19
de Enero
de
2016
Act.
26
de Enero
de
2016
Las ciencias de la vida quieren hacerse un lugar en el escaparate de buenas ideas y atraer inversores. Dos muestras de esto son Minoryx Therapeutics y Oryzon , dos de los casos que han empezado a hacer camino y que la start-up barcelonesa Mind the Byte quiere seguir de bien cerca.
Creada el 2011 por Alfons Nonell-Canals, la compañía ha desarrollado un software capaz de acortar el tiempo de creación y lanzamiento de fármacos al mercado. Su nombre es iMols y su base es una plataforma de pago por uso (Software as a Service) a la nube.
Un inicio "mucho llevar"
Nonell-Canals es licenciado en Farmacia por la Universitat de Barcelona, doctor en Química Teórica y Computacional por la URV y, tal como explica a VÍA Emprendida, fue la última etapa postdoctoral en la Universitat Pompeu Fabra el que lo hizo decidirse para compaginar la investigación con la emprendeduría. "Empecé el 2008, estábamos en crisis y la investigación lo notaba, cada día tenía que negociar con mi cabeza; y decidí lanzarme a la piscina, dejar la Universidad y montar mi empresa", recuerda.
No es de extrañar, pues, que la historia de los inicios de la start-up siga el patrón de siempre: una sola persona, la sede de la compañía a casa del creador y unos recursos mínimos. "Fue mucho llevar", reconoce con un medio sonreír el CEO. Poco después llegó su salvación: "Dos amigos míos entraron como socios. Uno de ellos es un excompany de tesis que había hecho un MBA y se encargó de los temas financieros; el otro, una amiga que se centró más en temas de investigación".
En cuestión de financiación, Nonell-Canals afirma que en empresas que "sólo venden conocimiento como Mind the Byte, no se necesita una gran inversión" y sitúa en cerca de 20.000 euros la cifra, toda proveniente de los FFF, la capitalización del paro y un préstamo bancario.
Ciencia y empresa, un binomio difícil
El CEO resume en dos sus fuentes de ingresos: "Por un lado, los clientes; por la otra, las fuentes públicas, que nos van bien para hacer innovación e investigar".
Dentro del grueso de dinero público, el fundador destaca lo programa Horizonte 2020, en el cual hay el proyecto Datanimbus gracias al apoyo recibido por parte de Acción. En julio de 2015 recibió de la Comisión Europea 50.000 euros por este programa que quiere aplicar el Big Data en la medicina para mejorar y personalizar la atención a los pacientes.
La start-up cerró el 2014 con una facturación de 42.000 euros, "muy poquet", afirma el Nonell-Canals, quien deja claro que todavía no cuentan con suficientes clientes para sobrevivir de los ingresos que generan. "En el mundo académico cuesta mucho entrar si quieres vender, porque el software tiene un coste de 50 euros por uso, y la academia a veces te regatea este precio a pesar de tener una demasiada crítica que en teoría te hace más fácil introducirlo", señala sobre las dificultades de hacer negocio. Y aunque pueda parecer que al entorno empresarial es más fácil entrar, el CEO lo desmiente: "Hacen investigaciones dinámicas y asumen mucho más los costes que puedan haber, pero piden garantías y hacer pruebas, quieren un producto bueno y por eso ahora algunos clientes están evaluando nuestro software antes de adquirirlo. Costa vender, pero despacio vamos picando piedra y generando confianza".
A los 42.000 euros de ganancias, hay que añadir los recursos provenientes de subvenciones, una suma que en total los generó unos ingresos de 300.000 euros para desarrollar toda la actividad comercial y de investigación el 2014.
Hacia Dinamarca con una gran ronda de financiación
Sin pensarlo, Mind the Byte ha cerrado el 2015 con un récord: la ronda de financiación de crowdequity más grande al Estado español con 235.490 euros, el doble del que se habían marcado y a través de la plataforma Crowdcube. Y el que hace más notable la efeméride es que se trata de la segunda ampliación de capital en menos de un año, la primera fue de 200.000 euros y estuvo liderada por Inkemia, un hòlding de pymes biotecnológicas que cotiza al Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
Con esta nueva inyección de capital y la llegada de 115 nuevos socios, la start-up se centrará este año en la internacionalización. De hecho, el objetivo principal es consolidar la expansión que ya iniciaron a finales del 2014 en Dinamarca con la apertura de la filial Mind the Byte ApS en el Copenhague Bio Science Park. Esto también los permite estar dentro del Medicon Valley Region, el clúster biotech formato por 12 universidades, 32 hospitales, 7 parques cientificotecnològics y 650 empresas del sector.
El paso a Copenhage significa, según Nonell-Canals, entrar en un mercado formado "por empresas farmacéuticas y biotecnológicas pequeñas y grandes como Cataluña", pero con la diferencia que se trata de un ecosistema "inmenso". "Allá hay muchas más empresas, es un clúster muy grande y muy potente, y las grandes compañías son más accesibles", añade el CEO, quien asegura que el mundo académico tiene el hábito de trabajar con nuevos proyectos que van saliente y que esto puede ayudar a impulsar Mind the Byte.
El hecho de optar por una filial en la estrategia de internacionalización responde también a las facilidades que da presentarse como una compañía danesa. "Te da marca cuando vas al extranjero a vender, valoran que vengas de Copenhage", apunta.
Trabajando con Amazon
La inclusión al Medicon Valley y lo programa Horizonte 2020 no son los únicos sellos de calidad de la tarea de la start-up, también es partner tecnológico de Amazon Web Services.
Mind the Byte paga anualmente un dinero a Amazon para utilizar su servicio de cloud computing, la multinacional evalúa el trabajo que hacen y el apoyo de sus ingenieros siempre que lo necesiten. Para entenderlo rápidamente, Nonell-Canals explica que es como una "etiqueta que da confianza y que certifica la infraestructura en cuanto a seguridad".
Mind the Byte es el único partner de AWS en el Estado español y, según el CEO, "uno de los cinco o seis que tiene en todo el mundo".
Creada el 2011 por Alfons Nonell-Canals, la compañía ha desarrollado un software capaz de acortar el tiempo de creación y lanzamiento de fármacos al mercado. Su nombre es iMols y su base es una plataforma de pago por uso (Software as a Service) a la nube.
Un inicio "mucho llevar"
Nonell-Canals es licenciado en Farmacia por la Universitat de Barcelona, doctor en Química Teórica y Computacional por la URV y, tal como explica a VÍA Emprendida, fue la última etapa postdoctoral en la Universitat Pompeu Fabra el que lo hizo decidirse para compaginar la investigación con la emprendeduría. "Empecé el 2008, estábamos en crisis y la investigación lo notaba, cada día tenía que negociar con mi cabeza; y decidí lanzarme a la piscina, dejar la Universidad y montar mi empresa", recuerda.
No es de extrañar, pues, que la historia de los inicios de la start-up siga el patrón de siempre: una sola persona, la sede de la compañía a casa del creador y unos recursos mínimos. "Fue mucho llevar", reconoce con un medio sonreír el CEO. Poco después llegó su salvación: "Dos amigos míos entraron como socios. Uno de ellos es un excompany de tesis que había hecho un MBA y se encargó de los temas financieros; el otro, una amiga que se centró más en temas de investigación".
En cuestión de financiación, Nonell-Canals afirma que en empresas que "sólo venden conocimiento como Mind the Byte, no se necesita una gran inversión" y sitúa en cerca de 20.000 euros la cifra, toda proveniente de los FFF, la capitalización del paro y un préstamo bancario.
Ciencia y empresa, un binomio difícil
El CEO resume en dos sus fuentes de ingresos: "Por un lado, los clientes; por la otra, las fuentes públicas, que nos van bien para hacer innovación e investigar".
Dentro del grueso de dinero público, el fundador destaca lo programa Horizonte 2020, en el cual hay el proyecto Datanimbus gracias al apoyo recibido por parte de Acción. En julio de 2015 recibió de la Comisión Europea 50.000 euros por este programa que quiere aplicar el Big Data en la medicina para mejorar y personalizar la atención a los pacientes.
La start-up cerró el 2014 con una facturación de 42.000 euros, "muy poquet", afirma el Nonell-Canals, quien deja claro que todavía no cuentan con suficientes clientes para sobrevivir de los ingresos que generan. "En el mundo académico cuesta mucho entrar si quieres vender, porque el software tiene un coste de 50 euros por uso, y la academia a veces te regatea este precio a pesar de tener una demasiada crítica que en teoría te hace más fácil introducirlo", señala sobre las dificultades de hacer negocio. Y aunque pueda parecer que al entorno empresarial es más fácil entrar, el CEO lo desmiente: "Hacen investigaciones dinámicas y asumen mucho más los costes que puedan haber, pero piden garantías y hacer pruebas, quieren un producto bueno y por eso ahora algunos clientes están evaluando nuestro software antes de adquirirlo. Costa vender, pero despacio vamos picando piedra y generando confianza".
A los 42.000 euros de ganancias, hay que añadir los recursos provenientes de subvenciones, una suma que en total los generó unos ingresos de 300.000 euros para desarrollar toda la actividad comercial y de investigación el 2014.
Hacia Dinamarca con una gran ronda de financiación
Sin pensarlo, Mind the Byte ha cerrado el 2015 con un récord: la ronda de financiación de crowdequity más grande al Estado español con 235.490 euros, el doble del que se habían marcado y a través de la plataforma Crowdcube. Y el que hace más notable la efeméride es que se trata de la segunda ampliación de capital en menos de un año, la primera fue de 200.000 euros y estuvo liderada por Inkemia, un hòlding de pymes biotecnológicas que cotiza al Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
Con esta nueva inyección de capital y la llegada de 115 nuevos socios, la start-up se centrará este año en la internacionalización. De hecho, el objetivo principal es consolidar la expansión que ya iniciaron a finales del 2014 en Dinamarca con la apertura de la filial Mind the Byte ApS en el Copenhague Bio Science Park. Esto también los permite estar dentro del Medicon Valley Region, el clúster biotech formato por 12 universidades, 32 hospitales, 7 parques cientificotecnològics y 650 empresas del sector.
El paso a Copenhage significa, según Nonell-Canals, entrar en un mercado formado "por empresas farmacéuticas y biotecnológicas pequeñas y grandes como Cataluña", pero con la diferencia que se trata de un ecosistema "inmenso". "Allá hay muchas más empresas, es un clúster muy grande y muy potente, y las grandes compañías son más accesibles", añade el CEO, quien asegura que el mundo académico tiene el hábito de trabajar con nuevos proyectos que van saliente y que esto puede ayudar a impulsar Mind the Byte.
El hecho de optar por una filial en la estrategia de internacionalización responde también a las facilidades que da presentarse como una compañía danesa. "Te da marca cuando vas al extranjero a vender, valoran que vengas de Copenhage", apunta.
Trabajando con Amazon
La inclusión al Medicon Valley y lo programa Horizonte 2020 no son los únicos sellos de calidad de la tarea de la start-up, también es partner tecnológico de Amazon Web Services.
Mind the Byte paga anualmente un dinero a Amazon para utilizar su servicio de cloud computing, la multinacional evalúa el trabajo que hacen y el apoyo de sus ingenieros siempre que lo necesiten. Para entenderlo rápidamente, Nonell-Canals explica que es como una "etiqueta que da confianza y que certifica la infraestructura en cuanto a seguridad".
Mind the Byte es el único partner de AWS en el Estado español y, según el CEO, "uno de los cinco o seis que tiene en todo el mundo".