Todo empezó cuando este joven de 28 años estaba estudiando música en Berlín. Allí, compartía piso con otros músicos y empezó a tocar el saxo. "Era un desastre para practicar, molestaba a los compañeros, los vecinos... Acabé tocando en los parques, pero llegó el invierno y era imposible por el frío que hacía", explica Mañas. Así le surgió la primera idea, que ya no le ha marchado de la cabeza: "Tenía que inventar un saxo electrónico, pequeño, ligero, que pudiera tocar desde la cama y practicar sin molestar nadie".
Dejar la ingeniería para dedicarse a su pasión
Antes de ir a Berlín a estudiar música había estudiado ingeniería en diseño industrial y trabajó dos años como ingeniero. Pero también decidió dejarlo para centrarse en su pasión, la música. Después de un año a la capital alemana, volvió a Catalunya, sin cesar de pensar en el saxo electrónico. Una vez aquí entró a trabajar a HP, en el departamento de 3D, desde donde ya pudo empezar a hacer pruebas de prototipos de saxos electrónicos.
Más adelante conoció Guillem Magdaleno, que empezó siendo su profesor de programación, para adquirir conocimientos por la parte de electrónica del instrumento. Pero no era su fuerte y propuso Guillem incorporarse al proyecto y asumir la parte de programación y electrónica. Y así fue. El 2018 participaron en el concurso de emprendeduría Explorer y ganaron, y uno de los premios fue un viaje a Sillicon Valley para conocer de cerca la meca del emprendedor.
Ramon Mañas: "Siempre hay el riesgo de no saber qué pasará"
"Había decidido que si ganaba, dejaría el trabajo y me centraría en este proyecto", recuerda. Y así lo hizo. El enero de 2019 se despidió de HP, donde lo esperaba con toda probabilidad un ascenso y un incremento salarial. "Siempre hay el riesgo de no saber qué pasará, la incertidumbre de si estás haciendo bien...", reconoce Mañas. Pero tenía 27 años y creía que era el momento de hacerlo. Que siempre tenía la posibilidad de volver al sector empresarial si no funcionaba. Fundó Odisei Music y un año después considera que es la mejor decisión que podía tomar.
Para empezar el proyecto decidieron poner en marcha una campaña de financiación con Kick Starter, una plataforma que permite a los futuros clientes poner dinero en el proyecto a cambio de una rebaja final en la compra del producto. Recogieron 90.000 euros con la venta anticipada de 220 saxos electrónicos en todo el mundo, que a principios de 2020 tienen que entregar. "Es muy interesante porque te permite validar el producto y ver que hay un interés. Han confiado desde el minuto cero con nosotros", celebra.
Mercado en los Estados Unidos, Japón y Europa
Ahora, por eso, este dinero se están agotando y seguramente tendrán que aportar ahorros propios. "Quien no arriesga, no pesca", afirma. La idea por el futuro es financiarse exclusivamente a través de los clientes y fabricar bajo demanda. Ya han contactado con ellos más de un millar de personas interesadas, la mayoría de los Estados Unidos, Japón y Europa.
Después de dos años de una cincuentena de prototipos y pruebas de programación y funcionamiento, el producto ya está al 99% acabado. Entre febrero y marzo se abrirá la venta al público general. El resultado de todo es un saxo electrónico que pesa 300 gramos y mide unos 22 centímetros. Compacto y muy sencillo de transportar, y que se puede practicar sin molestar nadie. "Tiene todas las teclas de un saxo y la posición de las manos es muy similar. Estás realmente pulsando teclas y esto lo hace más real". Además funciona con una embocadura de saxo real.
La parte de electrónica la han diseñado ellos mismos y se fabrica en la China, mientras que la carcasa se realiza con 3D a una incubadora que utilizan de Barcelona. Lo reciben, lo ensemblen y lo distribuyen.
Aprender a tocar el saxo a través de una app
Han desarrollado una aplicación móvil que funciona como interfaz. El saxo electrónico envía la información al teléfono y, con unos auriculares conectados al móvil, escuchas lo que vas tocando. Además, puedes escoger el tipo de saxo. La app también servirá como tutorial para poder aprender a tocar el saxo desde cero.
"A través de la app queremos hacer una parte de aprendizaje, que estamos trabajando para que sea muy interactiva y se pueda aprender más rápida y fácilmente. Para que la gente pueda empezar desde cero, con el saxo electrónico es más fácil y después hacer la transformación hacia un saxo real", explica. Y es que una cosa que deja clara Ramon Mañas es que no quieren sustituir el saxo real, que siempre tendrá mejor sonido. Se trata de una herramienta complementaria para músicos que ya saben o para personas que quieran empezar a tocar este instrumento.
Ramon Mañas: "Cualquier emprendedor tiene que arriesgar"
Ramon Mañas tiene en la cabeza alguno otro instrumento para hacer su versión electrónica y compacta, pero actualmente están centrados en el saxo y quieren ir paso a paso. Además de Ramon y de Guillem, en el equipo hay dos personas más: el ingeniero Jaume Batllori, que se encarga de la parte más logística; y Arnau Marzabal, un joven de 17 años que ha desarrollado la aplicación. Todos ellos tocan algún instrumento.
"Cualquier emprendedor tiene que arriesgar. Se tienen que invertir muchas horas, mucho esfuerzo y probablemente dinero propio. La mayoría de las startups fracasan", reflexiona finalmente.