al frente. Se ha llevado ocho galardones entre los cuales se encuentran Mejor juego del año y Mejor debut. Si hubiera sido desarrolladora y me hubiera presentado este año habría tenido que ensayar muy bien la cara de "perdedora-con-dignidad". El mejor juego para móvil se lo ha llevado otro estudio catalán llamado Alike Studio con su juego para iOS y Android Very little Nightmares, una preucuela de un juego de los suecos Tarsier Studios que dejó a todo el mundo con la boca abierta. Pero no sufráis, que si hubiera salido GRIS para móviles, seguramente también lo hubiera ganado (y Very little Nightmares seguiría siendo un juego excelente).

Si os tuviera que recomendar algo de cara esta segunda mitad del año, sería que jugarais a algo más allá de Candy Crush en el metro. Algún juego hecho en casa. Verdad que corrimos todos a ver Pa Negre y Estiu 1993 cuando empezaban a ganar premios por todas partes? Pues tendríamos que descubrir antes todas las joyas culturales, artísticas y disruptives que se hacen en casa nuestra, también con los videojuegos.

Y si, la excusa de "a mí es que no me gusta jugar" ya la he oído, pero es como decir que no te gusta la música, la literatura o el cine. Quizás no hace falta empezar por Dziga Vértov para estimar el cine, sino con algo más "fresquito y fácil" sería suficiente, y GRIS es una buena excusa: un artista gráfico, que expone en las mejores galerías del mundo, ahora ha hecho un videojuego que es una obra interactiva. Y si os gusta la música del juego, hecha por el grupo Berlinist, en julio tenéis el concierto en el Sónar.

Conmigo no sólo tenéis tecnología, gadgets, apps y videojuegos: conmigo tenéis una agenda cultural completa. Eh! Y de proximidad!