Gina Tost es secretaria de Políticas Digitales de la Generalitat de Catalunya desde noviembre del 2022. Su faceta previa más conocida es la de creadora de contenidos audiovisuales (con 222.000 seguidores en Youtube y 329 vídeos subidos), pero en su trayectoria hay muchos más hitos que, en según qué entornos, quizás han hecho menos ruido: fue directora de la oficina europea de IGG, una de las empresas más importantes de videojuegos del mundo; y en el 2013 cofundó la startup Geenapp, una plataforma tecnológica que agrupaba campañas de Apps para ofrecer un sistema inteligente de promoción, que captó financiación de Kima Ventures, Caixa Capital Risc y Telefónica y que llegó a operar en más de 190 países. Al frente de Geenapp, Tost fue considerada una de las TOP 100 EuropeanFounders por The Hundert Magazine y, la startup, una de las 100 mejores del mundo por la revista Wired (2015). También fue precursora del vídeo en linea antes de la aparición de Youtube.
Youtube cambió tanto el consumo del vídeo en internet que cuesta recordar si había vida -para el vídeo online- antes de Youtube.
Había vídeo y también vida, pero no del mismo modo al que estamos acostumbrados. De hecho, yo empiezo a colgar vídeos en internet antes de Youtube, porque directamente no había Youtube. Así que me creé mi propio servidor, programé mi propio reproductor y, desde mi servidor, servía los vídeos que la gente quería ver en mi blog y en mi página web.
¿Un YouTube casero?
Un tipo de Youtube prehistórico. Pero en el que sólo podías ver mis vídeos, los que yo subía. Ahora, en cambio, Youtube nos permite un funcionamiento mucho más automático, donde fácilmente puedes colgar tus vídeos en la plataforma e incrustarlos en tu página web.
Es cierto que Youtube es la plataforma de vídeo por antonomasia, pero hoy en día, además de competir con otras plataformas de vídeo, también tiene nuevos competidores, que han cambiado la manera en la que consumimos los contenidos audiovisuales: las redes sociales. ¿Quién va ganando la carrera?
Algunas redes sociales ya lo han pasado por delante. Twitch, por ejemplo, se ha comido absolutamente YouTube. Instagram también, aunque ahora mismo tiene una gran competencia con TikTok, que es la red social que más crece. Estas redes sociales y plataformas canibalizan nuestro tiempo de ocio y han cambiado la manera de consumir este contenido. No hay tiempo de espera ni de calma: se enlaza continuamente un contenido detrás del otro.
"Hemos aprendido poco de los escándalos de Facebook y los estamos replicando en las nuevas redes sociales"
En este sentido, hemos perdido cierto poder de decisión sobre qué miramos y qué no.
Hay el debate de que los algoritmos al final acaban decidiendo por ti, a pesar de que te pienses que estás decidiendo. Pero esto ha pasado desde los inicios de internet. Cuando tú buscabas cualquier cosa, el algoritmo de búsqueda ya te posicionaba con un ranking los contenidos en base a unas políticas internas de unas empresas privadas; y ahora mismo pasa el mismo. Es una de las razones por las cuales se están polarizando tanto las opiniones. Cuando consumes mucho contenido de un tipo, te radicalizas. No somos libres en la elección y, por lo tanto, creo que tenemos que ser conscientes de la necesidad de abrir estas cajas negras de estos algoritmos. ¿Cómo priorizan la información? ¿Qué tienen en cuenta? Hemos aprendido poco de los escándalos de Facebook y los estamos replicando a las nuevas redes sociales.
¿Y cómo lo resolvemos?
Tenemos que empoderar al ciudadano para que sea consciente de todas las derivadas tecnológicas que hay en cada pequeña decisión que toma día a día. Es muy cómodo que nos hayan servido la información, pero tenemos que ser suficientemente críticos para pedir a estas empresas que respeten nuestros derechos y nuestros deberes. Desde la Secretaría tenemos la Carta catalana para los derechos y las responsabilidades digitales, desde la cual intentamos empoderar al usuario, sobre todo aquellos perfiles que son mucho más vulnerables en la tecnología.
"Del mismo modo que luchamos por la sanidad pública, tenemos que poder defender con uñas y dientes nuestro bienestar digital"
¿También incidís en el uso del catalán en estas tecnológicas?
Sí. Por ejemplo, a través de la estrategia de inteligencia artificial iniciada en el 2020 tenemos el proyecto Aina, que hacemos conjuntamente con el BSC (Barcelona Supercomputing Center). Con centros de referencia como éste podemos desarrollar esta tecnología desde Catalunya. No hace falta irse fuera para tener el diccionario catalán de la tecnología y del futuro. Y que, además, es muy interesante porque precisamente aporta dos grandes ámbitos, que son soberanía y privacidad. Es abierta, libre, gratuita, y es de los catalanes y las catalanas. Y respecto a la privacidad, cada vez que haces una consulta o que cuelgas información en una herramienta tecnológica no sabes qué hay detrás, por esta caja negra que decíamos. Con AINA no pasa esto, incluso puedes utilizarla en local: te la descargas en tu propio ordenador y lo procesas offline.
Del mismo modo que a veces luchamos por la sanidad pública, porque la defendemos con uñas y dientes, tenemos que poder defender con uñas y dientes también nuestro bienestar digital.
¿Cómo conjugas haber sido una creadora de contenido digital con la Secretaría de Políticas digitales? Más allá del cambio de registro...
La de generadora de contenidos es mi faceta más pública, pero no es ni la más importante, ni la más grande de mi vida. Además, yo no era una creadora de contenido per se. Estaba muy enfocada a la tecnología, las startups, los videojuegos, la cultura digital y, por lo tanto, el ecosistema que me he encontrado en la Secretaría de Políticas Digitales es el ecosistema con el cual ya llevo trabajando muchos años.
Cuando me nombraron, hubo un poco de polarización. Había, por un lado, la gente que no entendía cómo una creadora de contenido había llegado aquí -porque no conocía precisamente el otro bagaje- y la gente que sí que conocía todo este trabajo y que celebraba que alguien del ecosistema estuviera en la administración pública precisamente, luchando para acelerar tecnológicamente el país.
De hecho, de tu experiencia como emprendedora también puedes aplicar ahora una serie de medidas, teniendo en cuenta aquello que te faltó.
A mí particularmente no me faltó nada, pero sí que es verdad que en la cumbre de la montaña se está muy solo. Y cuando hablas con la gente que está en la misma situación, con quien haces un poco de terapia de grupo, te das cuenta que es verdad que se está muy solo. Es muy difícil gestionar según qué decisiones.
A pesar de que hay muchísimas redes de emprendimiento e incubadoras, tanto públicas como privadas.
Sí, y como Gobierno, no podemos estar caso a caso, pero sí fomentar espacios de encuentro a través de diferentes entidades. Por ejemplo, con la Digital Catalonia Alliance, donde planteamos acciones sectoriales: por los de new space, los de inteligencia artificial (IA)... Y, de vez en cuando, los mezclamos para que salgan proyectos multitecnológicos porque, por ejemplo, ahora ya no se entiende el new space sin la IA.
¿Qué sectores son ahora mismo más estratégicos en Catalunya en el ámbito digital?
Tenemos cinco sectores estratégicos, pero te destaco tres muy interesantes. El primero, evidentemente, el de la IA, que ahora está despertando mucha curiosidad y también está bastante polarizado. A la gente la IA o le causa mucho miedo o le hace mucha gracia. El segundo es el del blockchain, que tiene un problema, que todavía no se ha detectado.
¿Un problema de concepto?
Es verdad que es complicado de entender, y por eso siempre hago mucho énfasis en tangibilizar la tecnología. Es como cuando nos queremos comprar un coche: como usuario, no hay que entender cómo está hecha aquella tecnología, lo que queremos es que nos lleve de un lugar a otro. En el caso de la comunidad y empresas de blockchain, tienen que entender que la (mala) faena ya se la ha hecho los NFTs y por eso ahora tienen esta connotación negativa. Lo que tienen que hacer es tangibilizar esta tecnología: ¿cuáles son las posibilidades reales, prousuario, del blockchain?
"Quien domine la cuántica, dominará la ciberseguridad del mundo"
El tercer sector estratégico es la tecnología cuántica. Que si el blockshain cuesta de entender, imagínate la cuántica. Es tan revolucionaria que, quién domine la cuántica, dominará la ciberseguretat del mundo.
Ahora mismo hay una especie de guerra fría o carrera tecnológica oculta en la cual los grandes polos -Estados Unidos, China, Rusia y Europa- están luchando y corriendo. Y Catalunya está al frente de esta carrera.
De estas tres áreas, ¿sería la cuántica donde tenemos más a decir?
Y también en inteligencia artificial. Los catalanes tenemos mucho que decir tecnológicamente a escala mundial pero tenemos dos deberes pendientes: saber explicar bien qué hacemos y ponerlo en valor.
A finales de mayo se celebró en Barcelona el Gamelab, un congreso internacional de la industria del videojuego. Hay un ecosistema del gaming muy consolidado, con mucha proyección de crecimiento, con muchos actores contratando m2 de oficinas en la ciudad... ¿Por qué en Barcelona?
Yo vengo de este sector y esto me hace muy feliz. Es un sector que ha sido estigmatizado durante muchos años a través de los medios de comunicación y de la misma sociedad. Que estén escogiendo Barcelona ha surgido, en parte, debido a esta exportación e importación de talento. También porque las instituciones estaban preparadas para recibirlo y, sobre todo, por la inercia de los mismos catalanes, de la propia industria. El sector del videojuego está impulsado por los mismos fans del videojuego y, por lo tanto, esta pasión ya le crea una inercia muy positiva.
Se ha creado un caldo de cultivo perfecto. De hecho, ya quedan muy pocas empresas para venir hacia aquí. Primero solo había empresas europeas, después vinieron las americanas, pero ahora ya han venido también las asiáticas.
¿Qué ha impulsado el interés asiático?
Además del interés por el ecosistema en sí, la pandemia ha acelerado cierta fuga de talento de China hacia aquí. También para evitar las barreras geopolíticas han buscado tener su pata internacional en Europa.
En el informe Digital Talent que habéis hecho conjuntamente con la Mobile World Capital, decíais que el talento digital vive un efecto bola de nieve...
Así es. El talento llama a talento. Aquí tenemos gente buenísima que, durante mucho tiempo, se ha ido fuera a trabajar, y todavía lo continúa haciendo. Pero hay mucha gente que ahora tiene la posibilidad de quedarse en Catalunya a trabajar de aquello que le interesa. Hace unos años parecía imposible trabajar del sector aeroespacial y enviar nanosatélites al espacio desde Catalunya. Pero ahora, ya no hay que marchar a la NASA, a EE.UU.
Ha habido una especie de efecto llamada. Y muchas empresas han instalado sus centros y hubs de desarrollo aquí por la gran cantidad de profesionales bien formados que tenemos.
Pero ojo, esto no quiere decir que ya esté todo el trabajo hecho, ni mucho menos. A veces parece que estemos haciendo un sprint-y tonto el último-, pero no es verdad. Es un maratón y tenemos que llegar muy lejos. No podemos llegar cansados porque, de hecho, no sabemos dénde está la línea de meta, porque directamente no hay.