Glaucoma, bajo presión

La salud visual es algo que no nos preocupa hasta que afecta nuestra calidad de vida

Es muy importante la prevención y revisión ocular | iStock Es muy importante la prevención y revisión ocular | iStock

El ojo nos permite interpretar la información del entorno y distinguir objetos, formas y colores. De hecho, casi la mitad del cerebro se dedica solo a procesar imágenes. Conocer el funcionamiento del ojo humano nos ha permitido reproducirlo artificialmente, inventando primero las cámaras fotográficas y luego las de video. Ahora podemos guardar y compartir todos los recuerdos y momentos de nuestra vida. No deja de ser sorprendente, sin embargo, que no prestemos más atención a un elemento tan importante y delicado como este.

La salud visual es algo que no nos preocupa hasta que afecta nuestra calidad de vida. Y en ese momento quizás ya sea demasiado tarde. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, hay 253 millones de personas con discapacidad visual en todo el mundo, y más del 80 % de los casos son resultado de problemas o enfermedades que podrían haberse evitado o tratado.

Cuando la afectación del nervio óptico deriva en glaucoma

Una de las principales enfermedades oculares es el glaucoma. Se estima que casi un 2% de la población mayor de 40 años tiene esta afección en el nervio óptico. Y la mala noticia es que, de momento, no existe un tratamiento que revierta la pérdida de visión que provoca. Por lo tanto, la prevención es fundamental.

El glaucoma engloba un grupo de enfermedades que tienen en común que el nervio óptico se daña, en la mayoría de los casos debido a una presión intraocular demasiado alta. Este nervio pierde más neuronas de las que debería por un envejecimiento natural, y si no se trata, acabará provocando pérdida de visión.

Hay 253 millones de personas con discapacidad visual en todo el mundo, y más del 80 % de los casos son resultado de problemas o enfermedades que podrían haberse evitado

El interior del ojo no tiene vasos sanguíneos, pero sí en las paredes. Lo que permite nutrir todas las estructuras internas es el líquido que se forma constantemente en su interior: el humor acuoso. En la mayoría de los casos, en el glaucoma el problema radica en un desequilibrio entre la producción y la salida de este líquido, que no puede fluir a la velocidad que debería. En consecuencia, la cantidad de líquido dentro del ojo aumenta, lo que incrementa la presión intraocular.

Una patología silenciosa y asintomática

A menudo los pacientes se preguntan si una persona hipertensa tiene más presión intraocular. Pero una patología no tiene nada que ver con la otra. La presión arterial se debe al bombeo de la sangre desde el corazón y la presión en las paredes de los vasos sanguíneos, que no está relacionada con el líquido que se produce en el ojo.

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A diferencia de la presión arterial, la presión del ojo solo puede determinarla un especialista. Además, es conocida como una enfermedad silenciosa porque es asintomática hasta que está en fases avanzadas: es muy traicionera, ya que da síntomas cuando ya está muy desarrollada, de ahí la importancia de la prevención. La única forma de detectar un glaucoma a tiempo y poder tratarlo y estabilizarlo es encontrándolo antes de que el paciente presente molestias. Esto implica hacerse revisiones de forma habitual, a partir de los 40 años, que es cuando empieza a aumentar el riesgo de padecerlo.

La única manera de detectar un glaucoma a tiempo y poder tratarlo y estabilizarlo es que se encuentre antes de que el paciente presente síntomas

Es importante señalar que existe un tipo de glaucoma, el agudo, que sí da síntomas debido a una subida brusca de la presión del ojo. En estos casos, el paciente acude a urgencias porque se encuentra mal: suele experimentar dolor ocular e incluso náuseas y vómitos. Sin embargo, es un tipo de glaucoma menos frecuente que el más habitual, el glaucoma crónico.

Factores de riesgo asociados

En este sentido, conviene tener en cuenta los antecedentes familiares. Tener un padre o una madre con glaucoma no significa que necesariamente lo suframos, ya que su herencia presenta una penetrancia incompleta. Es decir, no todos heredan este gen y, por tanto, padecen esta enfermedad. En consecuencia, debemos pensar que todos tenemos riesgo. Otro factor importante es la edad avanzada. Evidentemente, a partir de los 60 años, el riesgo aumenta considerablemente. Y, como se mencionó antes, se recomienda realizar revisiones anuales, o bianuales como máximo, a partir de los 40.

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La miopía, media o alta, es otro factor de riesgo claro para desarrollar glaucoma. Es importante entender que los pacientes miopes que se han operado con láser, y que ahora ya no usan gafas, también corren riesgos porque su ojo sigue siendo miope. Finalmente, cualquier factor vascular que altere los vasos sanguíneos (que son los que nutren el nervio) puede afectar a este y, por lo tanto, favorecer el desarrollo de un glaucoma. Además, la raza negra también es un factor de riesgo.

Tratamientos: poner freno sin llegar a curar

En cuanto a los tratamientos, existen gotas que reducen la presión intraocular y evitan que el nervio sufra tanto. También contamos con tratamientos láser, que no están indicados para todos los pacientes (depende del tipo de glaucoma), y por supuesto con el tratamiento quirúrgico. Dependiendo del tipo de glaucoma y el estado del paciente, se opta por uno u otro. Con estos tratamientos se puede frenar la evolución y estabilizar el glaucoma, pero por ahora no existe ningún medicamento ni intervención que permita recuperar la visión perdida ni curarlo.

A modo de anécdota, y fruto de numerosas consultas que he recibido al respecto, añadiré que el glaucoma crónico es bilateral, afecta siempre, o casi siempre, a ambos ojos, aunque no de forma simultánea. Normalmente, comienza en un ojo y acaba apareciendo en el otro, por lo que es frecuente que la afectación sea asimétrica entre ambos ojos. Si detectamos glaucoma en un ojo, muy probablemente el otro también estará comenzando a desarrollarlo. Por tanto, seguramente el tratamiento deberá aplicarse en ambos ojos.

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