¿Cuántas veces hemos llegado a un aeropuerto dos horas antes de la hora de la salida del vuelo y no hemos sabido qué hacer? ¿Cuántas veces estas dos horas se han alargado porque el avión salía con retraso? Y, ¿cuántas veces hemos desesperado pasando por varios controles de seguridad y te has tenido que sacar el cinturón varias veces? A menudo, las esperas en el aeropuerto se hacen pesadas y eternas, pero esta tendencia ya está cambiante. La transformación digital de todos los aspectos que componen estas grandes infraestructuras está modificando la experiencia del usuario que, además de aprovechar más el tiempo, también ve como gracias a la digitalización, la seguridad tanto del pasajero como de la aerolínea es más ágil y con garantías.
"Los aeropuertos tienden hacia el concepto smart airports: construimos plataformas inteligentes de una gran complejidad, que reaccionan en tiempo real sobre los elementos que se están produciendo". El presidente de Aena, Mauricio Lucena, explica ante el auditorio de La Caixa lleno a rebosar, cómo serán los aeropuertos del futuro. Nada que ver con aquello que conocíamos hasta ahora, nada que ver con lo que mucha gente del público, de edad avanzada, podía haber llegado a imaginar.
"O te transformas digitalmente, o estás muerto". Es la frase de la década por antonomasia, una realidad que cada vez está más asentada y que condiciona más nuestras vidas. Precisamente por eso, los aeropuertos se tienen que adaptar y tienen que hacerlo de la mejor manera posible, sin prisa pero sin pausa. Aena, por ejemplo, ya hace tiempo que ha puesto en marcha la integración de los 46 aeropuertos y los dos helipuertos que tiene en cartera.
La cara, tu ángel de guarda
Según Lucena, pronto "el paso por los aeropuertos será seguido". Y es que con la tecnología biométrica en cada fase del viaje, "no habrá que identificarse en los diferentes puntos", además de hacer más segura la vigilancia.
El reconocimiento facial y dactilar serán los protagonistas de los controles de los pasajeros, de forma que no sólo se reducirá el tiempo de espera, sino que será muy complicado burlar la seguridad a pesar de no tener que mostrar el pasaporte ni el billete de avión. Lo captarán todo las cámaras expuestas en la puerta de embarque y por todo el aeropuerto, que comprobarán los datos en tiempo real. De hecho, Lufthansa ya opera así en el aeropuerto de Los Ángeles y, sin tener que comprobar el billete ni el pasaporte, consiguió embarcar a 350 pasajeros en tan sólo 20 minutos.
Y no sólo esto. Los drones ya se utilizan para realizar las tareas de calibración de las luces de las pistas, cosa que también representa "más seguridad", y todavía abren un montón de posibilidades más.
Volar con el móvil
Hasta el más mínimo detalle de un aeropuerto –y de su manera de funcionar- se embarca en la transformación digital. Por ejemplo, entre otras muchas cosas, a través de una aplicación móvil "se podrá saber cuánto de tiempo se tarda hasta la puerta o si hay retraso".
En definitiva, habrá una "mejor organización" que permitirá optimizar el tiempo al pasajero y tener en sus manos un amplio catálogo de lo que ofrece el aeropuerto: podrá comprar en el Duty Free por una app o pedir que traigan la comida que quiera a la puerta de embarque.
Pero si no hay hambre, o no se quiere gastar, también se podrá comprobar el estado del equipaje a través del móvil después de haberlo facturado tú mismo gracias al reconocimiento facial. Además, se podrá saber cuánto rato se tarda a llegar a la zona para recogerlo y, en caso de que se haya perdido, se podrá ver su localización en todo momento.
Además de esto, también podría haber robots de atención al cliente. De momento, ya hay aeropuertos –como el de Munich- que tienen el servicio en prueba piloto para ver como reacciona el usuario, pero gracias a la Internet de las Cosas (YATE), puede responder preguntas individualizadas e interpretar datos del aeropuerto.
Un mundo mejor
Decía Lucena que "una buena competitividad incrementa el atractivo económico y turístico, favorece la instalación de empresas y promueve intercambios comerciales con terceros países y fomenta la internacionalización de la economía de la región".
La transformación digital puede hacer volar con más bastante estas infraestructuras y, de hecho, el aeropuerto de Barcelona ya está creciendo en número de pasajeros por encima de lo que estaba previsto y se espera que en 2026 tenga una capacidad para 70 millones de pasajeros.
Lucena: "Los aeropuertos han hecho un mundo mejor y han acercado a personas, culturas y sociedades"
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ya publicaba en enero de 2017 la convocatoria de Aena para la Estrategia e implantación de la transformación digital a Aena por un máximo de 14 millones de euros y que se tenía que llevar a cabo en un plazo de 53 meses. Entre sus prioridades, y según señala el documento, los ámbitos de actuación en que se está centrando el proceso son el ecommerce, la experiencia del cliente, los negocios comerciales, los acuerdos de nuevos negocios digitales con terceros y programas de fidelización.
De hecho, en su plan estratégico para 2018-2021, el objetivo es "potenciar la innovación y la transformación digital". "Los aeropuertos han hecho un mundo mejor y han acercado personas, culturas y sociedades", sostenía el presidente de Aena. Y todo apunta que la transformación digital servirá para dar todavía más alas a toda la logística aeroportuaria.