
04
de Abril
de
2014
Act.
04
de Abril
de
2014
Ante situaciones extremas, hay que reaccionar, y rápido. Del contrario, las mejores oportunidades pueden pasar sin que nadie seentere. El director Álex de la Iglesia lo ilustra con la figura del genio que formuló el eslogan La chispa de la vida para Coca-cola, que da también nombre a la película. Un genio, pero, que se ha convertido en publicista al paro y que se encuentra inmerso en la desesperación. Esto lo trae a vivir el episodio más trágico de su vida: clavarse un hierro a la cabeza.
El hombre en cuestión se llama Roberto (José Mota), quien enfrenta un nuevo día sin ninguna esperanza de salir airoso de una entrevista de trabajo a la empresa de un conocido. Cruz en él, en su profesionalidad y en la capacidad de volver a crear la frase que haga historia, pero su entorno noconfía. Su gran oportunidad llega en forma de tragicomedia; y en el mejor escenario, un teatro romano todavía en fase de restauración. Allá es donde madriguera y queda clavado en tierra por culpa de un hierro que le sujeta la cabeza.
Cuando empieza a ser consciente de su situación, como buen publicista, ve la oportunidad de hacer negocio con su historia vendiéndola a la prensa . Si muere, el precio es de dos millones de euros; si sobrevive, 200.000 euros. Él no lo sabe, los dados los echa su representante (Fernando Tejero), quien ha encontrado un tesoro caído del cielo en la figura de su reciente cliente.
Roberto es el gran profesional en el cual se puede emmirallar cualquier persona que ha sufrido el paro en plena crisis. Tiene el apoyo de su mujer (Salma Hayek) y los dos hijos, a quienes quiere demostrar que todavía es bastante habilidoso como para volver a ejercer y traer un sueldo a casa. A pesar de tener todo el viento en contra, es capaz de identificar la oportunidad de mostrar su valía y se convierte en el tema del día a todas las televisiones, radios y diarios de país. Para conseguirlo se rodea de los mejores: uno de los guardias de seguridad del banco, su representante y un publicista amigo que le gestionará el asunto mediático. Así hace patente que al éxito no sellega solo, sino con un buen equipo.
En su discurso ante los medios, hay que destacar la adaptación del contenido a su público. Sabe que venden las historias con corazón, por el que no pierde la ocasión de hacer salir la familia en una entrevista televisiva. En ella niega el suicidio, a pesar de saber que confirmar esta hipótesis que plantean desde fuera lo ayudaría. Prioriza la sinceridad, pues, y narra como se había desplazado en Cartagena sólo para salir de la Madrid y recordar el viaje de boda con su mujer a esta ciudad murciana. Un recuerdo feliz ante la desesperación presente, la misma situación que cualquiera otro parado puede estar viviendo.
En paralelo a la historia de Roberto hay dos beneficiados que también quieren construir su camino hacia el éxito. Por un lado, el empresario que aquella mañana le había negado un puesto de trabajo y que ahora se ve obligado a darle para evitar una crisis; o para beneficiarse de la buena publicidad que le generará tenerlo en su plantilla. Por la otra, el alcalde de Cartagena, quién tiene que elegir entre la misma promoción gratuita y los ingresos que le puede reportar el asunto, o intentar esconderlo todo para evitar el cierre del teatro y una sanción. Igual que el primero, tiene que saber gestionar el fracaso que le generaría una crisis o al éxito que puede lograr. Una clara muestra de como las victorias personales pueden acabar beneficiando a segundas y terceras personas que saben ver la oportunidad.
El hombre en cuestión se llama Roberto (José Mota), quien enfrenta un nuevo día sin ninguna esperanza de salir airoso de una entrevista de trabajo a la empresa de un conocido. Cruz en él, en su profesionalidad y en la capacidad de volver a crear la frase que haga historia, pero su entorno noconfía. Su gran oportunidad llega en forma de tragicomedia; y en el mejor escenario, un teatro romano todavía en fase de restauración. Allá es donde madriguera y queda clavado en tierra por culpa de un hierro que le sujeta la cabeza.
Cuando empieza a ser consciente de su situación, como buen publicista, ve la oportunidad de hacer negocio con su historia vendiéndola a la prensa . Si muere, el precio es de dos millones de euros; si sobrevive, 200.000 euros. Él no lo sabe, los dados los echa su representante (Fernando Tejero), quien ha encontrado un tesoro caído del cielo en la figura de su reciente cliente.
Roberto es el gran profesional en el cual se puede emmirallar cualquier persona que ha sufrido el paro en plena crisis. Tiene el apoyo de su mujer (Salma Hayek) y los dos hijos, a quienes quiere demostrar que todavía es bastante habilidoso como para volver a ejercer y traer un sueldo a casa. A pesar de tener todo el viento en contra, es capaz de identificar la oportunidad de mostrar su valía y se convierte en el tema del día a todas las televisiones, radios y diarios de país. Para conseguirlo se rodea de los mejores: uno de los guardias de seguridad del banco, su representante y un publicista amigo que le gestionará el asunto mediático. Así hace patente que al éxito no sellega solo, sino con un buen equipo.
En su discurso ante los medios, hay que destacar la adaptación del contenido a su público. Sabe que venden las historias con corazón, por el que no pierde la ocasión de hacer salir la familia en una entrevista televisiva. En ella niega el suicidio, a pesar de saber que confirmar esta hipótesis que plantean desde fuera lo ayudaría. Prioriza la sinceridad, pues, y narra como se había desplazado en Cartagena sólo para salir de la Madrid y recordar el viaje de boda con su mujer a esta ciudad murciana. Un recuerdo feliz ante la desesperación presente, la misma situación que cualquiera otro parado puede estar viviendo.
En paralelo a la historia de Roberto hay dos beneficiados que también quieren construir su camino hacia el éxito. Por un lado, el empresario que aquella mañana le había negado un puesto de trabajo y que ahora se ve obligado a darle para evitar una crisis; o para beneficiarse de la buena publicidad que le generará tenerlo en su plantilla. Por la otra, el alcalde de Cartagena, quién tiene que elegir entre la misma promoción gratuita y los ingresos que le puede reportar el asunto, o intentar esconderlo todo para evitar el cierre del teatro y una sanción. Igual que el primero, tiene que saber gestionar el fracaso que le generaría una crisis o al éxito que puede lograr. Una clara muestra de como las victorias personales pueden acabar beneficiando a segundas y terceras personas que saben ver la oportunidad.