Es del todo innegable que la grandeza de la marca Barcelona polariza y deja indeliberadamente en la sombra al resto del territorio catalán. Pero también es cierto que gracias a este componente vanguardista de nuestra capital, hoy Catalunya se proyecta en el mundo como tierra de gran capacidad transformadora, un país inspirado en la constancia del trabajo y en la igualdad de derechos sociales, en el emprendimiento como motor y con una visión global y abierta de las relaciones entre las naciones y los estados del mundo.
Catalunya es hoy una marca de fuerte componente internacional y por todos es vastamente conocido que cuenta con este reconocimiento mundial. Desde la excepcionalidad de su cultura y entorno paisajístico, hasta su amplia oferta enogastronómica de calidad: somos el territorio con más concentración de estrellas Michelin y una de las comunidades autónomas españolas con más DO.
Pero también destaca por su mentalidad innovadora y disruptiva (el ecosistema emprendedor superaba este 2022 las 2.000 startups, con un incremento del 6,3% respecto al 2021), por sus universidades y calidad educativa (un ranking del rotativo británico Financial Times confirmaba recientemente el liderazgo catalán en el ámbito académico, y Barcelona colocaba tres de sus escuelas de negocios en el top 50, entre las cuales, una de ellas en el top 10), y por sus clústeres, centros y grupos de investigación, sus instituciones hospitalarias y sus parques científicos y tecnológicos...
Catalunya es un actor relevante y con voz propia, y es en este sentido que la acción exterior y las relaciones internacionales juegan una importancia capital, gobierne quien nos gobierne. Tenemos que ser, pues, desde las mismas instituciones, desde las mismas empresas, desde el mismo tejido social, quienes lideramos este apoyo al emprendimiento, este adelanto en la creatividad de las personas, en el fomento de la cultura empresarial, en el progreso de la sociedad impulsando la investigación en torno a la sociedad del conocimiento, en el firme apoyo al desarrollo de la economía y en una plena ocupación digna y de calidad.
Nuestro territorio se posiciona como referente mundial indiscutible en sectores industriales diversos, como el turismo, la moda o la gastronomía, para citar los tres más populares. Pero se suman muchos otros que explican la potencia y la singularidad de su marca.
"Hemos tenido en el pasado grandes referentes con proyección internacional, pero si miramos el presente y el futuro, tenemos y podemos tener muchos más"
Catalunya es uno de los centros neurálgicos de la cosmética profesional a escala mundial (perfumes, dermocosmética y cosmética profesional), con 71 compañías que dan trabajo directo a 2.198 trabajadores y facturan en torno a los 500 millones de euros.
Es el hub de los videojuegos en Europa, una industria que mueve en el territorio más de 660 millones de euros y que está integrada por grandes gigantes multinacionales y pequeñas empresas de aquí, con casi 200 estudios de producción en activo, que dan trabajo directo a más de 4.000 profesionales. De hecho, Catalunya es la región europea que recibe más inversiones extranjeras en este sector y, según los últimos datos del gobierno español, los estudios de aquí ocupan un 48% de los trabajadores del sector en toda España.
Catalunya también se posiciona al frente en la implantación de hubs tecnológicos. En tan solo cinco años, los hubs tecnológicos que han decidido instalarse en el territorio han pasado de 43 en el 2018 a 96 en el 2023, casi duplicando la cifra. El último informe de la fundación Mobile World Capital estima que estos centros emplean unas 15.000 personas y generan un impacto de 1.400 millones de euros. Y la tendencia se mantendrá al alza, como mínimo, hasta el año 2025 y comportará 20.000 puestos de trabajo y 2.000 millones de euros de facturación anual.
Catalunya, y Barcelona en particular, ha sido y es un epicentro mundial en la organización de eventos deportivos, ferias y congresos internacionales. Hemos acogido, acogemos y continuaremos acogiendo, eventos tan relevantes como el Mobile World Congress, el Integrated Systems Europe (ISE), el BNEW, el YATE Solutions World Congress, el European Building Summit Barcelona, el SIL Barcelona, el campeonato de Fórmula 1 en el circuito de Montmeló... Seremos la Capital Mundial de la Arquitectura en el 2026, la Región Mundial de la Gastronomía en el 2025... Este 2024 albergaremos la Copa América de Vela, la Conferencia de la ONU sobre el Decenio de los Océanos... Y no nos paramos ni nos paran.
"Solo hay que creérselo. Solo hay que invertir. Solo hace falta confianza. Solo hay que sumar esfuerzos y cooperar mucho más"
Y es que cada día son más las compañías de país que internacionalizan su marca. Empresas que han nacido en el territorio, algunas de una larga tradición familiar, otros fruto de esta nueva generación de emprendedores que trabaja para cambiar el mundo. Tenemos emblemas de país que se han hecho un lugar destacado en el mundo: Puig, Tous, Mango, Punto Blanco, Grifols, Wallbox, Red Point, Borges, Roca, Desigual, Custo, Sita Murt, Casa Tarradellas, Toni Pons, Payflow, Lleal, Europastry, Freixenet, Almirall, Castañer, Munich, Doctomatic, Lleida.net... y un largo etcétera que ahora y aquí me resultaría imposible de recoger.
En los Países Catalanes hay mucho, de talento, y con el talento podemos llegar muy lejos. Hemos tenido en el pasado grandes referentes con proyección internacional, pero si miramos el presente y el futuro, tenemos y podemos tener muchos más. El catalán, la cultura catalana, los productos catalanes, la industria catalana, la innovación catalana son exportables. Solo hay que creérselo. Solo hay que invertir. Solo hace falta confianza. Solo hay que sumar esfuerzos y cooperar mucho más. Construir fuertes alianzas de país.
Catalunya tiene que mirar en el mundo, y aportar. Nuestro mundo es el mundo.