Cambio temprano y productividad

04 de Septiembre de 2018

Se hace extraño que las organizaciones empresariales estos días no se hayan pronunciado de manera incisiva sobre la eventual supresión del cambio temprano de verano e invierno. En este debate está en juego en parte la competitividad de las empresas. Un golpe el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa den luz verde a la medida, cada Estado tendrá la competencia de decidir qué horario escollo. En nuestro país es especialmente relevando teniendo en cuenta que nos situamos al oeste del horario continental GMT+1. Escoger el horario de verano supondría que durante un periodo del invierno, saldría el sol a las nueve y cuarto. Y esto quiere decir que muchos trabajadores llegarían al trabajo todavía siendo oscuro.

Se han leído cosas interesantes en las redes sociales, el Doctor Albares alerta que el primer lunes con horario de verano se producen en los Estados Unidos un 24% más de niños cardíacos en relación a otros lunes, además de un aumento drástico de los accidentes de tráfico con víctimas mortales. El Doctor Gonzalo Pin nos lo resume en un tuit de manera excepcional: "El horario de invierno quiere decir más luz por la mañana, mejor rendimiento escolar y laboral, así como menos accidentes de laborales y de tránsito" (que también pueden ser laborales si son initinere ). Si bien es cierto que hay menos luz por la noche también aumenta la probabilidad de ir a dormir más bien, evitando obesidad, diabetes, etc.

"El horario de invierno quiere decir más luz por la mañana, mejor rendimiento escolar y laboral"

La principal conclusión es que las empresas tendrían que tener claro dos cuestiones: 1) que el horario más productivo y saludable es el de invierno 2) que hay que apostar por la compactación y las jornadas intensivas saludables que permitan salir todavía con luz del trabajo. En el debate del cambio temprano también estamos hablando de productividad.