Que en Singapur alguien quiera conocer la planta de residuos de Guadassuar , en la Ribera Alta, ya es noticia. Por qué? Porque según los expertos, el municipio valenciano acoge una de las más innovadoras plantas de reciclaje del País Valencià. El suyo es un ejemplo de buena práctica de economía circular y un referente para el Gobierno valenciano en tiempo de emergencia climática declarada.
La planta de Guadassuar, en activo desde 2016, combina tecnología y respecto al medio ambiente. Es el futuro hacia el cual tienen que andar el resto de centros de desecherías valencianas, según apunta Joan Piquer, director general de Calidad Ambiental de la Generalitat Valenciana. El centro recupera cada año unas 1.800 toneladas de residuos, 1.380 toneladas de plásticos y brics y 3.300 de hierros y aluminio, además de producir unas 27.600 toneladas de compuesto.
"El modelo de gestión de esta planta viene de alguna manera del análisis que hemos hecho de todas las fuerzas de gestión de residuos para dar garantías a un sistema de modelo de economía circular y de robustez. El modelo Guadassuar y también el de Algímia trabajan sobre una serie de conceptos mínimos básicos que queremos que estén en todos los centros valencianos". La gestión de la planta está en manos del Consorci Ribera i Valldigna (V4). La tecnología aquí está al servicio del residuo: instalaciones con zonas cerradas y techadas donde el aire se refrigera; con un circuito cerrado en las líneas de selección y de tratamiento; antes en las plantas se diseñaban líneas de selección y esto quería decir que si un día una persona fallaba o no funcionaba bien, el residuo iba al rechazo, ahora por el contrario, incluyen el concepto de círculo de reciclaje. Por lo tanto, el sistema garantiza que por uno o varios sistemas, el material siempre será reciclado. Revisión circular para asegurar el 100%", argumenta. Además, continúa, "es una planta completamente visitable, con ventanas, para que el ciudadano pueda entender qué se hace con sus residuos", anota Piquer. Alta tecnología, pero, no comporta menos trabajadores, alerta Piquer.
El funcionamiento más tecnificado de la planta se ha diseñado porque "intentamos demostrar que unas instalaciones altamente desarrolladas no tienen que generar menos puestos de trabajo. En lugar de tener muchos peones de selección, tenemos ingenieros de controles de procesos, técnicos con FP superior de controles de autómatas o personal técnico de laboratorio para analizar los residuos en la entrada. En general, personal mucho más calificado que en otras plantas", esgrime. Trata entre 400 y 500 toneladas diarias de basura de lunes a domingo, con dos turnos productivos –noche y mañana-, y un turno de mantenimiento que es por la tarde. Casi 55 trabajadores directos trabajan en esta instalación, a los cuales se tienen que sumar los indirectos como los pequeños comercios, que proveen la planta de agua o electricidad, entre otras.
Cambiar el modelo económico
El Gobierno del Botánico se planteó ahora hace cuatro años cambiar el modelo económico valenciano y hoy por hoy está en el camino. Por ejemplo, el Plan para la transformación del modelo económico valenciano sitúa en lugar preferente la economía circular porque "ofrece oportunidades nuevas e innovadoras como la economía azul, más centrada en el aprovechamiento del potencial de los océanos, mares y costas a favor del crecimiento y la ocupación, integrando todas las actividades económicas que tienen lugar en el entorno marino". Ya hace unos meses que la Generalitat Valenciana organizó un encuentro, que VIA Empresa recogió, sobre las potencialidades económicas de esta área.
En cuanto a la gestión de los residuos, y según explica Joan Piquer, València está construyendo su propio modelo: "Lo que hacemos es ver lo que funciona en Europa y en el mundo, dentro de un modelo holístico para después aplicar y ver como funciona en la Comunidad Valenciana. Lo que estamos promoviendo es la mejora continua, porque ahora hemos pasado a ser muy dinámicos, ahora la directiva europea nos marca objetivos más ambiciosos cada 2-5 años y nos obliga a ser muy dinámicos", explica.