04
de Enero
de
2017
Todos tenemos claro que el negocio de Facebook es la publicidad. De hecho, una de las claves del éxito de anunciarse a la red social de Mark Zuckerberg frente a otros medios es la increíblemente exhaustiva posibilidad de afinar el target de usuarios que verán nuestros anuncios.
Hasta ahora, todos sabíamos que cuando llenamos nuestro perfil de Facebook con nuestros datos personales (sexo, edad, ciudad de residencia...), cuando hagamos clic en páginas que nos gustan –y que están categorizadas– o cuando hagamos check-in en varios lugares, estamos ayudando Facebook a obtener información de nuestros gustos que, por supuesto, servirá para convertirnos en objetivos de anuncios que potencialmente pueden ser de nuestro interés.
Sin embargo, esta información se acaba, y cómo que no estamos todo el día haciendo 'me gusta' en páginas ni actualizando nuestro perfil a medida que pasa el tiempo –recordamos que Facebook ya tiene 13 años–, els técnicos se han tenido que inventar una nueva manera de obtener más información sobre nosotros.
Desde hace poco –de momento sólo en la versión inglesa de la red social–, Facebook ha empezado a usar herramientas de reconocimiento de imagen de desarrollo propio para identificar qué sale a las fotografías que publicamos. Así, analizando el código fuente de la página, podemos ver cosas tan espectaculares como estas:
La explicación "oficial" es que con esta información extraída a partir del contenido de las imágenes se podrá enriquecer mucho más la experiencia de navegación de personas ciegas, hecho absolutamente cierto. Ahora bien, os imagináis el potencial en el ámbito de clasificación que tiene esta tecnología?
Facebook es una red social en la cual sus usuariospublican más de 300 millones de fotografías al día y, por supuesto, estas fotografías son de temas que los interesan... Una información que a buen seguro servirá para afinar todavía más aquellos anuncios que vemos.
No sufrís, tampoco hace falta que nos volvemos unos fanáticos de la privacitat todo de una. De hecho, cuando colgamos una fotografía a Facebook –y decidimos hacerla pública–, le estamos otorgando los derechos de hacer prácticamente cualquier cosa. No tendría que ser un problema que una empresa que nos proporciona un producto gratuito tenga la capacidad de ofrecernos publicidad basada en nuestros intereses –de hecho, quizás incluso acabamos comprando algo que necesitamos–. Ahora bien, sí que hay que velar porque este sea el único uso que se dé a la información extraída de nuestras imágenes.
Hasta ahora, todos sabíamos que cuando llenamos nuestro perfil de Facebook con nuestros datos personales (sexo, edad, ciudad de residencia...), cuando hagamos clic en páginas que nos gustan –y que están categorizadas– o cuando hagamos check-in en varios lugares, estamos ayudando Facebook a obtener información de nuestros gustos que, por supuesto, servirá para convertirnos en objetivos de anuncios que potencialmente pueden ser de nuestro interés.
Sin embargo, esta información se acaba, y cómo que no estamos todo el día haciendo 'me gusta' en páginas ni actualizando nuestro perfil a medida que pasa el tiempo –recordamos que Facebook ya tiene 13 años–, els técnicos se han tenido que inventar una nueva manera de obtener más información sobre nosotros.
Desde hace poco –de momento sólo en la versión inglesa de la red social–, Facebook ha empezado a usar herramientas de reconocimiento de imagen de desarrollo propio para identificar qué sale a las fotografías que publicamos. Así, analizando el código fuente de la página, podemos ver cosas tan espectaculares como estas:
La explicación "oficial" es que con esta información extraída a partir del contenido de las imágenes se podrá enriquecer mucho más la experiencia de navegación de personas ciegas, hecho absolutamente cierto. Ahora bien, os imagináis el potencial en el ámbito de clasificación que tiene esta tecnología?
Facebook es una red social en la cual sus usuariospublican más de 300 millones de fotografías al día y, por supuesto, estas fotografías son de temas que los interesan... Una información que a buen seguro servirá para afinar todavía más aquellos anuncios que vemos.
No sufrís, tampoco hace falta que nos volvemos unos fanáticos de la privacitat todo de una. De hecho, cuando colgamos una fotografía a Facebook –y decidimos hacerla pública–, le estamos otorgando los derechos de hacer prácticamente cualquier cosa. No tendría que ser un problema que una empresa que nos proporciona un producto gratuito tenga la capacidad de ofrecernos publicidad basada en nuestros intereses –de hecho, quizás incluso acabamos comprando algo que necesitamos–. Ahora bien, sí que hay que velar porque este sea el único uso que se dé a la información extraída de nuestras imágenes.