El viernes día 21 de abril es la fecha señalada por las Naciones Unidas para celebrar el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación. Se celebra este día, puesto que el 21 de abril nació uno de los iconos de la creatividad de las artes y las ciencias y considerada de las personas más creativas de la historia: Leonardo da Vinci.
Tengo que reconocer que me sorprendió la cantidad de instituciones (educativas, gubernamentales…) que se hicieron eco de ello y compartieron la efeméride en redes. Realmente la creatividad y la innovación están de moda. Según el diccionario Rae, la creatividad es la facultad de crear y la capacidad de creación.
A su vez, según la Rae, crear proviene del latín creare y sus diferentes significados son: Producir algo de la nada / Establecer, fundar, introducir por vez primera algo; hacerlo nacer o darle vida, en sentido figurado / Instituir un nuevo empleo o dignidad / Hacer, por elección o nombramiento, a alguien lo que antes no era, especialmente referido a dignidades muy elevadas, por lo común eclesiásticas y vitalicias/ Criar.
La creatividad tiene que ver con la curiosidad, con el cuestionamiento, la flexibilidad, la motivación, la persistencia y el equilibrio entre ciencia y arte y depende de varios factores: individuales, factores y socioculturales
No estoy de acuerdo con la primera definición de que la creatividad es “producir algo de la nada”. Aunque a menudo nos parece que la creatividad es un “don”, nada más lejos de la realidad. Todos somos naturalmente creativos y, son normalmente la educación, la sociedad y la edad las que nos van menguando esta creatividad (normalmente poniéndole límites).
Creo firmemente que la creatividad depende muchísimo de los estímulos que recibimos y que nos enriquecen, y es por ello, que se entrena y se cultiva (el mismo Leonardo tenía como fuente principal de inspiración la naturaleza). La creatividad tiene que ver con la curiosidad, con el cuestionamiento, la flexibilidad, la motivación, la persistencia y el equilibrio entre ciencia y arte y depende de varios factores: individuales, factores y socioculturales.
La creatividad, como casi todas las cualidades humanas, puede utilizarse de distintas maneras y es nuestra responsabilidad como personas utilizarla de la mejor manera posible y enfocada a resolver los restos más relevantes. Justo en esta fecha, la página web de las Naciones Unidas nos recordaba que la innovación es esencial para aprovechar el potencial económico de las naciones y lo relacionaba con los ODS de la siguiente manera:
“La innovación, la creatividad y el espíritu empresarial de masas pueden dar un nuevo impulso a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Puede favorecer el crecimiento económico y la creación de empleo, al mismo tiempo que amplía el abanico de oportunidades para todos, incluidas las mujeres y la juventud. Puede aportar soluciones a algunos de los problemas más acuciantes, como la erradicación de la pobreza y la eliminación del hambre. La creatividad y la innovación humanas, tanto a nivel individual como de grupo, se han convertido en la verdadera riqueza de las naciones en el siglo XXI”.
Las sociedades más innovadoras crecen más rápido, y este crecimiento contribuye de manera notable al bienestar de la población
Debemos tener muy presente que la creatividad y la innovación juegan un papel fundamental en la resolución de problemas, y en el desarrollo económico y social. Las sociedades más innovadoras crecen más rápido, y este crecimiento contribuye de manera notable al bienestar de la población.
En el año 2022, la UNESCO ha publicado la tercera edición del informe: Re|pensar las políticas para la creatividad, y la Creatividad, Originalidad e Iniciativa es una de las 10 habilidades relevantes consideradas imprescindibles para los trabajadores en el año 2025 (Future of Jobs Report, 2020,World Economic Forum).
Y decía Einstein que la creatividad es la inteligencia divirtiéndose…
¡Divirtámonos amigos!