• MyRealFood, la aplicación de Carlos Ríos para evitar los alimentos ultraprocesados

MyRealFood, la aplicación de Carlos Ríos para evitar los alimentos ultraprocesados

La 'app' se inspira en el sistema de etiquetado de productos en Chile, donde tienen pensado empezar la internacionalización el año que viene

Los socios de la aplicación MyRealFood, Carlos Ríos, David Vicente, Sofia Belenguer y Toni Mancha | Cedida
Los socios de la aplicación MyRealFood, Carlos Ríos, David Vicente, Sofia Belenguer y Toni Mancha | Cedida
Barcelona
12 de Diciembre de 2019

La locura de los alimentos ultraprocesados y el realfooding tiene un culpable: Carlos Ríos. El divulgador e influencer ha puesto de moda la comida saludable en plena ola de cambio de hábitos, y lo ha hecho con un sistema de clasificación muy sencillo: un alimento puede ser natural, procesado o ultraprocesado. Son las tres categorías que tiene la aplicaciónMyRealFood, que escanea el código de barras de los alimentos y, además de ponerle una de estas etiquetas, ofrece su información nutricional. La app es iniciativa de SofiaBelenguer y ToniMancha, que contactaron con Ríos y lo añadieron como tercer fundador. El cuarto socio es David Vicente, un programador que encontraron a través de un llamamiento que el divulgador hizo por redes sociales.

"La idea inicial era informar al consumidor sobre el tipo de alimentos que come, puesto que las etiquetas son difíciles de entender, pero vimos que había un problema añadido: falta de motivación para cambiar de hábitos", explica Belenguer. Así que decidieron crear una comunidad, puesto que "ver que otra persona como tú ha hecho un cambio, te incita a imitarlo". La aplicación incluye varios grupos, uno de recetas, uno de alimentación infantil, otro de estilo de vida, uno que introduce el ejercicio físico, etc. En dos meses han conseguido 800.000 usuarios.

Pero la clasificación de "comida real", "procesado bueno" y "ultraprocesado" no es la única información nutricional que da la aplicación al escanear un producto concreto. También incluye indicadores cuando un alimento presenta valores nutricionales perjudiciales elevados, como son azúcares, calorías, grasas saturadas y sal. La idea proviene del sistema de etiquetado chileno, que avisa también de estos componentes. De hecho, han elegido este país sudamericano para iniciar la internacionalización, que esperan en 2020. "Allí tienen la legislación, pero también les falta motivación, que es el que nosotros podemos aportar", indica Belenguer.

La aplicación clasifica los alimentos en comida real, procesados buenos y ultraprocesados, que son los que recomienda evitar

En cuanto al mercado europeo, Francia y Reino Unido son dos de los entornos donde la cofundadora identifica una tendencia en consumir real food. De hecho, del país vecino proviene su principal competidor, Yuka. La socia de MyRealFood se desmarca de esta aplicación: "La nuestra no sólo tiene en cuenta la calidad nutricional, los aditivos y si el producto es orgánico, sino también el procesamiento de los alimentos, que es donde creemos que tiene que estar el foco". Dos diferencias más son la comunidad y que Yuka también incluye productos cosméticos, un elemento que desde MyRealFood descartan.

Reacción de la industria

El movimiento realfooder y el que no se identifica con la marca pero se preocupa por la alimentación saludable no para de crecer. ¿Ha reaccionado la industria del gran consumo? "Lo está intentando, ya hemos visto la reformulación de ciertos productos para convertirlos de alimentos ultraprocesados a procesados buenos", explica Sofia Belenguer. En los pequeños comercios se ha notado sobre todo en las opciones de proximidad que ofrecen.

Para MyRealFood, tener una figura como Carlos Ríos detrás ha sido básico. Belenguer explica el poder de Ríos: "Algunos productos que recomienda en su cuenta de Instagram se acaban en los supermercados; el último ejemplo ha sido el caqui, por una receta de natillas de chocolate con caquis que compartió". Entre los productos ultraprocesados que más sorprenden al público de la app se encuentran las galletas dietéticas, hechas con harinas refinadas y altas en azúcar, y los productos con etiqueta light o 0% en grasas.

"La industria ha reaccionado a la tendencia saludable; ya hemos visto la reformulación de ciertos productos para convertirlos de alimentos ultraprocesados en procesados buenos"

Esta es una aplicación colaborativa, según Belenguer: "Teníamos una base de datos inicial de productos y su información, pero los usuarios han ayudado en buena parte a hacerla más extensa: cada vez que escaneaban un alimento y no lo encuentran en la app nos pasan la etiqueta y lo introducimos". Todo esto, con la ayuda de 10 nutricionistas que colaboran con MyRealFood y califican los productos.

Primeras veces

Esta es la primera vez que Sofia Belenguer emprende, pero también que trabaja en el mundo de la nutrición. Es abogada de profesión y había centrado parte de su carrera a los derechos de los consumidores. "Esto, unido a problemas de estómago, me hizo cambiar de dieta e interesarme para leer las etiquetas y llevar una alimentación saludable", relata. Fue entonces cuando se dio cuenta de las dificultades que tenía para hacerlo. Empezó a gestar la idea con su compañero de universidad, Toni Mancha, y entraron al programa para emprendedores Explorer de Banco Santander.

Un noi utilitza el mòbil en un supermercat | iStock

Un chico utiliza el móvil en un supermercado | iStock

Su proyecto fue elegido el mejor de la Universitat Pompeu Fabra, centro a través del cual participaban, y consiguieron una primera financiación y un viaje a Silicon Valley, la cuna mundial de startups. Esto fue en junio, cuando Belenguer decidió dejar el trabajo como abogada en una gran firma. También han contado con la ayuda de Barcelona Activa, puesto que se encuentran físicamente en la incubadora que tienen en la calle Almogàvers de Barcelona.

De momento, se financian con fondos propios, pero a partir de enero lanzarán la opción premium, de pago. La ventaja será una planificación de platos de toda la semana con las recetas saludables incluidas, para que los realfooders no tengan que pensar qué comerán.