
La humanidad vive el amanecer de una nueva época de exploración espacial. Con el Programa Artemisa de la NASA, que prevé volver a pisar la Luna en 2027; y los planes de SpaceX de llevar al primer ser humano a Marte durante la década de 2030, el interés por el espacio está reavivando el espíritu de los años 60. Entonces, los gobiernos de Rusia y Estados Unidos competían por ver quién clavaba primero su bandera en nuestro satélite natural. Ahora hay nuevos jugadores en la partida: las empresas privadas. Compañías como SpaceX o Blue Origin están acelerando los planes de los programas espaciales. Lo están haciendo gracias a importantes avances que, entre otros, han reducido el coste de las misiones de 1.400 millones de dólares a 130 millones. La cifra no es mía, sino de Lauren Lyons. La compartió durante su conferencia en el Talent Arena, donde llenó todo el Visionary Stage mientras explicaba la nueva economía del NewSpace que tanto interesa a Catalunya.
Lyons es una de las ingenieras aeroespaciales más reputadas del mundo. En SpaceX dirigió los programas técnicos del Falcon 9, el primer cohete reutilizable de la historia; pero también del Dragon (las cápsulas que transportan a siete personas a la órbita baja de la Tierra) o el proyecto Starlink, que pretende llevar Internet de alta velocidad a todo el mundo. En Blue Origin fue jefa de operaciones de los programas Lunar Lander y Space Station, con los que la empresa de Jeff Bezos busca pisar la Luna por sus propios medios. Mientras tanto, también ha dado clases en Harvard, ha trabajado en robots que hoy están en Marte y hasta ha ganado un Emmy como copresentadora de las transmisiones de SpaceX durante los históricos lanzamientos de cohetes.
Por todo ello, Lyons representa la cara visible de esta nueva era espacial que comenzamos, tal como fueron Neil deGrasse Tyson o Carl Sagan en su momento. Después de salir ovacionada del hall 8 del recinto Montjuïc de Fira de Barcelona, se sienta con VIA Empresa para hablar del presente y futuro del espacio.
¿Es el negocio del NewSpace ahora más atractivo que nunca?
Respuesta fácil: sí.
¿Por qué?
Hay diferentes razones. Una, porque hoy sí que es posible implementarlo, a diferencia del pasado. Ahora es más fácil llegar al espacio, principalmente por las misiones de transporte que hace SpaceX y que cada año son más frecuentes, ya que van llenas de satélites de startups. Debemos pensar que muchas personas están lanzando su primer satélite y que solo están pagando unos pocos cientos de miles de euros en lugar de millones. De esta manera, ni siquiera es necesario haber recaudado una gran cantidad de dinero para poder ir al espacio. Este fue el elemento que abrió la puerta, pero hay más.
El segundo: me gusta decir que SpaceX ha logrado hacer posibles cosas que antes la gente no creía. Ahora viajo por el mundo y veo que los países se preguntan: "¿Por qué no tenemos nuestro propio vehículo de lanzamiento? ¿Por qué no tenemos nuestra propia constelación de satélites de Internet?" Así comienza a hacerse más evidente que estas cosas son esenciales para la infraestructura crítica, y no solo escuchamos cosas como "oh, mira, un astronauta". Es una gran noticia, porque el espacio permite hacer cosas más prácticas para los países, y eso genera ventajas.
Y permite más autonomía.
Depender de otro siempre complica más controlar tu propio destino. El sector privado es quien realmente facilita que las empresas emergentes, como en cualquier industria, puedan moverse más rápidamente y operar a un precio mucho más bajo. Y, por su parte, los gobiernos están prestando atención y ya están comenzando a desplegar recursos. Además, están encantados de poder gastar mucho menos dinero por obtener un resultado bastante bueno y sin la necesidad de hacerlo ellos mismos.
¿Qué tecnologías revolucionarán el espacio?
Muchísimas. Ordenémoslas y repasémoslas por categorías. Primero, las telecomunicaciones. La idea de tener satélites que funcionen no en la órbita geoestacionaria sino en la órbita baja, permite varias cosas: un despliegue más rápido, una latencia más baja e introducir mejoras para que no sea necesario lanzar 20 satélites y luego, si uno no funciona, que haya que sustituirlo. La tecnología está evolucionando rápidamente, así que es mejor enviar unos cuantos satélites de 500.000 euros que se puedan ir actualizando que no uno solo de 1.000 millones. Estamos mejorando mucho a la hora de averiguar cómo poner enormes cantidades de ancho de banda y datos sobre el terreno, y eso es muy emocionante. Una de las tecnologías que nos lo permite son los enlaces entre satélites y las comunicaciones láser, básicamente entre satélites. Algunas personas incluso están trabajando con láseres para transmitir datos.
"Con la Starship nos preguntaremos qué construiríamos sin preocuparnos de la masa o sin la obligación de que todo tenga que ser perfecto"
Por otro lado, una vez la Starship esté lista, tendremos la capacidad de lanzar grandes cantidades de cosas al espacio al mismo tiempo. Tradicionalmente, el espacio ha sido tan caro porque era muy costoso llegar allí. Esto ha provocado que se acaben comprando componentes muy exquisitos, a medida y perfectos. Aún lo miramos como: "Wow, estos [SpaceX] han estado en el espacio 10 veces, eso debe ser muy importante". Y, realmente, cuando comienzas a ir allí, te das cuenta de que tienen este gran cohete en el que puedes meter cosas y lanzarlas al espacio, pero que podrás reutilizar en unos días o un tiempo después. Es decir, no tendremos que pensar más en eso de encajar la máxima cantidad de material en un paquete diminuto porque cada kilo que enviemos al espacio cuesta mucho dinero.
O sea, ¿cambiará nuestra perspectiva del espacio?
Sí, ahora podremos ver estos problemas de una manera diferente. Nos preguntaremos qué construiríamos sin preocuparnos de la masa o sin la obligación de que todo tenga que ser perfecto. Nos plantearemos qué pasaría si arriesgáramos más, porque tendremos otra oportunidad y no perderemos tanto dinero. Creo que es una mentalidad muy interesante, y es una gran noticia, porque la mayor parte del sector no piensa de esta manera, ya que la nuestra es una industria de escasez. Todo es difícil de conseguir y se tiene que trabajar duro, duro, duro... Pero estamos a un paso de hacerlo más fácil y este cambio será fascinante.

¿Y cómo se puede ayudar desde el espacio a resolver algunos de los problemas que tenemos en la Tierra? En tu conferencia en el Talent Arena mencionabas la DANA de Valencia, pero también tsunamis y más fenómenos naturales.
Hay muchos activos espaciales para observar los fenómenos que suceden en la Tierra, de manera que podemos observar el cambio climático, podemos ver quién es el emisor más grande de CO₂, quién emite mucho metano... Por otro lado, hay quien defiende que solo el hecho de observar ya sería un elemento disuasorio de la criminalidad, es decir, los malos saben que no se saldrán con la suya. Hablo de tráfico de seres humanos, armas, alimentos... Es un pensamiento un poco orwelliano, a mucha gente seguro que no le importa pero a otra seguro que sí. En cualquier caso, me gustaría que se utilizara el espacio para algo más que la observación, que sirva para solucionar de verdad algunos problemas.
Ahora se está mirando, por ejemplo, de fabricar fármacos en el espacio. Este entorno de microgravedad genera un espacio intersante para mover proteínas y moléculas y mezclarlas. Conozco a otras personas que se preguntan lo mismo con los semiconductores: ¿qué pasaría si los construimos en el espacio? O sea, podemos hacer mucho más que solo observar, podemos aprender. Cuando la gente piensa en cosas de ciencia-ficción, siempre creen que iremos a minar la Luna, o a los asteroides, y que traeremos platino a la Tierra. Eso sería genial, pero tenemos que ser realistas a corto plazo. ¿Cuáles son las cosas que podríamos construir directamente para ayudar al planeta? Creo que hay unas cuantas.
"Desde el espacio podemos observar el cambio climático, podemos ver quién es el emisor más grande de CO₂, quién emite mucho metano... incluso, la observación espacial puede ser un elemento disuasorio de la criminalidad"
El pasado octubre, en Catalunya celebramos la segunda edición del NewSpace Economy Congress. Recuerdo que, durante una ponencia, el CEO de Telespazio Ibérica, pidió "ser honestos con nosotros mismos" y asumir que "lo que podemos hacer como industria por el cambio climático es nada, porque desde el espacio solo podemos observar".
Exactamente, pero también hay cosas que la gente piensa que debemos hacer en el futuro y que encuentro un poco extremistas. Por ejemplo, creo que es exagerado que algunas personas quieran construir cortinas solares para bloquear el Sol. Nos habremos equivocado mucho si llegamos a este punto, pero entiendo que si vamos en esta dirección tengamos que ponernos a trabajar.
Igualmente, veo mucho más interesante que haya gente que busque generar energía solar basada en el espacio, de manera que básicamente aprovecharía la potencia del Sol y después la dirigiría mediante microondas a zonas específicas de la Tierra, incluso si el día está nublado. Es una fuente abundante de combustible que solo se encuentra en el espacio y que no hemos sabido aprovechar. Es caro de hacer, nos llevará mucho tiempo, pero ya hay gente trabajando en ello.
Catalunya está muy interesada en convertirse en un referente en la economía de NewSpace. De hecho, hace una semana, AST Spacemobile abrió nuevas oficinas cerca de Barcelona en las que llevarán a cabo tareas de micromontaje y pequeñas pruebas. ¿Hay algún ámbito en el que Catalunya o Europa puedan ser especialmente competitivos en la industria de NewSpace?
Cada vez que vengo a Europa digo lo mismo. Mirad qué hay en Estados Unidos, y si la gente lo compra y es útil, haced lo mismo aquí. Esa sería una respuesta fácil (ríe). O sea, comprobad que la gente lo quiere de verdad. A menudo veo que Europa estudia piezas muy pequeñas con la esperanza de ser una especie de proveedor de componentes o tan solo un proveedor de alguien. Desde mi punto de vista, si estás suministrando algo a otra startup, da un poco de miedo porque todo se vuelve un castillo de naipes.
Me gustaría ver apuestas más atrevidas. Creo que hay esta percepción de "bueno, aquí hay menos capital" o "oh no, esto no es Estados Unidos, no podemos hacer esto". Sí, sí que podéis. Europa está en el mismo punto que EE.UU hace 20-25 años. Hace 20-25 años estábamos en el mismo barco que vosotros. Nadie pensaba en hacer una startup espacial, y todo el mundo decía "oh, no es posible". Bien, pues no es posible hasta que alguien lo hace. En nuestro caso, hasta que alguien dijo "vamos a construir un cohete". Y, por lo tanto, doy crédito a cualquiera que esté intentando hacerlo.

Quizás no es tan fácil.
Soy consciente de que es difícil, pero hay que dejar atrás esa mentalidad de "como no hay un contrato con el gobierno, no lo haré". Las compañías privadas son las que deben liderar. No es inteligente esperar a que el gobierno desarrolle su estrategia, porque la administración responderá solo a las empresas que hagan cosas importantes. De tal manera que si hay una compañía que ha construido un cohete, un gobierno dirá "vaya, esto es fantástico, quizás deberíamos invertir dinero aquí". Pero si nunca existes, estás dando por hecho que ellos lo harán por ti.
"Europa está en el mismo punto que Estados Unidos hace 25 años. Por entonces, aquí nadie pensaba en hacer una startup espacial, y todo el mundo decía 'oh, no es posible', hasta que alguien dijo 'vamos a construir un cohete'"
Sé que lo estoy banalizando, pero sed muy ambiciosos. Lo dije en la charla del Talent Arena, el tema de la soberanía es muy relevante. Europa tendrá que ser más inteligente sobre cómo trabajar conjuntamente entre países a la hora de hacer ciertas operaciones, especialmente en cuestiones de gasto de capital elevado. Uno de los aspectos que la mayoría de los países se han dado cuenta que es muy importante es poseer su propia capacidad para llegar al espacio, su propio acceso. Se deben tener algunos pilares fundamentales, como una red de comunicaciones o satélites de observación de la Tierra. Tampoco hay que hacerlo todo, pero cada país debería tener su propia soberanía en determinados mercados.
¿Qué me dices de SpaceX? ¿Cuál es el siguiente gran paso después de los aterrizajes controlados?
Su gran objetivo es finalizar la Starship. Se debía lanzar este lunes, pero tuvieron un problema meteorológico. [Dos días después de la entrevista, la octava prueba de la Starship terminó en una explosión masiva en Florida]. Primero deben tener el cohete funcionando correctamente. Una vez lo hagan, creo que habrá dos cosas muy importantes en las que tendrán que trabajar. Por un lado, deben centrarse en desplegar satélites Starlink y conseguir tantos como sea posible porque el Falcon 9 es increíble, pero no puede hacer tanto. Y la Starship permitirá desplegar muchos más satélites y de mayores dimensiones. Segundo, deben llevar a la gente a la Luna. Tienen un contrato con la NASA para hacerlo. Así que deben hacer funcionar el cohete para que puedan poner a esos astronautas en la Luna pronto.
La previsión del Programa Artemisa se ha pospuesto hasta mediados de 2027, ¿verdad?
Sí, técnicamente será en 2027, pero ya he perdido la pista con el calendario. En cualquier caso, son las dos cosas que deben hacer sí o sí. Y después, claro, también tienen otros contratos con clientes. Pero sus grandes prioridades son mantener los ingresos empresariales con Starlink y cumplir el compromiso de enviar astronautas a la Luna.

En cuanto a Marte, ¿la agenda sigue siendo la misma? Como decíamos, aún no se sabe si la Starship estará lista para el viaje no tripulado de 2026.
Sinceramente, no te lo puedo decir. O sea, creo que tú mismo puedes mirarlo e intentar averiguarlo. No sé cuál es su agenda interna ahora mismo, pero obviamente estamos hablando de SpaceX.
Y más allá de SpaceX, con el actual escenario geopolítico, ¿podría producirse un nuevo repunte del interés por el espacio, tal como ocurrió en los años 60?
Este es un punto muy interesante. Precisamente, el otro día pensaba en ello mientras preparaba la presentación del Talent Arena. Ahora se habla mucho de este Estados Unidos versus China en lo que respecta a la Luna. Parte de esta historia la veo fabricada solo para crear drama, pero hay otros aspectos donde sí parece que realmente hay una competencia entre ambos países. Y eso es saludable en cierta manera. Los Acuerdos de Artemisa entre Estados Unidos y los aliados dieron la vuelta al mundo y se logró que los países lo firmaran para unirse al esfuerzo de EE.UU por estar en la luna antes que China.
"Mi esperanza es que, a causa de la lucha geopolítica actual, en Europa podamos ver diálogos aumentados también en la industria espacial"
Todo esto ya era interesante, pero ahora aún lo será más con la situación que hay con Rusia. Europa está velando directamente por su estrategia. Hay un ejemplo muy claro que es la defensa. No veo por qué esta misma mentalidad no se acabe implementando también en el espacio, porque recordemos que el espacio tiene doble uso, civil y de defensa. Lo más natural, pues, sería decir "de acuerdo, debemos ser más eficientes más allá de los intereses de cada país". Si quieres construir una gran empresa espacial, tendrás que tener una oficina en Italia, Alemania, Francia... en todas partes. De esta manera, todos aportarían su granito de arena a la partida. Sería muy esperanzador ver un plan de éxito conjunto.
Es cierto que Estados Unidos es un gran país y es más fácil tener una gran agencia espacial que no tener que unir diferentes agencias de países diferentes, pero mi esperanza es que, a causa de la lucha geopolítica actual, podamos ver diálogos aumentados también en la industria espacial.
Y en Estados Unidos, ¿esperas que el presidente Trump invierta más en el espacio, ahora que Elon Musk está tan cerca de él?
Es una buena pregunta. Veremos qué pasa. Digamos que no espero que recorte el presupuesto del espacio. La pregunta será en qué partes del programa se invertirá más. ¿Veremos más o menos dinero en ciencia? ¿Por dónde tirará Elon a la hora de ejercer su influencia? No lo sé, pero sí pienso que no habrá un recorte en el sector. No estoy convencida de que vaya a haber un aumento enorme en la partida espacial, pero quizás sí una reasignación de prioridades.