Cuando una persona es promocionada para asumir la dirección de una organización debe tener presente que las primeras actuaciones serán, especialmente, examinadas con lupa. Por suerte, como pasa con los gobernantes, es habitual que se dé un margen de 100 días a partir de los que ya se empieza a pedir resultados.
Como 100 días pasan muy rápido, hay que aprovechar el tiempo. Uno de los riesgos principales es quedar paralizado por el exceso de información y de problemas. Sin duda, será más fácil poner hilo a la aguja cuando la persona que asume la dirección ya lleva años trabajando en la organización. En este caso, es más fácil que tenga claro lo que tiene que hacer.
Entre las buenas prácticas que acostumbran a dar buenos resultados podemos destacar las siguientes:
- Cuanto antes mejor, conviene hacer una sesión plenaria dirigida a toda la organización en que, además de presentarse, se podrá explicar superficialmente la orientación principal del nuevo liderazgo. Se trata de mensajes que tienen que promover la confianza de la gente en la organización y en el nuevo liderazgo. En este sentido, por ejemplo, puede ser muy adecuado poner en valor aquellos temas que la organización ya hace muy bien y que, por lo tanto, hay que mantener. Si la persona que ha liderado la organización hasta aquel momento ha dejado una huella positiva, también hay que hacer un reconocimiento.
En las primeras semanas en un puesto directivo, conviene visitar las instalaciones y todas las unidades, además de prever mecanismos para que todo el mundo pueda hacer llegar dudas y quejas
- A continuación, habrá que escuchar a cuanta más gente, mejor (de la propia organización y de fuera) para tener claro la situación actual y las perspectivas de futuro de la organización (es el DAFO, debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades).
- En las primeras semanas, conviene aprovechar para visitar las instalaciones y todas las unidades.
- Hay que prever mecanismos para que todo el mundo pueda hacer llegar sus sugerencias, dudas o quejas.
- Una vez se tenga el DAFO, ya se pueden identificar acciones para llevar a cabo a corto, medio y largo plazo.
- Una de las primeras tareas es la configuración del equipo de dirección. Sobre este punto, es normal que se necesiten unos cuantos meses hasta que se disponga de un equipo que comparta los mismos valores y trabaje de manera totalmente alineada. Es habitual que después de los primeros meses haya miembros del equipo (ya sean nuevos o miembros del equipo anterior) que no acaben de encajar con el nuevo estilo de liderazgo y tengan que reubicarse a otras posiciones de la organización.
- Es posible que en la organización haya conflictos que se arrastran desde hace años. Puede ir muy bien tomarlos para intentar que estos conflictos entren en dinámicas que permitan su solución.
- También hay que pensar en el plan de comunicación, que tiene que apoyar a todo el trabajo que hace la dirección. Se tiene que informar bien de todo aquello que es relevante para que se cuente con el máximo apoyo. Este plan tiene que pensar tanto en las personas de la organización como en el exterior. Un aspecto que es de mucha ayuda es tener claro qué queremos que la gente recuerde de los primeros 100 días. Esto se tiene que conocer cuanto antes, mejor.
Al final de los primeros 100 días se puede hacer una tercera comunicación para explicar lo que se ha hecho, lo que se está haciendo y lo que se hará
- Después del primer mes ya se puede hacer una segunda comunicación, que puede ser presencial, por videoconferencia o en un escrito a través de la newsletter de la organización. En esta comunicación ya se pueden concretar más acciones que se llevarán a cabo en los meses siguientes.
- Al final de los primeros 100 días se puede hacer otra comunicación a toda la organización para explicar lo que ya se ha hecho, los primeros resultados, lo que se está haciendo y lo que se hará.
En definitiva, los primeros meses son muy importantes. Por eso, prácticas como las expuestas pueden ser de ayuda. Hay que empezar con buen pie y no es fácil pasar con buena nota los primeros 100 días. Pero como decía el actor norteamericano Will Rogers (1870-1935): "Nunca tendrás una segunda oportunidad de dar una primera buena impresión".