Móviles que se convierten en mesitas y viceversa. Samsung y Huawei presentaron a la antesala del Mobile World Congress (MWC) sus dispositivos flexibles, un auténtico golpe sobre la mesa en términos de innovación que acallaba un clamor que cada vez era más evidente. Hacía muchos años que las empresas se limitaban a mejorar las prestaciones de los móviles y poco más. Así, el MWC de este año ha supuesto volver a hablar de teléfonos inteligentes después de que la feria haya hecho hincapié durante años en la conectividad y los servicios.
El anuncio de los móviles flexibles ha hecho mucho ruido y, probablemente, será uno de los elementos que marque el acontecimiento de 2019. Gran parte de este bullicio responde al mar de dudas que deriva de la presentación de estos dispositivos, y que será objeto de análisis los próximos meses. Tienen futuro en el mercado masivo? Qué ventaja pueden sacar las empresas que desarrollan aplicaciones y servicios del hecho que un móvil pueda desplegarse en un formato tablet? Estamos ante un nuevo caso Google Glass?
Richard Yu de Huawei presenta lo Mato X
El tiempo lo dirá. Muchos expertos coinciden en que el anuncio de los teléfonos inteligentes flexibles responde a una simple demostración de poder y músculo innovador. Por Huawei y Samsung, tiene más sentido mostrar sus capacidades tecnológicas porque el público vea que están en la vanguardia y mejorar su imagen de marca que vender estos productos. Más todavía si se tiene en cuenta el precio de salida que tendrán debido a la I+D que hay detrás: el Samsung Galaxy Fold se venderá por casi 2.000 euros, mientras que el Huawei Mato X se lanzará por 2.299 euros.
Ni siquiera la prensa especializada ha podido probar todavía estos dispositivos, de forma que todo son conjeturas por ahora. El que es cierto es que el número de teléfonos móviles vendidos en todo el mundo disminuyó un 4,1% el 2018, hasta un total de 1.400 millones de unidades, según la firma de investigación IDC, que ve un potencial de nuevas caídas este año. En los mercados maduros cuesta cada vez más vender un teléfono inteligente, especialmente cuando su margen de innovación ha sido pequeño a lo largo de la última década.
Los móviles plegables son una apuesta por la originalidad, pero hay opiniones de todos los colores sobre si estos productos pueden suponer un revulsivo para el mercado. Son muchas las empresas que fabrican hardware, como pueden ser Apple o Microsoft, que generan una gran parte de sus ingresos a través de la venta de servicios, tanto para empresas como para el usuario final. En los últimos años, este campo ha sido lo más disruptiu, y el que los ha generado una facturación más sostenible. El ejemplo que los servicios han sido por encima de los smartphones en cuanto a innovación se aprecia en los casos de Netflix, Airbnb, Uber, Amazon o Spotify.
El MWC no va tanto de smartphones
Los móviles plegables no se dieron a conocer dentro del MWC, sino a la antesala. Los grandes fabricantes aprovechan la atención mediática de los días previos a la feria para anunciar sus dispositivos y otros, como por ejemplo Apple, no hacen ninguna presentación. Es un síntoma que también se da al ámbito de los videojuegos, en el caso de la feria de la E3: la atención de los asistentes se diversifica mucho y la cobertura a menudo es muy limitada.
Las empresas prefieren celebrar sus propios acontecimientos para hacer grandes anuncios en las fechas que más se los conviene. Si se suma la carencia de innovación de los últimos años al terreno del hardware móvil, el MWC se ha convertido despacio en una gran exposición de adelantos tecnológicos en otros ámbitos, a pesar de que casi todos tienen una relación directa con los smartphones. Desde el coche conectado hasta los drons o las últimas tecnologías de reconocimiento facial, así como las novedades al retail o al comercio electrónico.
Móviles 5G: una novedad para un mercado inexistente, por ahora
Huawei, a través de su móvil plegable, Samsung y Xiaomi, entre otros, han aprovechado el marco del MWC para presentar sus primeros dispositivos con conectividad 5G. Esta tecnología promete multiplicar la velocidad de descarga y acelerar múltiples procesos, hasta el punto que permitirá que todos los objetos puedan estar conectados entre sí (la denominado Internet of Things). Los principales grupos de telecomunicaciones señalan que su despliegue comercial se ejecutará en 2020, por lo cual disponer de un móvil con un módem 5G incorporado no tiene ninguna ventaja actualmente.
El que está claro es que, en el futuro, todos los teléfonos inteligentes tendrán conectividad 5G, tal como acabó pasando con el 4G. Según la GSMA, organizadora del MWC, la nueva tecnología de redes representará el 15% de las conexiones móviles de todo el mundo el 2025. Es más, es un negocio que contribuirá con casi 2,2 billones de dólares (1.940 millones de euros) a la economía mundial en los próximos quince años.