Recientemente hemos conocido una serie de noticias sobre el buen momento que vive el sector de las nuevas tecnologías en nuestro país. El Círculo Tecnológico de Catalunya (Ctecno) califica el sector TIC de "motor económico determinante" en la economía catalana. Según su Barómetro 2020, esta industria ha creado 10.000 nuevos puestos de trabajo durante el primer semestre, suma un total de 124.000 trabajadores en Catalunya y factura más de 18.000 millones al año, hecho que supone el 7,31% del PIB catalán.
La carencia de talento, pero, sigue siendo la asignatura pendiente. Faltan más profesionales especialistas en las nuevas tecnologías, provocando una pérdida de facturación en las empresas, una pérdida de competitividad. Aún así, un 40% de las empresas reconocen que incrementarán igualmente sus ingresos, un buen síntoma de fortaleza en el que se encuentra el sector.
Son noticias positivas que también nos explican como Barcelona y su región metropolitana se posiciona fuertemente como un hub digital de referencia en el sur de Europa. En los últimos tiempos, las ciudades han sufrido una desertización de sus centros, debido a la expulsión de los vecinos por haber generado un modelo turístico que prioriza antes los visitantes que los que viven.
"Son noticias positivas que nos explican cómo Barcelona y su región metropolitana se posiciona fuertemente como un hub digital de referencia en el sur de Europa"
Los tiempos de pandemia nos enseñan que hay que reorientar el modelo urbano, especialmente lo que tenemos en las áreas más turísticas de Barcelona, aprovechando espacios en desuso para crear trabajo y nuevas comunidades. Barrios de dimensión humana, donde se pueda volver a vivir y trabajar. Las potencialidades que hoy ofrece el sector TIC tienen que ser un vector esencial en la nueva economía de la ciudad.
Barcelona puede ser capital de la sociedad digital. El trabajo no viene de ahora. Ya hace unos años que se ponen los fundamentos, y su principal ejemplo es la apuesta que se hizo en 2006 acogiendo la feria más importante de los móviles en Barcelona, el Mobile World Congress. En aquel momento, su CEO, John Hoffman, ya lo recordaba, "aprovechad la gran oportunidad que ofrece el Mobile para crear un ecosistema digital y atraer nuevas empresas en la ciudad. Construid vuestro propio legado".
Ha llegado el momento, Barcelona se ha posicionado como uno de los primeros hubs en emprendeduría digital en Europa. La fundación Mobile World Capital ha sido una herramienta importante, pero también el valioso ecosistema de emprendedores que inicia proyectos tras proyectos sin tener garantizadas rondas de inversión o la masa financiera necesaria. Aquí abajo la valiosa maestría de la asociación Barcelona Tech City.
Hace unos días también conocíamos una importante iniciativa impulsada por el Consorcio de la Zona Franca, el Ayuntamiento de Barcelona y el Barcelona Tech City, porque el edificio de Correos es un nuevo espacio de innovación e incubadora de empresas tecnológicas y de startups. Una iniciativa importante para que Barcelona y su área metropolitana sea un entorno favorable en la creación y atracción, al mismo tiempo que empresas globales, como Oracle, apuesten para desarrollar servicios innovadores como el big data o el cloud.
Barcelona tiene todos los ingredientes para especializarse en las TIC, para no depender tanto del turismo y la construcción, cómo ha sucedido en las últimas décadas. La pandemia nos ha abierto los ojos. Nos hemos dado cuenta de que el turismo es una economía que pesa mucho en nuestra ciudad. Y sin desmerecerlo, hoy nos hace falta una economía más diversificada, ligada a sectores como la sostenibilidad, la digitalización, la investigación, la innovación y los servicios. Nos hace falta una apuesta a medio y largo plazo.
"Barcelona tiene todos los ingredientes para especializarse en las TIC, para no depender tanto del turismo y la construcción, cómo ha sucedido en las últimas décadas. La pandemia nos ha abierto los ojos"
Más allá de la inversión pública local, hace falta también conseguir dinero, nuevos recursos. Y este tendría que ser el objetivo más inmediato, aprovechar la oportunidad que nos da Europa, a través de sus fondos estructurales, para presentar buenos proyectos que puedan dejar legado a la ciudad. Barcelona será o no será si es capaz de liderar estos nuevos proyectos.
Estos días, la organización de la Barcelona New Economy Week (BNEW) ha sido una excelente demostración que la ciudad quiere reactivarse. Ha sido un buen pistoletazo de salida para el nuevo curso y demostrar, una vez más, que tenemos un buen ecosistema digital. Ahora, hay que pasar a la acción, creando una alianza entre administraciones, el Consorcio de la Zona Franca y agentes económicos y sociales de la ciudad como Barcelona Global, Fomento, la Cambra, el Círculo de Economía y universidades para trabajar juntos y presentar en Europa proyectos sólidos y de futuro. La ciudad lo necesita, y de forma urgente.