El Baix Llobregat y Guipúzcoa

25 de Octubre de 2021

La Catalunya industrial mantiene desde hace años un cierto complejo y envidia sana con el potencial industrial del País Vasco. En particular, de su cultura industrial, que comporta formación profesional, innovación, arraigo al territorio, dinámica social -por ejemplo, en cooperativas-, actividades punteras, etc. Comparando al País Vasco con Catalunya, nosotros somos en proporción tres veces mayores en población y economía, pero Catalunya solo es 2,5 veces su industria. Lo compensamos en agricultura y turismo, pero en manufactura somos más débiles.

El Baix Llobregat es Guipúzcoa

Sin embargo, si comparamos datos del Baix Llobregat y Guipúzcoa encontramos paralelismos en volumen de población, total del valor bruto añadido (VAB) o de este por habitante.

El papel del componente industrial en la economía es calcado en el Baix Llobregat y en Guipúzcoa

En el Idescat y el INE las cifras de los empleados coinciden, debido a su origen común en la Seguridad Social. Se suman afiliaciones generales a la SS más autónomos. Los datos de VAB pueden diferir algunas veces entre las dos fuentes en orden de un 7% cuando comparamos Catalunya y País Vasco (el INE no desagrega por comarcas, sino por provincias), con valores en más por parte del Idescat.

Más en detalle, con una población un poco mayor, logramos el mismo valor añadido bruto por habitante y, con menos empleados industriales, pero una mitad más de valor aportado por trabajador. Y el papel del componente industrial en la economía es calcado en ambos territorios. Seguramente el peso de Seat es una explicación. Pero en síntesis, la riqueza generada es la misma por habitante. Algún dato concreto, como el hecho de disponer de más VAB por empleado industrial nos indicaría que quizás no vamos tant atrasados en la carrera del mundo productivo.

El Baix Llobregat no es Guipúzcoa

No obstante el panorama anterior, no somos Guipúzcoa en diferentes órdenes que nos perjudican como una piedra en el zapato. Nuestra institucionalidad, la del Baix Llobregat, es cero comparada con la guipuzcoana: una diputación foral, que puede hacer política de formación, de ayuda a la transferencia tecnológica, que manda sobre las infraestructuras y que no logra ningún déficit fiscal. Si en el Baix Llobregat vivimos peor que los vascos sería por este factor fiscal y de falta de autogobierno, no por incapacidad de producción de riqueza.

Por ejemplo: ¿quién se ocupa del entorno de Seat, del Delta, de las relaciones con puerto y aeropuerto? Varias administraciones, pero a menudo nadie, ni tampoco con un peso local suficiente. ¿Qué dirección de la formación profesional hay a escala Baix Llobregat? Ninguna. Pues estos son los vacíos que hay que rellenar.

Catalunya es "moderadamente innovadora", respecto al País Vasco, que es "fuertemente innovador", según la Comisión Europea

Y de todo, quizás se deriva que Catalunya sea "moderadamente innovadora", respecto al País Vasco, que es "fuertemente innovador", según la Comisión Europea, categorías aplicables respectivamente al Baix Llobregat respecto a Guipúzcoa. Estos datos nos dicen, sin embargo, que más autogobierno, en Catalunya y en el Baix Llobregat, permitirían atrapar el diferencial. Hay, por lo tanto, una posible política pública que nos haría más sólidamente industriales. El reconociendo político del Baix Llobregat como parte de Catalunya, sea como región o como vegueria, es compatible con la región metropolitana de Barcelona. Incluso sería un paso previo necesario, porque seremos metrópoli en cuanto que valiosos y específicos, no como simple periferia de polígonos, de una capital global que, en su dinámica, actualmente menoscrecia al hecho productivo de su cercanía.

Si el Baix Llobregat es como Guipúzcoa, en el mismo orden de magnitud se puede comprobar que el Vallès es como Vizcaya y el Maresme no muy diferente de Álava. Entonces, Barcelona dispone de un entorno comparable al País Vasco y lo desaprovecha totalmente en su consideración metropolitana. Obsedida por ser ciudad global de turismo y servicios ignora el potencial productivo de su entorno, puesto que, por ejemplo, el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) prescinde totalmente del ámbito de Martorell, del Maresme y la mayor parte del Vallès porque está claro que el hecho productivo no forma parte de su ideario.

La situación del Baix Llobregat es deficiente en fiscalidad, en autogobierno y en representación política

Si el Baix Llobregat genera la misma riqueza que Guipúzcoa y sus habitantes no disfrutan del mismo nivel de vida es por falta de derechos de ciudadanía, derechos formales y materiales. La situación es deficiente en fiscalidad, en autogobierno y en representación política.

Al autogobierno a escala catalana habría que añadir la dimensión propia inmediata. Y si no es con una diputación foral, como Guipúzcoa, tiene que ser con una diputación regional o de vegueria. Y desde esta, poder compartir y pactar con la capital las políticas metropolitanas que haga falta. Y es obvio que hace falta un retorno fiscal a la altura de la riqueza generada y de los problemas vigentes, sociales, ambientales, de movilidad. etc. Y hacen falta representantes políticos propios en el Parlamento de Catalunya, siendo el Baix Llobregat una circunscripción electoral. Solo con representación política se es una colectividad reconocida. Todo horizonte de libertad y de bienestar tiene que ser próximo y necesitamos este horizonte y la política lo tiene que procurar. Un orden de magnitud en el entorno del millón de habitantes, como hay en el Baix Llobregat, lo ampara plenamente. La regionalización de Catalunya es un proyecto civil de libertad y bienestar y se concreta también en los espacios densos de la periferia de la capital, precisamente para poder dejar de ser un territorio de segunda. El equilibrio territorial empieza por el reconocimiento de la sociedad local, la representación política próxima y el gobierno propio, que denominamos subsidiariedad.