periodista

2015, un año crucial

06 de Febrero de 2015
Parece que los banqueros españoles despiertan de un silencio de siesta involuntaria. El reajuste estructural que seguramente han tenido que soportar podría ser la causa de su acomodo. Es la somnolencia que llega después de un buen puñetazo, o de haber paït tantos problemas a la hora. Francisco González (BBVA) y la Sra. Botín han manifestado, más o menos explícitamente, haber despertado de la siesta con unas mínimas observaciones sobre aquello que nos podría caer encima a lo largo de un año con expectativas bastante positivas, que el CIS y la carencia de razón y cordura colectivas malograron.

Es posible que el señor Emilio Botín nos tuviera malacostumats siendo tanto explícito, a una claridad no siempre razonable, como aquel momento cuando dio su solemne apoyo a Rodríguez Zapatero con la crisis ya encima y una ceguera evidente. Yo notenía ninguna duda, que 2015 sería un año de beneficios; más tarde me han llegado las dudas con el CIS, la loca pretensión de Tsipras con su Syriza triunfante, y los escándalos de Podemos llenando los espacios del Madrid capital. La manifestación de la pasada semana, más que una prueba de fuerza, era un aviso a los confiados y a los escépticos. Sería el PP de Rajoy uno de ellos, veterano en los experimentos de Arriola?

En primer lugar, la economía es ahora más que nunca el esqueleto de una sociedad herida debido a una crisis demasiado ignorante y cruel. Por lo tanto, será fundamental cauteritzar esos males profundos que han originado consiguientemente el 24% de paro y más de un millón de empresas y autónomos arruinados, incluso un 80% de manera definitiva e irreversible. Por lo tanto, la política es también, más que nunca, una superestructura que cabalga sobre las exigencias de la economía. Si la economía quiebra, así como el caballo, será el jinete quién caerá sin remedio. Por lo tanto, la prioridad rige desde la Economía, digan el que quieran los políticos insuficientes que nos confunden, o los oportunistas espabilados de Podemos, con su modelo económico que ha traído la riquísima Venezuela a la ruina estrepitosa.

En segundo término, ahora que parece que los síntomas de la crisis española son favorables, como por ejemplo un crecimiento del 2,3% por 2015 y un 2,5% por 2016 (según estimaciones de la UE), qué o qué gobernantes pueden acumular cuatro procesos electorales en un mismo año? El ganado por el comido: ni clima estable para invertir y mejorar, ni paz social por motivos externos a la producción, más bien efectos colaterales de los procedimientos de campaña que siempre radicalizan el discurso y una casi inestable propensión al populismo, particularmente desde la izquierda. El clima económico necesita calma, tranquilidad, sin tormentas, ni extra económicos que puedan afectar la recuperación del enfermo acabado de salir del quirófano. Ni Cataluña ni Andalucía tendrían que haberse precipitado a avanzar las elecciones en el calendario, bastante cargado ya con las municipales, las autonómicas y bien pronto las generales. Alguien es más fecundo en inconvenientes de balde?

En tercer lugar, Podemos proyecta una niebla sospechosa en relación a sus intenciones económicas sin aclarar, expuestas seriamente, enunciadas vaporosament, según una propuesta –dicen ellos- del profesor Torres y del, un poco pintoresco, profesor Navarro, de la Universitat Pompeu Fabra. Es esto una tapadera, o pretenden silenciar el debate de sus utopías e improbables soluciones económicas? La Banca, los empresarios, los economistas serios tienen miedo de este vacío conceptual y definitorio de Podemos, por otra banda un Movimiento, de ninguna forma un partido político, que quiere esconderse detrás su transversalidad por, ni siquiera, aportar una hipótesis de soluciones.

Su estrategia es evidente: emocionar, levantar con los espíritus populistas empáticos –en ocasiones poéticas- que provocan afirmación/asentimiento a aquello desconocido, al imposible, a aquello no concreto, para dar la vuelta al calcetín, un golpe ya conseguido el poder a las urnas, como ya hizo Chávez en Venezuela. Los hombres de Pablo Iglesias tienen que especificar al tratar de la crisis, de la economía de recursos, de la orden de los gastos, de la consolidación de la deuda (el 2015 estará al 101,5% del PIB y el 2016 subirá hasta el 102,5% ), la garantía jurídica de las inversiones sin la que no tendremos capitales externos, la reducción de la prima de riesgo, la cobertura del déficit público (4,5% del PIB este año y el 3,7% el 2016, todo y siendo cálculos que todavía están por encima del límite del 3% que establece la UE), etc., etc.

Y la sostenibilidad del sistema social de la que tanto hablan? Beneficios sociales? Y tanto, pero a qué coste fiscal? Plena cobertura en Salud y Educación públicas, y..., y... Los Reyes de Oriente. Sus sueños son un imposible, a menos que apliquen un trato desigual (una doble rasero). O be más tributos a la ciudadanía, o más recortes en los Presupuestos. No podemos hacer milagros, como se puede ver en el espejo griego, donde las prometidas populistas de Syriza se quedarán en la mitad de la mitad. Una cosa es predicar y otra dar trigo; cómo ya ha avisado Draghi y el BCE, y... el gobierno alemán.

Finalmente, a nuestro sistema político-económico no lo interesan este tipo de compañías que andan por Madrid cómo se hacía después de la crisis del 29 en la marcha a Roma –y ya se vieron las consecuencias-; ni la excesiva filiación del sur europeo por todo aquello que comporta de apreciaciones ajenas; ni la apuesta por el cambio de reglas al club europeo por más agobiante que sea la victoria electoral a la manera helénica; ni se puede ignorar que ha entrado en cuestión todo el sistema político surgido de la Constitución de 1978. Nuestro edificio institucional está carcomido por las termites de la corrupción, que, de no cortarse de raíz, arrasará con toda la arquitectura del sistema, por cuanto "nadie da aquello que no tiene". Tiene un sistema corrupto el remedio necesario para regenerar su mal y desterrar la corrupción? La respuesta nos la proporciona la Lógica de Aristóteles, un griego de hace más de 2.300 años.