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Lab3040 y el salto definitivo de Catalunya al Olimpo de la innovación europea

La iniciativa, organizada por la Cambra de Comerç de Barcelona, nace para posicionar el territorio como un "líder en innovación" en Europa

Catalunya está considerada una región 'Strong innovator' en el 'European Innovation Scoreboard 2023' | iStock
Catalunya está considerada una región 'Strong innovator' en el 'European Innovation Scoreboard 2023' | iStock
David Lombrana VIA Empresa
Periodista
Barcelona
18 de Febrero de 2025
Act. 27 de Febrero de 2025

Sin un concepto tan poderoso y a la vez manoseado como lo es la innovación, sería imposible acoger uno de los cinco hubs de empresas emergentes más poderosos de Europa, proyectar 3.000 startups para 2030 o albergar algunas de las ferias tecnológicas más importantes del mundo. Catalunya es, sin duda, un territorio innovador. Pero podría ser aún más. Fue hace apenas dos años cuando alcanzó, por primera vez, la categoría de Strong innovator en el European Innovation Scoreboard 2023, el informe anual elaborado por la Comisión Europea que evalúa y compara los resultados en investigación en los diferentes países y regiones de la Unión. Entonces, el 56,4% de las empresas catalanas de más de nueve trabajadores realizó alguna actividad innovadora en 2022; ahora, sin embargo, el objetivo catalán pasa por dar un salto más y alcanzar la máxima categoría, la de Innovation Leader. ¿Es un objetivo realista?

 

“Debemos luchar por ser líderes de innovación en Europa”, afirma a VIA Empresa el responsable del ecosistema Lab3040 y empresario, Alexander Phimister. Es por este motivo que ha impulsado, junto a la Cambra de Comerç de Barcelona, el Lab3040, con el objetivo de posicionar Catalunya -entre 2030 y 2040- como un referente europeo. Para lograrlo, la Cambra de Comerç conecta corporaciones con empresas emergentes, organiza encuentros entre miembros del ecosistema y diseña proyectos colaborativos; todo, con un especial enfoque en la sostenibilidad, un requisito esencial en la actualidad y especialmente en los años venideros. 

La iniciativa no solo se dirige a actores como las empresas emergentes o a ámbitos como la sostenibilidad; por un lado, también tiene en cuenta a la Administración, grandes corporaciones y pequeñas y medianas empresas, y, por otro, a sectores como las nuevas tecnologías, el medio ambiente, la ciudadanía o la gestión del agua.

 

En clave catalana, el 58,1% de las empresas innovadoras son exportadoras

En la actualidad, Catalunya se sitúa, según el mismo informe de la Comisión Europea, como una de las regiones más innovadoras del Estado, a la altura de Navarra y la Comunidad de Madrid, y solo superada por el País Vasco. En clave catalana, y analizando en detalle su tejido empresarial, el 58,1% de las empresas innovadoras son exportadoras, prácticamente el doble que las no innovadoras, que representan el 29,5%.

Las cuatro olas de innovación catalanas

El 58,1% de las empresas catalanas innovadoras son exportadoras | iStock
El 58,1% de las empresas catalanas innovadoras son exportadoras | iStock

Ahora bien, todas estas han conocido el concepto de innovación de manera progresiva, en función de su tamaño y a través de cuatro grandes olas protagonizadas desde inicios de este siglo: entre 2006 y 2012, grandes empresas crearon su departamento de innovación: “Se trata de empresas con miles y miles de trabajadores, como Naturgy, Aguas de Barcelona, Telefónica o Seat”, explica Phimister, quien detalla que la segunda ola, comprendida entre 2013 y 2016, incluyó aún más empresas, pero no tan extensas, como es el caso de Cuatrecasas, Fluidra, Suara Cooperativa o Celsa. 

Phimister: “Debemos luchar por ser líderes de innovación en Europa”

Entre 2017 y 2021, un periodo pre y postpandémico en que la Comisión Europea aún no consideraba a Catalunya como una región innovadora “fuerte”, entidades como el Racc, Sener, Vueling o Forcadell comenzaron a crear sus departamentos de innovación, según detalla la iniciativa Lab3040. Finalmente, del 2021 a la actualidad, cada vez más empresas cuentan con este departamento: “Hasta hace poco, el departamento de innovación solo se concebía en empresas con miles de empleados, pero, actualmente, la innovación también se ha impregnado en las corporaciones medianas”, asegura a su vez Vicente Atienza, responsable de innovación y sostenibilidad de la Cambra de Comerç de Barcelona.

Esta última ola es, sin duda, responsable de la meta alcanzada el pasado 2023 y descrita en el European Innovation Scoreboard 2023 de la CE, y el contexto en que nace la iniciativa Lab3040, que cuenta con impulsores como Transports Metropolitans de Barcelona, la agencia de desarrollo económico de la AMB, IberCaja, Celsa, Cofidis, Leitat, Costa y Naturgy, y ha llevado a cabo colaboraciones con la Xarxa de Parcs Científics i Tecnològics de Catalunya, Acció, Barcelona Activa, 22@Network, la Fundación Mobile World Capital y un conjunto de universidades catalanas.

¿Cómo debe ser un departamento de innovación?

A partir de estas sinergias, Lab3040 ha llevado a cabo un trabajo de campo destinado a comprobar el estado de la innovación catalana y recopilar las mejores prácticas de innovación corporativa en el territorio. Además, el análisis ofrece un compendio de conclusiones entre las cuales destaca una principal: la innovación suele ser una herramienta que nace con la intención de impulsar la diversificación de un determinado negocio, pero en Catalunya acaba convirtiéndose en una herramienta, o bien de optimización de procesos, o bien de lanzamiento de nuevos productos: “Muchos departamentos de innovación han evolucionado su razón de ser”, explica Atienza.

Un claro ejemplo es el de IberCaja: “El planteamiento estratégico del departamento de innovación en Ibercaja es, a corto plazo, la eficiencia de procesos, poniendo el foco en la analítica avanzada de datos”, señala el responsable de Instituciones del Arco Mediterráneo de la compañía, José María Santos, quien también destaca el objetivo de llevar a cabo nuevos productos y la importancia de ser una compañía eficiente, ya que “tenemos una muy buena demanda que debemos atender en un corto plazo”. En este sentido, la firma cuenta con programas de cultura interna para promover mejoras en términos de eficiencia.

“Al principio el departamento de innovación nació para ofrecer nuevos servicios a los clientes, pero acabó transitando a la mejora de los procesos mediante la digitalización y, actualmente, impulsar la sostenibilidad de la empresa”, apunta por su parte Anna Casals, directora de innovación en España y Francia del grupo Celsa, quien desde 2018 ha colaborado con una sesentena de empresas emergentes en ámbitos como la descarbonización, la circularidad y la inteligencia artificial. Un claro ejemplo de cómo este departamento, cada vez más instaurado en el tejido empresarial catalán, ha evolucionado para adaptarse a las necesidades -y oportunidades- del contexto actual. 

El venture client, un reflejo de la empresa catalana

El modelo de 'venture client' es el más predominante en Cataluña | iStock
El modelo de 'venture client' es el más predominante en Catalunya | iStock

La segunda conclusión que destaca el informe es relativa a los programas de innovación abierta y corporate venturing, el modelo de emprendimiento que combina el potencial de una gran empresa con la innovación y motivación de una startup, y que forma parte “de los que se encuentran en auge”, según Phimister: “Cada vez vemos más claramente cómo los departamentos de innovación ya no tienen problemas en cuanto a su aceleración, pero sí en cuanto a su colaboración”, añade. En este sentido, el consultor subraya la cuarta gran conclusión del estudio de Lab3040, que señala el modelo de venture client como el más predominante en Catalunya: “Esto dice mucho de las empresas que tenemos en el territorio”, añade, y detalla que este modelo se trata de una apuesta por colaborar con empresas emergentes.

“La corporación que opta por este programa actúa como un proveedor, dando lugar a una colaboración mucho más ágil y rápida, a un precio más bajo. De esta manera, la empresa capta talento, y la startup cuenta con un cliente muy grande”, explica Phimister. Una alternativa diferente del llamado venture building, que se basa en la construcción de una startup, o del capital de riesgo (venture capital), la operación financiera con que grandes empresas aportan a startups con potencial de crecimiento a cambio de un porcentaje. 

Atienza: “Muchos departamentos de innovación han evolucionado su razón de ser”

Uno de los casos más claros de desarrollo de iniciativas de venture client es el de Transports Metropolitans de Barcelona, que colabora activamente con empresas emergentes, universidades y centros de investigación “para desarrollar, implementar e integrar soluciones disruptivas que contribuyan a mejorar la movilidad, la eficiencia y la experiencia de los usuarios y usuarias del transporte público”, según detalla su directora de Innovación y Transformación Digital, Margarida López. En el caso de Eria Estabanell Innohub, Josep Solé, director de Corporate Venturing, señala que “el venture client es el modelo que mejor funciona porque es el resultado más pragmático en función del momento en que nos encontramos”.

La innovación, el patito feo de las empresas: ¿es un ahorro o un gasto?

Sin embargo, a pesar de muchos de los proyectos innovadores que se puedan desarrollar en el tejido empresarial catalán, Phimister resalta el “gran problema con la innovación” que existe actualmente: es aún, en muchos casos, el patito feo de las empresas. “Hay un claro debate sobre si la innovación debe ser un ingreso o un gasto. ¿Es un departamento que genera riqueza, o que gasta?”, cuestiona el experto, quien afirma que la clave se encuentra “en el propósito del departamento”: “Si hablamos del lanzamiento de nuevos productos, seguro será un gasto; ahora bien, si hablamos de la optimización de procesos, puede suponer un ahorro”.

Atienza asegura que para establecer este propósito es esencial contar con indicadores que midan las acciones innovadoras de cada empresa. “Muchas no cuentan con indicadores de rendimiento claros, o un presupuesto asignado. Aquellas empresas que siguen el camino adecuado crean un propio cuenta de resultados”, añade, y hace referencia a la tercera gran conclusión del informe de Lab3040: algunos de los indicadores clave que utilizan las empresas son el número de proyectos implementados con éxito, el impacto en la facturación de la empresa y valorar su presencia en el ecosistema de innovación.

Finalmente, de todo el análisis realizado se desprende que las principales barreras en la innovación corporativa representan un obstáculo en cuanto a la alineación interna de una empresa con sus departamentos operativos, así como la resistencia al cambio por parte de los equipos, causada, entre otros, por los retos regulatorios que pueden frenar la implementación de nuevas tecnologías.