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El móvil en las aulas: herramienta educativa o distracción?

Mientras hay escuelas que todavía son reticentes al uso de los teléfonos inteligentes, otros utilizan Instagram o Whatsapp como herramienta educativa

Los teléfonos inteligentes cada vez tienen más presencia en las aulas | Unsplah / @xiaojie2020
Los teléfonos inteligentes cada vez tienen más presencia en las aulas | Unsplah / @xiaojie2020
Bernat Bella
Periodista
Barcelona
12 de Septiembre de 2019

Los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta imprescindible en la sociedad actual. Es difícil ver una cena de amigos sin que nadie saque el teléfono, un viajero de tren que no esté pendiente de las notificaciones o un peatón que no vaya absorto en su pantalla. Uno de los debates es ahora si se tienen que introducir en las aulas y cuál tiene que ser su uso. Las opiniones son diversas y en algunos países como Francia han impulsado una ley para prohibir completamente el uso del teléfono en las clases. En la meca tecnológica, Silicon Valley, han proliferado algunas escuelas en que la tecnología queda arrinconada. En otras escuelas, en cambio, se potencia el uso del móvil con finalidades educativas. El móvil en las aulas: herramienta educativa o distracción?

 

"No se trata de si se tienen que utilizar o no, sino de cómo se tienen que utilizar. Es evidente que es un debate que está fuera de tiempo. La verdadera cuestión es como utilizar la tecnología móvil y hacer que sea útil para la escuela y la formación del alumnado", argumentó en su momento el Conseller d'Ensenyament de la Generalitat, Josep Bargalló.

La solución no es la prohibición

"Prohibir los teléfonos móviles es una forma de aceptar que hay un problema pero no hacer nada, poner un velo encima", razona Cristian Olivé, profesor de secundaria que utiliza los teléfonos móviles en sus clases. Para José Ramon Ubieto, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y autor de la obra Del padre al Ipad, considera que el "dilema no es permitir o prohibir" y sitúa el reto en cómo se regulan los teléfonos móviles. "No tienen que estar totalmente prohibidos, pero se tiene que regular su uso", señala.

 

"La experiencia nos dice que una prohibición es ineficaz, es un error prohibir como si fuera maligno. Es un instrumento que forma parte de la tecnología del siglo XXI y que hay que aprenderla a utilizar", sentencia el profesor de la UOC.

Alumnos con el móvil sobre la mesa

"Los teléfonos tienen que estar en las aulas", afirma Olivé, que considera que la tecnología móvil tiene "mucho potencial" en materia educativa. En sus clases de Lengua y Literatura no es extraño que los alumnos tengan el móvil sobre la mesa. Los alumnos lo pueden utilizar, entre otras, para hacer investigación de información. Además, se pueden aprovechar algunas aplicaciones y juegos para hacer las clases más amenas. Olivé comparte muchas de sus estrategias aen ell aula a través de su cuenta de Twitter y anima a otros docentes a introducir el móvil como herramienta educativa a las aulas. Si los adultos usan el móvil como herramienta en su día a día, por qué no los adolescentes.

En sus clases de Lengua y Literatura utilizan el móvil para mucho más que buscar información y a menudo recurre a herramientas como Instagram o Whatsapp. Por ejemplo, el servicio de mensajería instantánea lo usa para trabajar aspectos de la lengua como ortografía o gramática. Y es que una de las consecuencias de todas estas tecnologías es que a menudo los adolescentes escriben todo tipo de textos con los códigos de redes sociales.

Instagram también lo ha empleado. "El año pasado hicimos una actividad en que convertíamos el personaje de la lectura obligatoria en un influencer de Instagram", señala. Los alumnos tenían que explicar el argumento de la novela y el protagonista a través de las publicaciones. "Es una manera de usar una aplicación que utilizan en el día a día pero con finalidades educativas".

Otro caso es YouTube, donde se puede trabajar la narrativa o las argumentaciones a través de los vídeos. A todo esto se le tiene que sumar la investigación de información. "Los adultos utilizamos Google cuando tenemos cualquier duda. Por qué no los adolescentes?".

Los conflictos, de los patios al Whatsapp

Una de las razones para permitir el móvil en las aulas, según el profesor de secundaria, es que es necesario enseñar a los alumnos como utilizarlos y para poder "trabajar aspectos relacionados con las relaciones sociales que se producen a través del teléfono".

Y es que tal como él mismo explica, si hace unos años los principales problemas entre alumnos tenían lugar en los patios, ahora el origen está en grupos de Whatsapp o en comentarios ofensivos en las redes sociales como Instagram. "Los tenemos que educar en esto y hacerles reflexionar. Esta tiene que ser nuestro trabajo y si se lo prohibimos, no lo podemos hacer".

Así, uno de los objetivos para trabajar con el móvil, según Olivé, es utilizarlo "comentar cómo son las relaciones sociales hoy en día con los compañeros".

Ubieto: "Liberar los niños de la servidumbre de estar pendientes de las notificaciones"

A pesar de que es partidario de disponer del móvil en las aulas, Olivé es consciente que se tiene que regular su uso en algunos espacios: "En los patios o a las salidas me gusta que se fomenten relaciones sociales cara a cara". "Alguna vez nos ha pasado que permites el móvil en el autocar y te das cuenta que están hablando entre ellos por Whatsapp, con un compañero que tienen delante. En este sentido quizás sí que hay que limitarlo", reflexiona.

Del mismo modo opina José Ramon Ubieto, que considera que regular su uso en patios, por ejemplo, fomenta la actividad deportiva o las relaciones personales. "Ayuda a los niños a liberarse de la servidumbre de estar pendientes todo el rato de las notificaciones", argumenta.

El problema no es la pornografía

Con todo, el profesor de la UOC acaba de terminar una investigación que pone de manifiesto que el móvil "en general perturba más que ayuda" a los alumnos a las aulas a pesar de que en algunos casos "es positivo". "Cuando preguntas a los chicos si creen que los ayudan, todos contestan que empiezan buscando información pero acaban mirando Instagram o Whatsapp y se olvidan del uso inicial". Considera que herramientas como mesitas u ordenadores pueden ser más útiles en la educación.

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Ordenadores portátiles en las aulas | Artur Ribera

Y es que uno de los problemas que pueden provocar es la falta de concentración: "El principal problema de la tecnología no son los contenidos, como mucha gente piensa, o si ven pornografía... Es la absorción de energía que tiene esta tecnología. Nos absorbe completamente y nos priva del sueño, de las conversas, del deporte...".

Olivé: "Los adultos siempre tenemos un tono paternalista con los adolescentes"

Olivé también considera que los alumnos no tienen que estar el 100% del tiempo con el móvil sobre la mesa e indica que a los adultos también les cuesta concentrarse con el móvil. "Si alguien nos hubiera enseñado a hacerlo, quizás tendríamos más facilidades", razona el profesor, que añade: "Los tenemos que educar que si tienen una notificación pero están haciendo un trabajo más importante, lo tienen que dejar de lado y se tienen que centrar en lo que toca".

"Los adultos siempre tenemos un tono paternalista con los adolescentes que a menudo nos cuesta aplicarnos a nosotros mismos. Les tenemos que ayudar y no prohibir", considera Olivé.

El futuro

"Los móviles se quedarán en las aulas. Muchas escuelas se están resistiendo pero la realidad es otra y de aquí a un par de años incluso Francia se habrá dado cuenta que es un error", afirma convencido el profesor de Secundaria, que considera que el profesorado necesita formación para sacar provecho educativamente.

Ubieto: "Estamos en la época de los arrepentidos digitales"

Por su parte, José Ramon Ubieto piensa que la burbuja tecnológica alrededor de los teléfonos está en el momento álgido y que ya ha llegado una fase de revisión crítica: "Ha habido una idealización de la tecnología y la gente se cuestiona si todo es tan libre y democrático o hay sistemas de controles más perversos". "Ahora la gente se pregunta si tenemos que destinar tanto tiempo en estas tecnologías o si podemos leer, hacer deporte... Estamos en la época de arrepentidos digitales", añade Ubieto, que invita a reflexionar si padres, maestros, adolescentes y adultos tienen que empezar a revisar el uso que hacen de estas tecnologías.

Existen los nativos digitales?

Y es que mientras los adultos debaten sobre el uso de los teléfonos en las aulas, los mismos adultos hacen un uso constante de esta tecnología y son los que la han facilitado a los niños. "Los niños no nacen con un iPad bajo el brazo. Juegan con el que los adultos les damos, los introducimos nosotros en este mundo", destaca el profesor de la UOC, que pone un ejemplo: "Cuando lloran, los damos el móvil para que nos dejen comer tranquilos...".

Ubieto: "Si cada vez que llora un bebé, le das el iPad, acabará siendo un problema"

Por eso, José Ramón Ubieto afirma que los niños actuales "no son nativos digitales" sino que los adultos los hacen nativos digitales. "Se tiene que empezar a ser consciente que la mejor manera de regularlo (el uso del móvil) es desde el principio, no darlo como una cosa inocua. Si cada vez que llora un bebé, le damos el iPad, acabará siendo un problema".

En este contexto, Ubieto analiza en su libro también la experiencia de la escuela de Silicon Valley que ha prohibido cualquier tecnología en la primaria: "Esto forma parte de un momento donde cada vez hay gente más sensibilizada y los que más lo están son los que tienen más información". Los que han traído estas tecnologías a nuestras vidas haciéndola imprescindible son los que ahora se las están quitando a sus hijos.