Uno de los atractivos de viajar es conocer la gastronomía del país que visitamos. Para hacerlo, un elemento importante es el coste que esto supone. Sólo en Europa, las diferencias de precios de alimentos y bebidas son fuerza significativas. Según los datos de Eurostat (referentes en 2015), los precios de alimentos, bebidas y tabaco en Suiza superaban un 72% la media europea; en Noruega lo hacían un 60% y en Dinamarca un 45%. Poca broma.
Pero del mismo modo que hay países mucho por encima de la media europea, también hay que están muy por debajo. Es el caso de Polonia, que cierra el ranking con un nivel de precios un 37% inferior al estándar del continente. Rumanía y Albania lo acompañan en el podio de los países europeos más baratos en alimentación y bebidas.
