Sant Jordi es el día que los catalanes hemos elegido para colocar la belleza, representada en la rosa, y la cultura, presente en los libros, en un lugar de honor en nuestras vidas.
Belleza y cultura son igualmente de importantes para la configuración del carácter de un pueblo. La belleza es consustancial al ser humano; la queremos porque nos atrae, nos seduce, nos conmueve; y porque nos consuela, nos turba, nos estimula. Y queremos la cultura porque nos da algunas certezas, pero sobre todo, porque pone en crisis todo el que sabemos.
"Sin amor, la belleza cansa y la cultura no penetra, por eso hemos querido que Sant Jordi sea el día del amor"
Sin amor, la belleza cansa y la cultura no penetra, por eso hemos querido que Sant Jordi sea el día del amor, y así, nuestros enamorados tienen un día con aura propia y diferenciada.
El mes de abril a veces es tierno, otros, violento; el día de Sant Jordi puede ser radiante o lluvioso. hemos tenido de rosa empolvada, de azul Matisse, de colores de Chagall, de gris Braque...
Hoy abandonaremos nuestro insoportable victimismo y dejaremos de lamernos las heridas, porque Sant Jordi es la fiesta de una sociedad que se quiere y que sabe procurarse una vida que vale la pena. Por eso nos rodeamos de belleza y cultura, y de este modo nos dotamos del inconmensurable poder de la seducción.
La luz del día nos ha traído una nueva fiesta, en la que concentraremos nuestra energía y nos proyectaremos en el mundo en una escalera extraordinaria. Hoy, paseando, nos cruzaremos personas desconocidas que no veremos nunca más, pero que, por unos instantes, sentiremos parte de la familia a la cual pertenecemos.
"Hoy abandonaremos nuestro insoportable victimismo y dejaremos de lamernos las heridas, porque Sant Jordi es la fiesta de una sociedad que se quiere y que sabe procurarse una vida que vale la pena"
Entreguémonos al optimismo, llenémonos de joya, felicitémonos por vivir en un rincón de mundo tan terco, tan orgulloso, que todo lo puede. Incluso permitirse el regalo bellísimo de este día.
Formamos parte de una sociedad, que cuando se pone al servicio de la belleza y la cultura, sabe tocar, con delicadeza, el rostro del amor y de la libertad.