07
de Mayo
de
2015
La historia de Tesla Motores no ha sido precisamente plácida desde sus inicios. Fundada en 2003 por Elon Musk -físico y emprendedor sudafricano- después de hacer fortuna vendiendo PayPal a eBay, tenía como objetivo desarrollar un coche de gama alta totalmente eléctrico, con autonomía y potencia suficientes para poder satisfacer a cualquier tipo de consumidor, por exigente que fuera.
Su primer modelo, el Tesla Roadster, era un coche deportivo con unas prestaciones realmente espectaculares: podía pasar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y recorrer casi 400 kilómetros sin recargar las baterías. A pesar de recibir muchísimas reservas del vehículo, a la hora de cerrar la venta muchos de los consumidores se echaban atrás, hecho que condujo la compañía a una situación económica tan complicada que incluso su propio fundador llegó a negociar la venta de la empresa a Google por 6.000 millones de dólares.
Cuando las negociaciones estaban prácticamente cerradas, repentinamente Tesla empezó a ver como sus ventas se multiplicaban e incluso empezaban a producir beneficios, motivo por el cual el pre-acuerdo con el gigante de las buscas se acabó rompiendo.
Esta pasada semana, en un movimiento inesperado, Elon Musk ha presentado una adaptación doméstica de las súper-baterías que la compañía usa en sus vehículos. Powerwall, el nombre con el cual se ha bautizado el nuevo producto, es un conjunto de baterías diseñado para que hogares y negocios dejen de depender de las compañías eléctricas.
El widget, con una potencia de entre 7 kWh y 10 kWh está pensado para ser colocado a las paredes de sótanos o garajes y funcionar conectado a paneles solares situados al tejado de las casas. De este modo, Powerwall almacena energía durante el día para usarla durante la noche.
Además, el aparato se conecta en Internet para adquirir la evolución de precios de la electricidad, de forma que puede acumular energía cuando esta es más trueque y usarla cuando los precios han subido. El Powerwall tendrá un precio de salida de 3.500 dólares sin contar la instalación ni los paneles solares.
A pesar de que no estará disponible para el público en general hasta el 2016, ya se puede reservar en la web de Tesla Motores.
Su primer modelo, el Tesla Roadster, era un coche deportivo con unas prestaciones realmente espectaculares: podía pasar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y recorrer casi 400 kilómetros sin recargar las baterías. A pesar de recibir muchísimas reservas del vehículo, a la hora de cerrar la venta muchos de los consumidores se echaban atrás, hecho que condujo la compañía a una situación económica tan complicada que incluso su propio fundador llegó a negociar la venta de la empresa a Google por 6.000 millones de dólares.
Cuando las negociaciones estaban prácticamente cerradas, repentinamente Tesla empezó a ver como sus ventas se multiplicaban e incluso empezaban a producir beneficios, motivo por el cual el pre-acuerdo con el gigante de las buscas se acabó rompiendo.
Esta pasada semana, en un movimiento inesperado, Elon Musk ha presentado una adaptación doméstica de las súper-baterías que la compañía usa en sus vehículos. Powerwall, el nombre con el cual se ha bautizado el nuevo producto, es un conjunto de baterías diseñado para que hogares y negocios dejen de depender de las compañías eléctricas.
El widget, con una potencia de entre 7 kWh y 10 kWh está pensado para ser colocado a las paredes de sótanos o garajes y funcionar conectado a paneles solares situados al tejado de las casas. De este modo, Powerwall almacena energía durante el día para usarla durante la noche.
Además, el aparato se conecta en Internet para adquirir la evolución de precios de la electricidad, de forma que puede acumular energía cuando esta es más trueque y usarla cuando los precios han subido. El Powerwall tendrá un precio de salida de 3.500 dólares sin contar la instalación ni los paneles solares.
A pesar de que no estará disponible para el público en general hasta el 2016, ya se puede reservar en la web de Tesla Motores.